El folklore como un c¨®ndor alto
La reivindicaci¨®n del folklore de cada naci¨®n como elemento integrante de la cultura no es, desde luego, nueva. Pero acaso lo sea m¨¢s convertir ese folklore -sin desvirtuarlo, sin quitarle su fuerza motriz- en virtuosismo de la mejor especie. En creaci¨®n de m¨²sica. Tal es lo que ha hecho Ariel Ram¨ªrez -uno de los m¨¢s importantes folkloristas de Am¨¦rica hoy- con la m¨²sica popular de su pa¨ªs, Argentina. Y de ese arte y acto tuvimos prueba anteanoche en el Teatro Alcal¨¢ Palace de Madrid, en un espect¨¢culo de folklore qu¨ªmicamente puro que culmina con la interpretaci¨®n de la Misa criolla, una de las piezas m¨¢s conocidas de Ram¨ªrez, compuesta en 1963, y que ha cosechado, de entonces ac¨¢, importantes ¨¦xitos internacionales, y m¨¢s de tres millones de discos vendidos.El espect¨¢culo de Ariel Ram¨ªrez consiste en ir mostrando separadamente cada elemento del tinglado, para, en la segunda parte, asistir a la apoteosis del conjunto. Primero es la voz coral, voz sin m¨²sica, voz sola, a cargo esta vez del coro Polif¨®nico Miguel Fleta de Zaragoza, que interpret¨® tres canciones. Viene despu¨¦s la m¨²sica elaborada, y el propio Ram¨ªrez, con gran virtuosismo, al, piano, interpreta alguno de sus temas, desde la c¨¦lebre canci¨®n Alfonsina y el mar (sobre el suicidio de la Storni) hasta las formas populares, en que el piano cl¨¢sico -sin dejar de serlo- imita y recuerda al tambor pampe?o o a la guitarra. Sigue la voz musicada, pero voz popular ahora, voz con sabor a tierra y a hontanar, voz fuerte o dulce pero espec¨ªficamente terr¨¢quea.
Misa criolla
Interpretada por su compositor Ariel Ram¨ªrez, junto con Jaime Torres y Zamba Quilapador. Coro Miguel Fleta de Zaragoza.Teatro Alcal¨¢ Palace. Madrid, 9 de junio. Pr¨®ximas representaciones: d¨ªa 17, teatro Principal, de Zaragoza; d¨ªas 20 y 21, Palau de la M¨²sica, de Barcelona.
Y o¨ªmos cantar a Zamba Quipildor sones del norte argentino, y palabras romanceadas con la erre arrastrada y el coraz¨®n en carnavalito. Y finalmente la m¨²sica popular, representada admirablemente por Jaime Torres y su grupo. Torres es un archimaestro del charango (especie de peque?a guitarra de peculiar¨ªsimo sonido) con el que este hombre -que se emociona tocando, que queda como transido y raptado entre la m¨²sica andina- ha logrado rasgueos y privilegios equiparables en su instrumento a lo que Andr¨¦s Segovia o Narciso Yepes han alcanzado con la guitarra.
Populismo puro
Jaime Torres, populismo puro y elegante, arrebat¨® y entusiasm¨® al p¨²blico que no se hubiera cansado de escucharlo.
Y el final fue la Misa criolla que no es, seg¨²n advert¨ª, sino la uni¨®n, la fusi¨®n de todos estos elementos, al servicio de un folklore boliviano-argentino, transmutado en m¨²sica de conservatorio, sin dejar de ser campo y monta?a y ra¨ªz profunda...
Salvador de Madariaga, que escribi¨® un art¨ªculo sobre esta composici¨®n, dec¨ªa que era una mezcla de espontaneidad y arte. Y agregaba: "Esta obra de valor universal da un ejemplo de c¨®mo se puede incorporar el pueblo a la gran cultura".
La voz del indio canta mezclada con la refinada coral, mientras el piano responde al charango, y la guitarra se cruza, m¨¢s al fondo, con la quena. Poncho y smoking y traje largo, como danzando un vals fuera del tiempo. Folklore en estado puro, el espect¨¢culo de Ariel Ram¨ªrez no puede menos que convencer por su ejecuci¨®n. Y si el emsamblaje de la Misa criolla gusta, yo confieso que a m¨ª me encandil¨® m¨¢s cada elemento suelto. Como plateados regatos de una maestr¨ªa.
Babelia
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