Reducci¨®n salarial e inflaci¨®n al 8%, proyectos del Gobierno para 1984

Un pr¨®ximo Consejo de Ministros se encargar¨¢ monogr¨¢ficamente de las directrices b¨¢sicas de los Presupuestos Generales del Estado para 1984, as¨ª como de las anunciadas reformas econ¨®micas. Entre las citadas directrices figura el objetivo de reducir la inflaci¨®n entre dos y cuatro puntos desde el 12% esperado de cara a final6s del presente a?o. Si se aceptasen estas hip¨®tesis, los aumentos salariales recomendados oscilar¨ªan entre el 6% y el 8%.Por otra parte, en el Pleno del Congreso de los Diputados de ayer quedaron rechazadas las seis enmiendas a la totalidad del proyecto de Presupuestos Generales del Estado para el a?o en curso formuladas por todos los grupos de la oposici¨®n. El proyecto pasar¨¢ ahora a la comisi¨®n correspondiente del Congreso. Fuentes del Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda declararon que en el futuro se marcar¨¢ desde el sector p¨²blico una pauta dr¨¢stica de objetivos de inflaci¨®n y de salarios. Para 1983, si bien la subida garantizada a cada funcionario no excede del 9% los gastos de personal se aproximar¨¢n en conjunto, seg¨²n estimaciones, a un 16%. para el Estado y bastante m¨¢s en las empresas p¨²blicas. En este contexto, el llamamiento a la moderaci¨®n salarial realizado el martes por Miguel Boyer en el Congreso, despu¨¦s de recordar que s¨®lo los salarios de convenio han crecido como media el 11,65% -algo m¨¢s que en el ejercicio pasado, pese a que la inflaci¨®n bajar¨¢ del 14,4% al 12% seg¨²n las previsiones-, se eval¨²a como un precedente para las medidas (le ajuste que se contienen en las directrices de los presupuestos para 1984.

La discusi¨®n de las normas formales para los presupuestos y las propuestas generales de pol¨ªtica economica, seguida durante las ¨²ltimas semanas en al.tos niveles de la Administraci¨®n, se plasm¨® precisamente en el discurso de presentaci¨®n al Congreso de los presupuestos para el a?o en curso por parte de Miguel Boyer. Observadores cualificados del debate han entendido su llaman¨²ento a la necesidad de moderar los salarios, como un incipiente espaldarazo de las principales propuestas concebidas en el departamento para 1984.

Mientras algunos, altos cargos de la Administraci¨®n acepatan la necesidad de un plan de estabilizaci¨®n -con esta u otra denominaci¨®n- y lo aceptan como inevitable, otros rechazan las medidas por chocar con algunas de las integradas en el programa electoral socialista.

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