El Atl¨¦tico sufri¨® para eliminar al Athl¨¦tic, en un encuentro brusco
La gresca iniciada una semana antes en el Vicente Calder¨®n prosigui¨® anoche en San Mam¨¦s. A los seis minutos de juego, Patxi Salinas ya hab¨ªa enviado al vestuario, en brazos de sus compa?eros, a Pedraza, al que caz¨® de una alevosa patada por detr¨¢s, merecedora de expulsi¨®n directa, pero que para el ¨¢rbitro ni siquiera fue digna de amonestaci¨®n. Un nuevo hachazo del casi debutante defensa bilba¨ªno -desconocido ayer-, esta Vez a Hugo S¨¢nchez, 12 minutos despu¨¦s, tampoco inmut¨® al colegiado. Con lo que la gresca ya se generaliz¨®.Dur¨® hasta el descanso. A estos partidos nocturnos suele acudir, en primavera, bastante gente escasamente aficionada al f¨²tbol: Les atrae, ante todo, la posibilidad de merendar al aire libre, y de desfogarse libremente. Como es de mala educaci¨®n hablar con la boca llena, los gritos de ese sector del respetable amainaron mientras les dur¨® el bocata, sacado de la bolsa durante el descanso. El Athl¨¦tic aprovech¨® esos minutos de tregua, al comienzo del segundo tiempo, para jugar al f¨²tbol y marcar sus dos goles. Pero, ya puestos, se dieron cuenta los de Clemente de que pod¨ªan superar la elirninatoria, y Sarabia fabric¨® dos o tres ocasiones para ello. Pero enseguida volvieron los gritos -cuando se acabaron los bocadillos- y la gresca se generaliz¨® de nuevo. Jim¨¦nez Madrid -que redondear¨ªa su actuaci¨®n pasando por alto un penalti a Hugo S¨¢nchez, trabado por detr¨¢s cuando ya se iba (m. 45), y, otro a Sarabia, agarrado por Mej¨ªas en jugada de gol (m. 79)- comenz¨® entonces a sacar tarjetas. Pero era demasiado tarde y ya la bronca sigui¨® como si nada.
Aparte de la cr¨®nica de sucesos que podr¨ªa hilvanarse con la estad¨ªstica de patadas, pisotones a jugadores ca¨ªdos en el suelo, desplantes y dem¨¢s, hubo unos veinte minutos, los iniciales de la segunda mitad, de f¨²tbol. En esa fase, la presi¨®n de los bilba¨ªnos, que fue constante durante la casi totalidad del partido, se vi¨® acompa?ada por cierta inspiraci¨®n, y la defensa del Atl¨¦tico hizo agua por doquier.
Pero ya hab¨ªa advertido el m¨ªster de los bilba¨ªnos que, seg¨²n el estatuto de los trabajadores, su equipo ten¨ªa derecho a un m¨ªnimo de un mes de vacaciones, posibilidad que se esfumar¨ªa en caso de superar la eliminatoria. Ante la posibilidad del 3-0; que supondr¨ªa, encima, tener que jugar la pr¨®rroga, amain¨® la presi¨®n bilba¨ªna y gozaron los madrile?os de un par de ocasiones en otras tantas arrancadas a la contra. A la primera, de Land¨¢buru, respondi¨® Zubizarreta con un parad¨®n incre¨ªble. La segunda la desperdici¨® Hugo S¨¢nchez.
En el lado contrario, Julio Salinas, en exceso parsimonioso y Sola, en precioso remate de cabeza, fueron quienes gozaron de las mejores oportunidades del encuentro.
El Atl¨¦tico de Madrid se clasific¨® y los de San Mam¨¦s se ganaron las vacaciones anheladas sin un resultado humillante. En ese sentido, todos contentos.
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