Con masculino arrebol

La lectura de la ¨²ltima p¨¢gina de EL PAIS del martes 17 de mayo me ha Producido una ¨ªntima satisfacci¨®n. No era para menos. Saltaba de gozo pensando que el d¨ªa en que mi modesta persona salga a la palestra p¨²blica y merezca la atenci¨®n de su peri¨®dico, si tengo la inmensa suerte de pillarles en vena, podr¨ªa verme obsequiado con perlas como las que dedican a la nueva directora de la c¨¢rcel de mujeres de Barcelona. Ah¨ª es nada. Podr¨ªan decir de m¨ª cosas como: "El despacho ( ... ), de una sobriedad tan apagada como el gris plomizo de la fachada, no es, ni mucho menos, el marco que m¨¢s le favorece. Y, sin embargo, est¨¢ hermoso". Con arrebol en las mejillas responder¨ªa t¨ªmidamente que eso se lo dicen a todos los profesionales. Claro que si, adem¨¢s, destacaban mi pelo rubio y ondulado, con reflejos que se esconden al moverse", y a?adieran que iba hecho un brazo de mar, "vestido siempre con un impecable conjunto", me sentir¨ªa m¨¢s orgulloso que pa qu¨¦. Una amiga malintencionada, de esas que todo lo ven con desconfianza, se ha apresurado a destruir mis ilusiones, explic¨¢ndome que, en raz¨®n de mi sexo, tengo pocas posibilidades de saborear las mieles de semejantes elogios. Seguiremos esperando una sociedad menos sexista y en la que a hombres y mujeres nos resulte m¨¢s grato vivir. /