Se ignoran a¨²n los motivos de la matanza en la escuela de Eppstein
Se ignoran todav¨ªa los motivos que llevaron al exiliado checoslovaco, Karel Charva, a provocar la matanza en la escuela de Eppstein, cerca de Franfort, y luego a suicidarse. La polic¨ªa esperaba obtener una pista con el interrogatorio de un profesor herido, pero no hab¨ªa ning¨²n contado entre ¨¦l y el homicida.
El exiliado checo abandon¨® su pa¨ªs el a?o 1968, tras la invasi¨®n sovi¨¦tica, y recibi¨® asilo pol¨ªtico en la Rep¨²blica Federal de Alemania. Charva se present¨® como psic¨®logo, pero nunca pudo mostrar un diploma, trabaj¨® en Francfort como taxista hasta 1978 y luego como vigilante en una empresa de seguridad.Los vecinos y antiguos compa?eros de trabajo le recuerdan como un personaje extra?o y solitario, que no sol¨ªa hablar con nadie. Le llamaban el mecan¨®grafo, porque se pasaba las noches escribiendo a m¨¢quina.
Otro vecino declar¨® que s¨¦ pod¨ªa o¨ªr que en su habitaci¨®n montaba una y otra vez sus armas. Charva pose¨ªa legalmente las dos pistolas con las que cometi¨® la matanza, por pertenecer a un club de tiro. Las dos pistolas eran una Smith and Wensson y una Stra 22. La autopsia demostr¨® que muri¨® por un disparo, que ¨¦l mismo efectu¨® con el arma dirigida contra su boca.
La polic¨ªa esperaba obtener una explicaci¨®n con la declaraci¨®n del profesor de ingl¨¦s, gravemente herido, en cuya clase murieron los tres ni?os. En una primera versi¨®n de lo ocurrido se record¨® que una persona hab¨ªa preguntado aquella ma?ana en la direcci¨®n de la escuela por el profesor de ingl¨¦s y se asegur¨® que ¨¦l era el homicida.
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