La dureza policial provoca en Francia especulaciones sobre la estabilidad del Gobierno
Desde hace varias semanas, en Francia, y de manera m¨¢s palpable y espectacular en Par¨ªs, el quehacer pol¨ªtico del Gobierno socialista se ha centrado en el mantenimiento del orden p¨²blico. Todo lo dem¨¢s, en este pa¨ªs, pudiera decirse que es pura econom¨ªa. Las huelgas estudiantiles, sindicales o empresariales, y su ant¨ªdoto, es decir, la polic¨ªa, han dado lugar a duros enfrentamientos que, a alguna Prensa favorable a la oposici¨®n conservadora liberal, le sirven para atisbar los s¨ªntomas anunciadores del fin del socialismo en Francia.
Las im¨¢genes que vienen apareciendo, un d¨ªa y otro, en la Prensa y en la televisi¨®n francesas, evidencian la brutalidad que, en ocasiones, han desencadenado los choques entre los manifestantes y las fuerzas del orden. De creer a algunos comentaristas o informadores, las batallas que se libran en las calles de Par¨ªs, en este mayo de 1983, estar¨ªan fomentadas, e incluso orquestadas, por el Gobierno socialista. Estas tesis sostienen que comandos de polic¨ªas, verdaderos o falsos, act¨²an al lado de la gendarmer¨ªa con el objeto de provocar a los manifestantes. Con ello, el poder intentar¨ªa descalificar a quienes se manifiestan contra la carest¨ªa de la vida, la ley que reforma la ense?anza universitaria o el aumento de los impuestos Los dirigentes socialistas, con su astucia desear¨ªan probarles a los franceses que los fascistas intentan desestabilizar el r¨¦gimen.Alg¨²n organismo, como la liga de los derechos del hombre, favorable a los socialistas, ofrece un an¨¢lisis radicalmente opuesto al explicar este desalmado mayo de 1983. Este segundo tipo de explicaciones sobre las huelgas estima que la sangre ciudadana de las ¨²ltimas batallas parisienses es el resultado de un compl¨® entre los grupos de extrema derecha y la polic¨ªa, o una parte de esta ¨²ltima al menos. Su objetivo ser¨ªa, l¨®gicamente, socavar el poder socialista para ponerlo en manos de la oposici¨®n pol¨ªtica o, llegado el caso de los militares.
La tesis del compl¨®
Una polic¨ªa como la francesa que siempre o casi siempre ha estado a las ¨®rdenes de la derecha, cuando la izquierda llega al poder ofrece una actitud que, tal como lo prueba la actualidad, algunos militantes antisocialistas han valorado como una bomba pre?ada de ilusiones. La nostalgia de un mes de mayo 1983 al rev¨¦s ha servido para acariciar las mismas esperanzas. Las interpretaciones de unos y otros es negada rotundamente por los hechos m¨¢s tangibles y s¨®lidos. El Gobierno socialista ha alcanzado la cima de sus dificultades econ¨®micas y la oposici¨®n ejerce normalmente su funci¨®n cr¨ªtica. Ayer empez¨® la discusi¨®n, en la Asamblea de Diputados, de la ley de programaci¨®n militar par a los pr¨®ximos cinco a?os. Y el martes pr¨®ximo entrar¨¢ en el hemiciclo la nueva ley universitaria que tantos des¨®rdenes est¨¢ provocando en las calles y que, ese mismo d¨ªa, dar¨¢ lugar a una manifestaci¨®n que se prev¨¦ como decisiva para el futuro de la tambaleante y, a veces, confusa revuelta estudiantil.
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