Manolo, de 14 a?os, heroin¨®mano desde los 10, ha logrado vencer el 'mono'
Manolo tiene 14 a?os, pero por su aspecto endeble y menudo podr¨ªa tener 10. Nadie dir¨ªa que este ni?o se gastaba hace unos meses 40.000 pesetas diarias en hero¨ªna y que llevaba ya cuatro a?os pinch¨¢ndose. Su adicci¨®n le convirti¨® en un consumado delincuente que lleg¨® a fugarse en seis ocasiones de otros tantos reformatorios y centros de internamiento. Como ¨²ltima soluci¨®n, el Tribunal Tutelar de Menores tom¨® contacto con AMAT (Asociaci¨®n Madrile?a de Ayuda al Toxic¨®mano) y Manolo lleg¨® a Hontanillas.
En el Centro Piloto de Hontanillas, un pueblo totalmente abandonado a m¨¢s de 60 kil¨®metros de Guadalajara, un grupo de j¨®venes, todos ellos heroin¨®manos en situaci¨®n l¨ªmite hasta que llegaron all¨ª, iniciaron hace ahora tres meses el penoso camino de su rehabilitaci¨®n.El milagro ha sido posible gracias a la asociaci¨®n promotora; a Icona, que ha cedido 1.260 hect¨¢reas de terreno; a la Delegaci¨®n de Sanidad del Ayuntamiento de Madrid, que les subvenciona econ¨®micamente, y a las propias Fuerzas Armadas, que con regularidad les suministran ropa, mobiliario, tiendas de campa?a...
Hoy, ya hace un mes que Manolo est¨¢ en el centro, donde, seg¨²n ¨¦l, se le trata "como a un pr¨ªncipe". M¨¢s gordo, con mejor color, una vez pasada la terrible fase del mono o s¨ªndrome de abstinencia, ha perdido las irresistibles ganas de fugarse que sinti¨® al principio y a?ora menos su barrio de Orcasitas.
De sus nueve hermanos, otros cinco est¨¢n enganchados a la hero¨ªna. Mientras espera en estos d¨ªas la visita de sus padres, afirma que no se ir¨¢ de Hontanillas "hasta que no vengan aqu¨ª mis hermanos".
Desorganizaci¨®n disciplinada
No deja de ser algo pintoresco el hecho de encontrar junto a un pueblo en ruinas un grupo de j¨®venes vestidos en muchos casos con ropa militar y entregados a una febril actividad. Mientras unos ordenan y limpian, otros construyen unas conejeras y otros hacen de un viejo lavadero una peque?a piscina. Otros m¨¢s acompa?an d¨ªa y noche a tres reci¨¦n llegados, en pleno mono, para ayudarles a pasar el trance que supone para un heroin¨®mano dejar de pronto la droga a la que se ha habituado muchas veces desde hace varios a?os."Aqu¨ª mantenemos una desorganizaci¨®n disciplinada", asegura Juan, uno de los m¨¢s veteranos; "cada uno ha de responsabilizarse de su labor y los trabajos se reparten. Yo estoy aqu¨ª desde el principio. Hemos soportado hasta 17 grados bajo cero en una tienda de campa?a, pero no me he planteado marcharme. Despu¨¦s de haber estado pr¨¢cticamente tirado en la calle y de haber pasado por Carabanchel, mi ¨²nica alternativa era irme a Tailandia a morirme o venir aqu¨ª. Ahora me he encontrado a m¨ª mismo y estoy a gusto. Quiero ayudar a los que pasan por lo que yo he pasado".
Personas 'que han tocado fondo'
El tratamiento que se sigue en Hontanillas es similar al de otros tipos de centros que se han montado recientemente en Espa?a. Quiz¨¢ la diferencia, seg¨²n la resalta Diego Cruz, presidente de AMAT, estriba en que all¨ª llegan "personas que ya han tocado fondo, en situaciones realmente extremas". Tampoco excluyen la asistencia m¨¦dico-psicol¨®gica, que facilita la propia asociaci¨®n, y cada caso se eval¨²a individualmente a fin de valorar hasta qu¨¦ punto es recomendable el internamiento. Una vez en el centro, los masajes, los ba?os, las tisanas, la vida natural, el trabajo y la convivencia y comunicaci¨®n con personas que conocen a fondo el problema har¨¢n lo dem¨¢s.Diego es, en cierto modo, el responsable de que todo marche bien. A sus 35 a?os, casado y padre de cuatro hijos, estuvo enganchado durante ocho a?os y lleg¨® a separarse de su mujer. Toda su ilusi¨®n es ahora construir una casa para ¨¦l y su familia en Hontanillas y dedicarse de lleno a la rehabilitaci¨®n de toxic¨®manos.
La idea es que se creen varios grupos no demasiado numerosos y encontrar una posible salida para hacer definitiva su reinserci¨®n social, tal vez hallando alternativas de asentamiento en la misma zona mediante la creaci¨®n de cooperativas de trabajo.
Por el momento, la actividad se centra en construir nuevas dependencias para instalarse mejor que en el barrac¨®n que les ha cedido una empresa constructora y en incrementar las faenas agr¨ªcolas. Por otra parte, intentar¨¢n aprovechar las estructuras del viejo pueblo que todav¨ªa quedan en pie.
En cualquier caso, sus planteamientos no parecen triunfalistas y ninguno est¨¢ seguro de no volver a recurrir a la hero¨ªna en el caso de verse de nuevo en su ambiente y situaci¨®n anterior.
Casi todos los integrantes del centro han tenido problemas con la justicia, han tenido que robar para pincharse, han sido en sus familias las ovejas negras, y la ciudad, desde Hontanillas, les asusta. "Hemos decidido pasar de la ciudad", aseguran.
En el cercano pueblo de Pareja, a unos cinco kil¨®metros, la presencia de estos j¨®venes despert¨® recelos en principio, pero, actualmente, los problemas se han superado y las relaciones se estrechan cada vez m¨¢s.
Cuarenta mil pesetas por persona
"De los 40 millones que el Ayuntamiento de Madrid ha destinado a trav¨¦s de mi delegaci¨®n al problema de la drogadicci¨®n, se subvencionan con 40.000 pesetas por persona y mes la mayor¨ªa de las plazas del centro de Hontanillas", afirma el delegado de Sanidad, doctor De Juan.Por su parte, AMAT tiene en marcha la creaci¨®n de otro centro en Orcasitas y desarrolla tambi¨¦n una labor de tratamiento ambulatorio en su local, en el piso 32 derecha del n¨²mero 36 de la calle de R¨ªos Rosas de Madrid (tel¨¦fono 441 22 77).
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