Siete espa?oles pretenden recorrer en balsa el curso del r¨ªo Amazonas durante cinco meses
Siete espa?oles se enfrentar¨¢n durante cinco meses a la cruel claustrofobia de la selva. Desde el r¨ªo Urubamba, al borde del enigm¨¢tico Machu-Pichu, tratar¨¢n de seguir hasta Belem, en la costa atl¨¢ntica obras le?a, el curso del Amazonas en la balsa de 40 metros cuadrados construida con madera de topa a la vieja usanza nativa. Se har¨¢n vecinos de serpientes, insectos, pira?as y anguilas el¨¦ctricas. Recorrer¨¢n, si los dioses de la selva lo permiten, alrededor de 6.800 kil¨®metro. Se llama Operaci¨®n Largo Amazonas.
Cinco murcianos, una murciana -Mar¨ªa Mart¨ªnez, esposa del jefe de expedici¨®n, Alfonso Carri¨®n- y un alicantino quieren hacer del descenso del Amazonas un homenaje al quinto centenario del descubrimiento de Am¨¦rica y, de paso, inscribir sus nombres en el Guinnes Book para ostentar el r¨¦cord de navegaci¨®n fluvial en balsa. Y todo con 300.000 pesetas que comenzar¨¢n a gastarse en el Urubamba el pr¨®ximo d¨ªa 10 de junio, fecha del inicio de la aventura.
El caudaloso r¨ªo Amazonas a¨²n no ha desvelado su aut¨¦ntica identidad. No parece conocerse a ciencia cierto d¨®nde nace. Existen dos teor¨ªas sobre sus fuentes. Una dice que el Amazonas ve la luz en la monta?a peruana de Huacha, por donde discurre el r¨ªo Apurimac. Otra asegura que en la monta?a, tambi¨¦n peruana, de Laraya mana el agua que formar¨¢ el r¨ªo Vilcanota, que despu¨¦s se convierte en el Huilcamayu y un trecho m¨¢s all¨¢ en el Urubamba. Aqu¨ª convergen ambas teor¨ªas, porque de los r¨ªos Apurimac y Urubamba surge el Ucayal¨ª, y cuando ¨¦ste confluye con el r¨ªo Mara?¨®n se forma el Amazonas.
El septeto, ebrio de aventura, comenzar¨¢ el viaje en el Urubamba, un r¨ªo que descender¨¢n en canoas algunos tramos, porque tiene fuertes torrenteras, trechos donde no resulta navegable y alg¨²n que otro r¨¢pido. Desembocar¨¢n en el Ucayal¨ª, y una vez pasado un espacio donde las aguas corren a m¨¢s de 50 kil¨®metros por hora fabricar¨¢n la balsa.
Una balsa de 40 metros cuadrados
La balsa la construir¨¢n con madera de topa, tal y como se presume que hac¨ªan los expedicionarios de siglos atr¨¢s. Medir¨¢ ocho metros de largo por cinco de ancho y en el centro se elevar¨¢ una caba?a de chonta y hojas, que servir¨¢ de despensa y lugar de descanso a la sombra para los navegantes. Un primitivo tim¨®n servir¨¢ para mantener el rumbo adecuado en un r¨ªo que durante la ¨¦poca de lluvias puede aumentar su caudal en un metro o rebajarlo en tiempo de sequ¨ªa.Los expedicionarios calculan que en balsa recorrer¨¢n cerca de 6.500 kil¨®metros y a pie o en otros medios alrededor de 300. Prev¨¦n que esa distancia la cubrir¨¢n entre cinco o seis meses, y que una jornada de navegaci¨®n -de sol a sol- no cubrir¨¢ m¨¢s all¨¢ de los 45 kil¨®metros, entre otras razones porque el Amazonas tiene un desnivel de seis cent¨ªmetros cada kil¨®metro y la velocidad de la corriente se sit¨²a en los 2,5 nudos.
El equipo consiste b¨¢sicamente en instrumental de filmaci¨®n fotogr¨¢fica, pertrechos propios para zonas salvajes -machetes, cuchillos y un largo etc¨¦tera-, mochilas, sacos de dormir y 50 kilos de material m¨¦dico-quir¨²rgico. Entre los expedicionarios viaja un cirujano que prev¨¦ atacar cualquier dolencia grave con los elementos que contienen ese medio centenar de kilos de instrumental. Los v¨ªveres est¨¢ previsto conseguirlos durante la traves¨ªa. Caza, pesca y fruta son las bases de la alimentaci¨®n.
Adem¨¢s de homenajear a Orellana, el gran pionero del Amazonas, saludar el quinto centenario del descubrimiento de Am¨¦rica e inscribir sus nombres en el Guinnes Book, los expedicionarios pretenden realizar estudios biol¨®gicos y filmaciones que ya tienen comprometidas con instituciones y organismos que ayudar¨¢n en el cap¨ªtulo econ¨®mico. Entre otras actividades, pretenden filmar a los brujos verdes o amaz¨®nicos y las misiones espa?olas de dominicos, franciscanos, pa¨²les y agustinos que jalonan la ribera del Amazonas.
La m¨¢s ambiciosa de sus aspiraciones consiste en lograr material para demostrar que la civilizaci¨®n incaica pudo dominar todas las culturas que se extienden desde los Andes hasta el Atl¨¢ntico.
Entre los siete aventureros, que han abandonado temporalmente sus quehaceres profesionales, se encuentran un t¨¦cnico en marketing, un empresario, un auxiliar de laboratorio, un especialista en electricidad industrial, un antrop¨®logo, un especialista en zoolog¨ªa y entomolog¨ªa y un buceador y experto en navegaci¨®n. Sus nombres son: Alfonso Carri¨®n, Carlos Garc¨ªa-Vaso, Mar¨ªa Mart¨ªnez, Francisco Manzanares, Jos¨¦ Luis Jordana, Andr¨¦s Iglesias y Ram¨®n Plaza.
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