Julio Caro Baroja estudia la casa de Navarra en su obra m¨¢s original e intensa
La casa en Navarra es el t¨ªtulo de la nueva obra del etn¨®grafo e historiador Julio Caro Baroja, que, publicada en la colecci¨®n Biblioteca, de la Caja de Ahorros de Navarra, ser¨¢ presentada pr¨®ximamente en Pamplona. Este estudio, elaborado a lo largo de los ¨²ltimos seis a?os -en el que se recogen fotograf¨ªas y grabados, en gran parte hist¨®ricos-, es quiz¨¢, en opini¨®n del propio Caro Baroja, su obra m¨¢s original e intensa.
La enorme variedad de saneamientos, de formas arquitect¨®nicas y, sobre todo, la inexistencia de un tipo de casa propiamente navarro son las conclusiones de la obra La casa en Navarra.En este estudio, que consta de cuatro extensos vol¨²menes, comenz¨® a trabajar Caro Baroja en 1976, termin¨¢ndolo justamente seis a?os despu¨¦s. "Esta ser¨¢, en mi opini¨®n, la obra que quiz¨¢ tenga m¨¢s intensidad de observaci¨®n y acaso m¨¢s originalidad. He puesto en ella mucho empe?o por desentra?ar todo el problema del hombre en relaci¨®n con su vivienda", afirm¨® Caro.
Los paisajes
"Aunque Leoncio Urabayen escribi¨® hace tiempo un libro titulado La casa navarra, he querido", prosigui¨® diciendo, "profundizar m¨¢s a¨²n en este estudio, tratando adem¨¢s los asentamientos, los paisajes urbano y rural, el medio ambiente en que se desarrolla la vivienda y el cambio hist¨®rico en que tiene lugar, porque estas variaciones hay que estudiarlas como innovaciones sensibles en gustos, estilos y formas. As¨ª que es tambi¨¦n un trabajo hist¨®rico, geogr¨¢fico y cultural".La conclusi¨®n m¨¢s importante de La casa en Navarra -"texto muy asequible para el lector medio", en palabras del historiador guipuzcoano- es la no existencia de una casa propiamente navarra. "Son muchos los tipos de viviendas, pero no hay uno exclusivo de Navarra", se?al¨® Caro Baroja. "Lo que se puede afirmar", agreg¨®, "es que, de ciertos tipos, en Navarra se encuentran los mejores ejemplos, como sucede, por ejemplo, con las casastorre de estructura de madera, de la zona del BIdasoa, o las casas de ladrillo, que tienen residuos de una arquitectura cl¨¢sica o romana en el Sur".
"Indudablemente", continu¨®, "hay una serie de elementos que cobran aqu¨ª concomitancias con las zonas lim¨ªtrofes; pero, de todas formas, hay una serie de elementos que tienen aqu¨ª una especial significaci¨®n, como son las planificaciones medievales realizadas con un criterio geom¨¦trico o los mismos barrios segregados".
"Como conclusi¨®n se puede decir que la casa del Norte, cerca del Pirineo, es propia de personas que han vivido mucho hacia adentro, y las construcciones tienen estructuras muy s¨®lidas. La vivienda de la cuenca del Ebro, con un clima menos duro, tiene un cierto aire secundario, m¨¢s fr¨¢gil, donde la vida se hace m¨¢s hacia el exterior".
El primero de los cuatro vol¨²menes de que consta La casa en Navarra contiene generalidades, as¨ª como un estudio sobre el proceso de poblaci¨®n de la regi¨®n, los asentamientos urbanos y las villas. Acompa?an a este texto numerosos planos y fotograrlas que en gran parte proceden del archivo fotogr¨¢fico de Esteban Uranga. Asimismo se incluyen dibujos realizados por el propio Caro y grabados, muchos de ellos de car¨¢cter hist¨®rico.
La arquitectura urbana y rural de la zona de Pamplona se encuentra ampliamente estudiada en el segundo volumen de esta extensa obra, mientras que el tercero est¨¢ dedicado a las comarcas,de Sang¨¹esa y Estella, donde precisamente se profundiza en unos h¨¢bitats que eran muy poco conocidos; en el ¨²ltimo se examina la vivienda de Olite y Tudela.
Despu¨¦s de investigar detenidamente el problema del h¨¢bitat y de examinar la enorme variedad de asentamientos que hay en Navarra, Caro se encontr¨® en su trabajo con una circunstancia evidente: la despoblaci¨®n de pueblos y n¨²cleos rurales que merec¨ªan haberse conservado.
"Conviene", dijo, "hacer una llamada de atenci¨®n antes de que desaparezcan nuevas poblaciones. Para evitar que muchas de las ed¨ªficaciones de estos n¨²cleos y de otros lugares se cayesen har¨ªa falta aplicar una ley de protecci¨®n de la arquitectura civil. Se ha ayudado a la arquitectura religiosa y a los grandes monumentos, pero se ha hecho muy poco por estas edificaciones".
Caro, que en su obra analiza la formaci¨®n de poblaciones como Pamplona, Tudela y Sang¨¹esa, manifest¨® no conocer si existen libros tan intensos sobre este tema en concreto. "En Catalu?a se hizo hace unos 60 a?os un estudio sobre la mas¨ªa de aquella ¨¦poca y se public¨® un librito-resumen, pero no era una investigaci¨®n tan profunda".
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