Pinochet tendr¨¢ que decidir: di¨¢logo o m¨¢s represi¨®n
Un centenar de las casi 300 personas que permanecen detenidas en Santiago de Chile tras las manifestaciones de rechazo contra Pinochet del pasado 11 de mayo han sido puestas en libertad. El r¨¦gimen militar anunci¨® ayer que ha autorizado la vuelta a Chile de 76 personas exiliadas, entre las que no figura ning¨²n dirigente pol¨ªtico de la oposici¨®n. En Espa?a, ha habido ocupaciones e intentos de ocupaciones en los consulados chilenos de Barcelona, Zaragoza y San Sebasti¨¢n. En Barcelona, las puertas del consulado permanec¨ªan cerradas, pero en la capital donostiarra los ocupantes permanecieron una hora en el edificio sin causar da?os.
El Gobierno chileno del general Augusto Pinochet, presionado por sus propios partidarios, se encuentra en la situaci¨®n de tener que aceptar una apertura al di¨¢logo pol¨ªtico o, por el contrario, aplicar medidas m¨¢s dr¨¢sticas para detener el crecimiento de la oposici¨®n y superar la m¨¢s profunda crisis desde que los militares asumieron el poder hace 10 a?os.Pinochet se, dirige hoy por radiotelevisi¨®n al pa¨ªs y se reuni¨® el jueves durante m¨¢s de cuatro horas con la junta de Gobierno, el cuerpo de generales, los almirantes y sus ministros de Estado. El general no dej¨® entrever Cu¨¢les ser¨¢n sus pr¨®ximos pasos, pero rest¨® significaci¨®n a la protesta social que se desencaden¨® hace 10 d¨ªas.
Compar¨® las violentas manifestaciones con Io que sucede en un estadio de f¨²tbol donde el 2O% de los espectad¨¦res grita, mientras el 80% restante calla, y sostuvo que "hay minor¨ªas que se las arreglan para aparecer como mayor¨ªas".
Ambiente de expectivas
Durante la larga reuni¨®n, el jefe de Estado, vistiendo su uniforme de general, destac¨® en tono en¨¦rgico la mala memoria de algunos chilenos que, seg¨²n afirm¨®, "han olvidado las conquistas de este Gobierno".
El anuncio del discurso ha provocado un ambiente de conjeturas, y expectativas, despu¨¦s de los tensos d¨ªas que siguieron a la jornada de protesta nacional realizada por los sindicatos de oposici¨®n el 11 de mayo, que culmin¨® con dos muer tos y 600 detenidos en las manifes taciones callejeras y en los allanamientos de viviendas posteriores.
Las conjeturas apuntan la posibilidad de que Pinochet modifique su Gabinete y designe a un nuevo ministro del Interior, en sustituci¨®n del general Enrique Montero.
Tanto el oficialismo como la oposici¨®n de Chile desean una apertura al di¨¢logo, como lo pidieron la Confederaci¨®n, de Trabajadores del Cobre y los dem¨¢s sindicatos que respaldaron las manifes taciones de protesta del d¨ªa 11. Esas demostraciones no tienen precedentes en estos 10 a?os de r¨¦gimen autoritario y, en alguna medida, recuerdan las cr¨ªticas circunstancias que Chile vivi¨® antes de la ca¨ªda del Gobierno izquierdista de Salvador Allende, en septiembre de 1973.
Un intento de di¨¢logo del ministro Montero con algunos l¨ªderes sindicales no prosper¨®, porque, al mismo tiempo, el Gobierno emprendi¨® acciones para procesar a los dirigentes de los mineros. La Uni¨®n Democr¨¢tica de Trabajadores, la Confederaci¨®n de Empleados Particulares y. la Asociaci¨®n Nacional de Empleados Fiscales suspendieron sus contactos con el ministro y volvieron a sentarse en la misma mesa con la Confederaci¨®n del Cobre.
Esta unidad sindical "augura dif¨ªciles momentos" para el Gobier-, no, seg¨²n advirti¨® ayer el influyente diario El Mercurio en una extensa nota editorial.
En med¨ªos oficialistas se considera urgente alg¨²n tipo de apertura que termine con las medidas represivas y permita escuchar los planteamientos de la oposici¨®n en tomo al restablecimiento de las libertades p¨²blicas y las formas.democr¨¢ticas de convivencia. El ide¨®logo nacionalista Pablo Rodr¨ªguez, considerado como uno de los representantes del sector duro del r¨¦gimen, lleg¨® a se?alar que, de lo contrario, "seguir¨¢ enfri¨¢ndose la adhesi¨®n ciudadana al Gobierno y ganar¨¢n terreno los que procuran impunemente su ca¨ªda".
La Iglesia se distanda
La Iglesia cat¨®lica, que en 1973 ped¨ªa el di¨¢logo y el desarme de los esp¨ªritus para impedir una guerra civil, hoy insiste en la urgencia d e un entendimiento entre gobernantes y gobernados, para evitar una situaci¨®n de tensi¨®n extrema que ninguna persona razonable puede desear".
En los c¨ªrculos de la oposici¨®n moderada, que incluye a la democracia cristiana y a la socialdemocracia, adem¨¢s de un sector de la derecha que hasta hace poco apoy¨® al Gobierno, existe preocupaci¨®n por lo que pueda resolver en las pr¨®ximas horas el presidente Pinochet.
Para ellos, una actitud m¨¢s abierta del r¨¦gimen eliminar¨ªa la amenaza de que las posiciones en Chile se sigan polarizando, hasta llegar a situaciones de violencia social similares a las que precipitaron los actuales conflictos en Am¨¦rica Central.
"No se trata de establecer ahora un Gobierno civil, sino de estudiar con serenidad los caminos que nos lleven en forma gradual, pero segura, a la restauraci¨®n de la democracia", precis¨® un portavoz de estos partidos, sometidos desde 1973 a una congelaci¨®n pol¨ªtica.
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