Do?ana, una v¨ªctima inocente de la desidia administrativa y la dispersi¨®n de competencias

V¨ªctima de la dispersi¨®n de competencias y de la desidia administrativa, el parque nacional de Do?ana sufre una degeneraci¨®n progresiva que le aproxima a un punto sin retorno. Las llamadas a la opini¨®n p¨²blica de las asociaciones ecologistas no han servido por el momento para frenar la espectacular ca¨ªda de este espacio natural. El plan de explotaci¨®n agr¨ªcola Almonte Marismas, o, m¨¢s concretamente, la forma de llevarlo a cabo, se presenta como el ¨²ltimo y m¨¢s importante enemigo del parque, que pierde agua a una velocidad espectacular y, con ella, su posibilidad de supervivencia.
Un paseo por Do?ana es uno de los ejercicios m¨¢s deprimentes que se pueden realizar en estos d¨ªas de la primavera andaluza. En la marisma del Guadalquivir, donde hace unos 100 a?os hab¨ªa no menos de 200.000 hect¨¢reas de tierras h¨²medas o pantanosas, para¨ªso de numerosas especies animales, una especie de fiebre desecadora ha expulsado el agua de casi todos los lugares y la ha obligado a replegarse a algunos rincones. Ahora, s¨®lo en el Lucio del Lobo, una zona pantanosa de unos pocos cientos de hect¨¢reas, puede uno hacerse idea de lo que fue esto tiempo atr¨¢s. En el Lucio del Lobo conviven numerosas especies, desde el caballo al flamenco o el ¨¢nsar, y su masiva presencia sobre el agua de la marisma compone una imagen de extraordinaria belleza.Pero justo al lado, al otro lado de un dique construido a?os atr¨¢s y sobre el que pueden circular los coches, la vista se extiende hasta el infinito sobre un llano seco, roturado, cuya uniformidad s¨®lo es alterada de cuando en cuando por alg¨²n canal de desecaci¨®n. S¨¦ trata de las 40.000 hect¨¢reas del plan Almonte Marismas, un proyecto para la puesta en explotaci¨®n agr¨ªcola de lo que en otros tiempos fue zona h¨²meda. Una obra fara¨®nica y discutida, sobre cuya rentabilidad econ¨®mica caben grandes dudas, est¨¢ en marcha para poner en producci¨®n esos terrenos.
Desecar, desecar
La desecaci¨®n de terrenos para ponerlos en producci¨®n es una vieja obsesi¨®n humana, justificada. quiz¨¢ en otros tiempos, pero que hoy ha llegado a poner en peligro, o simplemente a destruir, la supervivencia de numerosas especies animales. Espa?a, que no es excepci¨®n en este sentido, a pesar de que el agua es un bien que no sobra en la mitad sur del pa¨ªs, se ha regido durante muchos a?os por la ley Camb¨®, de tiempos de la I Rep¨²blica, que estimulaba las desecaciones, y la marisma del Guadalquivir ha sufrido su impacto dolorosamente. El plan ahora en marcha ha supuesto la irrupci¨®n violenta de m¨¢quinas en una zona pantanosa de 40.000 hect¨¢reas, en cuyo sur se ha abierto un gran canal en forma de semic¨ªrculo en el que convergen una serie de canales r¨¢diales que recogen el agua que de forma natural ingresa en esta zona, procedente de toda la cuenca del Guadalquivir. Otro canal conduce estos centenares de millones de metros c¨²bicos de agua directamente al mar, impidiendo su paso por el parque nacional de Do?ana.Al tiempo, se introducen bombas que extraigan el agua del subsuelo para lavar la tierra de su nada despreciable. proporci¨®n de sal, y despu¨¦s se expulsa tambi¨¦n. Un reciente estudio del Instituto Geol¨®gico y Minero se?ala que el pleno funcionamiento del plan Almonte Marismas har¨¢ descender el nivel piezom¨¦trico del agua dos metros en toda la zona. Es decir, que apenas quedar¨¢ agua de superficie en alg¨²n rinc¨®n, si es que queda algo.
Los intentos, del Patronato, a instancias de la Estaci¨®n Biol¨®gica, que depende del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas, de compensar la brusca interrupci¨®n en el suministro de agua al parque que supone el mencionado plan, que ocupa no s¨®lo terrenos del preparque, sino tambi¨¦n del propio parque, han chocado hasta ahora con la indiferencia administrativa. De tres soluciones estudiadas, se acept¨® como buena la llamada soluci¨®n centro sur, consistente en la reinserci¨®n en el parque de las aguas extra¨ªdas al Norte, para la desecaci¨®n de la zona sometida al plan Almonte Marismas. La soluci¨®n utilizar¨ªa canales ya construidos, de manera que su puesta en marcha no supone m¨¢s que la autorizaci¨®n para poner en funcionamiento una bomba. El ministro de Obras P¨²blicas visit¨® recientemente el parque y, al advertir su penoso estado, asegur¨® estar dispuesto a favorecer la r¨¢pida puesta en marcha del plan de regeneraci¨®n h¨ªdrica. Un d¨ªa despu¨¦s, en la Comisi¨®n Interministerial de Medio Ambiente se aplazaba la puesta en marcha de la soluci¨®n hasta el desarrollo de nuevos estudios para ver si es o no la mejor de las posibles.
