Francia en Guinea
CADA D?A es m¨¢s perceptible y evidente la pol¨ªtica francesa en la costa occidental de Africa, que indica, quiz¨¢, el comienzo de la sustituci¨®n de la influencia de Espa?a por la de Francia en ese peque?o pa¨ªs de poblaci¨®n negra y habla castellana que es Guinea Ecuatorial.Por razones no bien conocidas y mucho menos explicadas, el ministro Fernando Mor¨¢n no ha tenido, como su antecesor, ninguna pol¨ªtica tang¨ªble con Guinea, ni, tampoco ha organizado una log¨ªstica de la operaci¨®n que .indicara la aparici¨®n de un cambio razonable y firme en la postura espa?ola. La situaci¨®n interna-de aquel pa¨ªs contin¨²a deterior¨¢ndose. S¨®lo algunas de las ayudas espa?olas y de los organismos internacionales, en especial en el terreno de la educaci¨®n y de la capacitaci¨®n profesional, han mantenido vivos los rescoldos de la civilizaci¨®n y la decencia. Francia, junto a sus aliados africanos Gab¨®n y Camer¨²n, bajo el ojo atento de Washington, ha temido los riesgos de que este declive en la situaci¨®n de Guinea Ecuatorial pudiese provocar un desequilibrio pol¨ªtico en la zona.
Otra reacci¨®n a la degradaci¨®n del pa¨ªs ha crist¨¢lizado en una especie de peque?o resurgimiento de la antigua oposici¨®n ecuatoguineana en el exilio al r¨¦gimen del dictador Mac¨ªas. Esta oposici¨®n, residente en Espafia, no ha conseguido sintonizar o dejarse o¨ªr por el Gobierno del coronel Nguema, y ahora se encuentra desorientada, con el temor en el coraz¨®n de que la separaci¨®n entre Madrid y Malabo suponga el exilio definitivo.
Detr¨¢s de la negligencia gubernamental espa?ola se encuentra la ausencia de un entendimiento en materia de cooperaci¨®n con Francia, los pa¨ªses lim¨ªtrofes africanos y los organismos internacionales que operan en el ¨¢rea.
A este paso, las relaciones de Espa?a con Guinea Ecuatorial amenazan con disolverse con poca gloria y ning¨²n provecho.
Desde el punto de vista de los intereses econ¨®rnicos, Guinea Ecuatorial ofrece interesantes indicios de petr¨®leo y minerales estrat¨¦gicos, am¨¦n de que tiene un p otencial agr¨ªcola superior al de los pa¨ªses lim¨ªtrofes. Puede ser, en teor¨ªa, una zona franca que opere hacia el centro de ?frica y, sin duda, servir de base pesquera para las flotas espa?olas que operan en la costa africana, en especial la atunera. Estas posibilidades, por supuesto, requieren, para que sean algo m¨¢s que fantas¨ªas, el que Guinea Ecuatorial funcione, es decir, que se ejerza una buena administraci¨®n de sus recursos econ¨®micos y que la part¨ªcipaci¨®n de los guineanos en el desarrollo pol¨ªtico y social de su.pa¨ªs sea el derecho de todos y no el privilegio de unos pocos. ?Qui¨¦n puede contribuir mejor a estos objetivos, Francia o Espa?a?
El Gobierno socialista debe resolver este dilema con rapidez y actuar en consecuencia. S¨ª corresponde a Francia dirigir la cooperaci¨®n, debemos prestarle todo nuestro apoyo y experiencia. Por el contrario, si Espa?a capitanea la colaboraci¨®n con Guinea Ecuatorial, deber¨¢ mantener una consulta viva y permanente con Francia, con los pa¨ªses de la CEE y tambi¨¦n con los vecinos afficanos de esa naci¨®n. Adem¨¢s, la buena utilizaci¨®n de los organismos internacionales y un planteamiento operativo de la cooperaci¨®n econ¨®mica, educat¨ªva y sanitaria espa?ola demostrar¨ªan al Gobierno del coronel Obiang, a los desesperanzados en el exilio y al pueblo de Guinea que el actual Gobierno espa?ol tiene, por fin, en esta cuesti¨®n las ideas claras y el ¨¢nimo firme.
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