Multitudinaria afluencia de p¨²blico a las fiestas de San Isidro

Varias decenas de miles de personas, en su mayor¨ªa j¨®venes, acuden diariamente a las verbenas y conciertos organizados por el Ayuntamiento de Madrid con motivo de las fiestas de San Isidro. A partir de las 20.30, hora en que empiezan las verbenas en el parque del Retiro y la plaza de la Vistillas, hasta altas horas de la madrugada. Durante toda la semana, Madrid se convierte en escenario privilegiado de orquestas y grupos musicales.

Cuando la m¨²sica comienza a sonar en las Vistillas, los puestos de bebidas ya est¨¢n preparados y se empiezan a servir los primeros churros con chocolate. Cerca de 600 personas bailan el I love you baby, de Mat Monroe, reciclado a su versi¨®n moderna en medio de un techo de bombillas de colores y guirnaldas. Treinta personas, contratadas por el ayuntamiento, cuidan del sonido, la iluminaci¨®n y el orden.En el Retiro, en pleno paseo de Coches, alrededor de 300.000 personas, seg¨²n los organizadores, asistieron a la verbena el pasado martes. Los presentadores anuncian la actuaci¨®n de La Mode y la gente se amontona un poco m¨¢s cerca del escenario. No han empezado a sonar las primeras notas cuando el p¨²blico comienza a dar saltos y a tararear las canciones. Makoki, Makoki, se pide repetidamente, mientras algunos botes caen sobre el escenario ante la impasibilidad de El Zurdo, el l¨ªder del grupo, quien al final accede a las peticiones del personal.

Bocadillos 'alternativos'

Los encargados del servicio de orden cubren todo el escenario, atentos, sobre todo, a los movimientos de las primeras filas, que se apoyan en las vallas met¨¢licas dando saltos. En numerosas casetas, con el permiso y autorizaci¨®n del ayuntamiento, se sirven refrigerios para el personal verbenero, que despu¨¦s de guardar cola pacientemente para conseguir un billete y poder tomarse una consumici¨®n, protesta irremediablemente por el precio de la cerveza.-20 duros una ca?a es una pasada.

-Bueno, como la verbena es gratis... -se conforma otro.

Las partes de c¨¦sped est¨¢n llenas de j¨®venes que han decidido tumbarse en la yerba, pese al fr¨ªo de la noche, para tomarse un descanso. Los canutos pasan de mano en mano mientras numerosos vendedores ambulantes de cerveza y bocadillos se esconden tras los setos para que su presencia no sea descubierta por la Polic¨ªa Municipal, con sus bocadillos alternativos envueltos en papel de seda y variados licores. "Las cosas est¨¢n muy chungas", dice uno de los vendedores no autorizados, mientras se dirige a un lugar oculto para sacar una cerveza. "Yo hago esto por encontrarme unas pesetas, y no es l¨®gico que se nos persiga". El precio en los puestos autorizados y no autorizados es el mismo.

Desde el escenario, El Zurdo dice que "Carolina se ha quedado sin speed', mientras el p¨²blico baila. La Mode cobr¨® por su actuaci¨®n en la verbena 100.000 pesetas. La estrella de la noche, Juan Carlos Senante, tiene un cach¨¦ m¨¢s elevado, 350.000 pesetas. "Es que anima mucho el ambiente", manifest¨® uno de los organizadores.

En el Retiro se celebran verbenas todos los d¨ªas durante la semana de fiestas. En ellas, el ayuntamiento invierte 14 millones de pesetas. Los encargados del servicio del orden perciben 4.500 pesetas diarias y dos bocadillos. Son los encargados de encararse con todo el que intente cruzar las vallas e introducirse en el escenario. Durante las actuaciones no suele producirse ning¨²n problema, seg¨²n los encargados de la organizaci¨®n. "A ¨²ltima hora, cuando la gente ya ha vuelto a sus casas y en el Retiro s¨®lo quedamos nosotros para recoger el escenario, se produce alg¨²n enfrentamiento con alguno que otro que va pasado de todo".

El presidente del Gobierno tambi¨¦n disfruta de las populares fiestas de San Isidro. Felipe Gonz¨¢lez, acompa?ado por el alcalde de Madrid, Enrique Tierno y la esposa de ¨¦ste ¨²ltimo, Encarnaci¨®n P¨¦rez, decidi¨® no perderse el festival flamenco que reuni¨® en el Palacio de los Deportes a Lebrijano, Menese, Fosforito, Camar¨®n de la Isla, Paco Cepero, Pepa Montes y Lole y Manuel.