Mientras, Do?ana se muere. Incre¨ªblemente, este parque, situado en la desembocadura de la cuenca del Guadalquivir, no recibe m¨¢s aportes de agua que los de. la lluvia.
Diversidad de competencias
Investigar el por qu¨¦ de esos atrasos lleva a una conclusi¨®n sencilla pero t¨¦trica. El parque est¨¢ sometido a tal cantidad de organismos que mover un papel requiere poner de acuerdo muchas firmas y muchas voluntades, y cualquier problema de incompetencia, desidia, deseo de protagonismo o similar de una de las muchas partes en juego interrumpe el proceso. La propiedad de las cercade 50.000 hect¨¢reas del parque est¨¢ repartida entre el Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas, el Ayuntamiento de Hinojos, el de Almonte, el ICONA y las familias Gonz¨¢lez Gordon, Noguera, Moren¨¦s, Aristrain y Marqu¨¦s de M¨¦rito. El Patronato de Do?ana est¨¢ compuesto por 33 personas que representan casi otros tantos intereses. All¨ª meten cuchara la Direcci¨®n General de Obras Hidr¨¢ulicas, la Comisar¨ªa de Aguas del Guadalquivir, la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Guadalquivir, la Junta del Puerto y R¨ªa del Guadalquivir, el Centro de Estudios de Ordenaci¨®n Territorial y Medio Ambiente, el IRYDA, el INIA y el ICONA.
El ICONA es quiz¨¢ punto y aparte en todo esto. El Instituto para la Conservaci¨®n de la Naturaleza es parad¨®jicamente considerado por asociaciones ecologistas como su mayor enemigo natural. Manuel D¨ªaz Pichar, su director provincial de Huelva, ha sido responsabilizado recientemente por la destrucci¨®n de unas hect¨¢reas de sotobosque en la sierra. de Huelva, en uno de los ¨²ltimos reductos de especies protegidas y en grave peligro de extinci¨®n, en especial el buitre negro, que anidaba en la zona. La zona ha sido removida para plantar ¨¢rboles de crecimiento r¨¢pido, como el pino com¨²n y el voraz eucalipto. Un importante bi¨®logo hac¨ªa una comparaci¨®n muy dura. "?Se imagina alguien a Bellas Artes demoliendo parte de la Mezquita de C¨®rdoba para construir un polideportivo? Bueno, pues ese tipo de cosas es lo que hace ICONA, por incre¨ªble que parezca". Recientemente, el ,juez de instrucci¨®n de M¨¦rida admiti¨® a tr¨¢mite una querella contra el director de ICONA de Badajoz por una acci¨®n parecida. Eso parece abrir una oportunidad a los ecologistas, que se proponen explotar ahora esa v¨ªa.
Para crear m¨¢s confusi¨®n, los cangrejeros de Villafranco y del poblado de Alfonso XIII han invadido estos d¨ªas el parque para colocar sus redes all¨ª. La sequ¨ªa ha impedido que se plantaran los arrozales, y la ¨²nica forma que tienen de obtener su cosecha anual, que supone un ingreso irrenunciable para 400 familias, es la de entrar en el parque a pescar esta especie, que ni siquiera es aut¨®ctona, sino que se trajo hace pocos a?os de Estados Unidos. Otra paradoja.
Aqu¨ª se han dejado exterminar especies interesantes para la pesca, como el esturi¨®n, que manten¨ªa incluso una f¨¢brica de caviar, ya olvidada y derruida, aguas arriba, en Coria, o la anguila, y se repuebla con especies for¨¢neas. Lo mismo se hizo con la carpa americana en el preparque, o el col¨ªn de Virginia, o el mufi¨®n en el Teide y Cazorla, o el Lucio en muchos pantanos nacionales, o el salm¨®n del Danubio. La introducci¨®n de estas especies siempre cre¨® problemas.
Unidad de gesti¨®n, ubicaci¨®n en un ministerio fuerte y apropiado y trabajo de equipos multidisciplinarios son las normas que se siguen en Europa para la conservaci¨®n del medio ambiente. Aqu¨ª se est¨¢ en el extremo contrario en los tres aspectos. La Comisi¨®n Ministerial de Medio Ambiente se revela in¨²til. Do?ana es quiz¨¢ el m¨¢s claro ejemplo, pero s¨®lo eso, el reflejo de uncaos ambiental, que alg¨²n d¨ªa, al hablar de lo que fue el medio ambiente en Espa?a, nos obligar¨¢ a emplear el conocido dicho: "Entre todQs la mataron y ella sola se muri¨®".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
