El creciente coste de las organizaciones, amenaza para la continuidad del 'circo'
El costo del montaje de las carreras de F¨®rmula 1, que asciende ya, solamente en primas de salida, a unos 120 millones de pesetas por carrera, podr¨ªa determinar el fin del campeonato tal como est¨¢ planteado en la actualidad. Las tres carreras disputadas esta temporada cerraron sus cuentas con fuertes p¨¦rdidas, y en alg¨²n caso con la intenci¨®n de no volver a organizar una prueba de estas caracter¨ªsticas. La denuncia del pasado a?o de los organizadores del Gran Premio de Espa?a no sirvi¨® de ejemplo entonces. Ahora, quiz¨¢ demasiado tarde, el ruinoso final del circo puede ser irremediable.
El pasado a?o, despu¨¦s de una serie de enfrentamientos con la federaci¨®n internacional (FISA) y la espa?ola (FEA), el organizador espa?ol, el Real Autom¨®vil Club de Espa?a (RACE), se neg¨® a montar el Gran Premio de Espa?a de F¨®rmula 1.El RACE denunci¨® entonces el montante de ingresos exigido por la Asociaci¨®n de Constructores de F¨®rmula 1 (FOCA), que ascend¨ªa casi a 100 millones de pesetas. Esta cifra, sumada al costo de las obras que la FISA exig¨ªa en el circuito del Jarama y al resto de las partidas del montaje de la carrera en s¨ª misma, ,elevaban la cuant¨ªa de gastos fijos por encima de 250 millones de pesetas.
Como la cifra de ingresos por publicidad y venta de entradas no llegar¨ªa nunca a los 100 millones, las p¨¦rdidas seguras con las que tendr¨ªa que enfrentarse el RACE, caso de llevar adelante la carrera, nunca, ser¨ªan inferiores a 150 millones de pesetas. Una cantidad que el organizador espa?ol no estaba dispuesto a asumir.
Esta temporada la situaci¨®n de crisis comienza a generalizarse. Las primas de salida que la FOCA exige a los organizadores para desplazarse hasta el circuito es ya de 120 millones de pesetas. Esta cantidad debe depositarse en una cuenta cifrada de un banco suizo con bastante antelaci¨®n a la celebraci¨®n de la primera sesi¨®n de entrenamientos oficiales.
A esos 120 millones de pesetas, que se reparten los pilotos y las escuder¨ªas seg¨²n un complej¨ªsimo procedimiento, los organizadores tienen que a?adir los restantes gastos del montaje, como la difusi¨®n publicitaria, los gastos de viaje y estancia de una pl¨¦yade de federativos de todo el mundo y un sinf¨ªn de partidas m¨¢s que sit¨²an el costo total de la organizaci¨®n de una carrera de estas caracter¨ªsticas en una cifra que ronda los 180 millones de pesetas.
Para compensarla, los organizadores s¨®lo tienen los ingresos de la venta de las entradas y la publicidad. Si ¨¦stos suben mucho el precio de las entradas, los aficionados dejan de acudir al circuito y se conforman con ver la carrera por televisi¨®n -cuyos derechos van a parar a la FOCA y a la federaci¨®n internacional-
Lo mismo podr¨ªa decirse de los precios de las vallas publicitarias de los circuitos. En esas condiciones, los montajes de este tipo de pruebas, con los gastos fijos que tienen en la actualidad, son pr¨¢cticamente ruinosos.
P¨¦rdidas generalizadas
La primera carrera, disputada en Brasil, arroj¨® un saldo con p¨¦rdidas superiores a los 100 millones de pesetas. Balance negativo que tiene que sumarse al de ediciones anteriores. La cifra de espectadores result¨® sensible mente m¨¢s baja a¨²n que la de a?os anteriores -poco m¨¢s de 50.000 aficionados-, y s¨®lo la intervenci¨®n del Gobierno brasile?o con una. importante aportac¨ª¨®n econ¨®rnica salv¨®, una vez m¨¢s, a los organiz adores. Pero, a pesar de la aportaci¨®n gubernamental, los organizadores brasile?os volvieron a cuestionarse la posibilidad ele organizar nuevamente la carrera la pr¨®xima terriporada, y es probable que el Gran Premio de Brasil no vuelva a disputarse.La segunda prueba de la terriporada, disputada por las calles de la ciudad de la costa oeste norteamericana de Long Beach se cerr¨® con un balance m¨¢s deficitario todav¨ªa que la primera. Pese a que el n¨²mero de espectadores, al ser un circuito urbano fue mayor que en Brasil -unos 70.000 aficionados- y que los precios de las entradas eran bas tante elevados, los organizadores perdieron casi 120 millones.
La tercera prueba del calendario, ¨²ltima celebrada por ahora, se disput¨® el pasado domingo en el circuito Paul Ricard, en el sur de Francia. Nunca la cifra de espectadores fue tan baja como en esta ocasi¨®n. Menos de 30.000 aficionados acudieron apresenciar la carrera. Como los gastos se acercaban a los 200 millones de pesetas, las p¨¦rdidas para los organizadores franceses se sit¨²an en torno a 100 millones, muy por encima de lo que ¨¦stos pueden soportar.
En esas condiciones, los propietarios del circuito Paul Ricard, probablemente el mejor y m¨¢s seguro de todos cuantos componen el calendario del mundial, es muy probable que renuncien a la organizaci¨®n en pr¨®ximas temporadas del Gran Premio de Francia.
Dif¨ªcil arreglo
El problema econ¨®mico de la F¨®rmula 1 no parece: que tenga una r¨¢pida soluci¨®n. Los tres fracasos en las tres primeras carreras no parecen un hecho aislado, sino el comienzo de una crisis de la que muy pocos organizadores podr¨¢n salvarse. La FOCA, que preside el brit¨¢nico Bernie Ecclestone, no s¨®lo no ha anunciado un recorte en sus ingresos como posible salida de la crisis, sino que se niega a renunciar a un sustancial incremento de los mismos en a?os sucesivos.Mientras este a?o muchos organizadores cerrar¨¢n sus balances con p¨¦rdidas superiores a 100 millones de pesetas, muchos de los pilotos -y m¨¢s a¨²n algunas escuder¨ªas- lo har¨¢n con beneficios de similar magnitud.
Algunos organizadores piensan ya seriamente la posibilidad de organizar carreras de F¨®rmula 2, mucho menos costosas de montaje porque las pretensiones de los pilotos y escuder¨ªas son casi 10 veces menores que las de los de F¨®rmula 1.
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