Contrabando: un 'pastel' de 100.000 millones
Drogas y tabaco americano (sobre todo), tragaperras, 'whisky', joyas, aparatos electr¨®nicos, carne congelada y caf¨¦ son los principales productos que se introducen clandestinamente en Espa?a
Entre los viejos contrabandistas del bulto a la espalda que se jugaban la c¨¢rcel y hasta la vida en cada cruce de los Pirineos o de la frontera portuguesa y los nuevos contrabandistas de tabaco o drogas, la ¨²nica similitud es el nombre. Mientras los primeros tardaban casi una vida en enriquecerse, los nuevos ejecutivos del tr¨¢fico ilegal, que han impuesto su estilo en el negocio, obtienen beneficios de hasta 100 millones de pesetas en una sola operaci¨®n.Es el caso del ya legendario Laureano Oubi?a Pi?eiro (a sus 37 a?os), un gallego de Cambados, de quien el Servicio Fiscal de la Guardia Civil tiene la convicci¨®n absoluta de que forma parte una, de las mayores organizaciones clandestinas de venta de tabaco de Espa?a, aunque sigue libre por falta de pruebas, si bien parece estar implicado en la aprehensi¨®n de un yate en Platja d' Aro hace un mes. Con la detenci¨®n de varias personas en la provincia de Gerona, el pasado abril, se ocuparon documentos que probaban que el grupo, cuyo cerebro era tambi¨¦n Oubi?a, hab¨ªa logrado colocar en el mercado negro, en los dos ¨²ltimos a?os, 13.476 cajas de tabaco Winston, que, una vez comercializadas, supusieron un volumen de ventas de unos 2.600 millones de pesetas, de los cuales entre un 10% y un 15% puede considerarse como benefici¨® neto.
"O como Manuel Carvalho, Carro Otero o un importante se?or de Carballino de quien no digo el nombre porque ¨¦ste s¨ª est¨¢ sujeto a tr¨¢mites judiciales", afirma el jefe del Servicio Fiscal de la Guardia Civil, teniente coronel Arsenio Ayuso. "Es muy dificil poder reunir pruebas contundentes porque a medida que se asciende hacia la c¨²pula de la organizaci¨®n el nivel de informaci¨®n se restringe y porque los hombres que realizan la operaci¨®n de introducir el contrabando en la costa o en las aduanas, los camellos, son contratados por una sola vez -generalmente, entre los parados- y en el caso de ser detenidos, sabr¨ªan malamente describir a la persona que les propuso el trato y citar su apodo".
No s¨®lo ha cam¨®lado el estilo del contrabando (ahora se a alijar, es decir, descargar y esconder la mercanc¨ªa, m¨¢s de 2.500 cartones de tabaco en la costa en menos de dos horas), sino que se han eliminado pr¨¢cticamente los riesgos. La Guardia Civil est¨¢ convencida de que all¨ª donde se realizan operaciones superiores a los 5.000 cartones de tabaco hay un funcionario sobornado. Es una cantidad de dinero suficiente como para que los contrabandistas afronten los riesgos de la c¨¢rcel o de la ruina definitiva, seg¨²n los expertos. Contrabandistas y distribuidores han declarado a este peri¨®dico recientemente que es dif¨ªcil que esta red sea desmontada, ya que cuenta con el benepl¨¢cito de algunos guardias civiles que perciben co misi¨®n, bien en dinero o bien en g¨¦nero.
Unos cien guardias civiles son sancionados o puestos a disposici¨®n de las autoridades judiciales cada a?o por presunta implicaci¨®n en contrabando (ver informaci¨®n en p¨¢gina siguiente). Seg¨²n el teniente coronel Ayuso, el nivel de informaci¨®n que los contrabandistas tienen de la Guardia Civil costera es tal que incluso se sabe qu¨¦ funcionarios tienen una peor situa ci¨®n econ¨®mica o un problema financiero grave o aquellos a los que es m¨¢s f¨¢cil tentar. "Estas organi zaciones funcionan como aut¨¦nticas mafias, y, adem¨¢s, se prestan apoyo unas a otras".
Trampa para agentes de aduana
As¨ª que, con esta presunci¨®n, el Servicio Fiscal decidi¨® comprobar por s¨ª mismo la honestidad de los agentes de la aduana de Ir¨²n, para lo que el pasado a?o organiz¨® una operaci¨®n destinada a introducir en Espa?a un cami¨®n supuestamente cargado de cajas de tabaco rubio a¨ªnericano. La operaci¨®n cost¨® 500.000 pesetas. En el cami¨®n, que proven¨ªa de Amberes, viajaban guardias civiles de paisano. Integrantes de dos agencias de aduanas, una espa?olas y otra francesa, comprendieron la insinuaci¨®n de los falsos camioneros cuando se les pidi¨® que declararan la mercanc¨ªa: por dos millones y medio de pesetas har¨ªan la vista gorda.
Se dijo que s¨ª. El siguiente paso fue falsificar los papeles de entrada de la mercanc¨ªa. Cuando los empleados de las agencias vistas intentaron recoger el dinero, se encontraron con las pistolas que les apuntaban. Hab¨ªan sido grabadas las conversaciones y fotografiadas las secuencias de la pel¨ªcula. El art¨ªfice de la historia hab¨ªa sido en realidad el mozo de aduanas, a quien estaba confiada la llave de la aduana, donde se guardaban los sellos y los impresos oficiales. El mozo s¨®lo recib¨ªa una comisi¨®n de 3.000 pesetas por servicio.
El contrabando de tabaco es por el volumen de la mercanc¨ªa por su tama?o, por el extraordinario auge que est¨¢ alcanzando y, sobre todo, por su espectacularidad el m¨¢s importante, hasta el punto de modificar los h¨¢bitos del fumador. Los t¨¦cnicos aseguran que preferir el llamado tabaco de importaci¨®n o tabaco americano es "una man¨ªa como otra cualquiera. Est¨¢ demostrado cient¨ªficamente que es peor que el de Tabacalera, debido a las condiciones en las que llega a manos del fumador. ?ste no suele saber que, generalmente, desde que se empaqueta hasta que se consume puede pasar un m¨ªnimo de seis meses entre el tiempo de almacenamiento en la f¨¢brica productora, el viaje en barco hasta Amberes, el dep¨®sito en esta ciudad, el nuevo viaje en barco, el consiguiente almacenamiento en Espa?a hasta que se le puede dar salida, etc¨¦tera".
Sin embargo, en dinero y en la importancia de las llamadas redes comerciales internas, la mercanc¨ªa reina es la droga en todas sus modalidades. Parad¨®jicamente, aunque los h¨¢bitos de los contrabandistas de drogas son mejor conocidos por el servicio de, vigilancia aduanera -porque en la pr¨¢ctica s¨®lo hay tres v¨ªas de penetraci¨®n, tres grandes rutas-, el ¨¦xito en las aprehensiones es menor. Si en el tabaco se estima un ¨ªndice de efectividad en torno a un 12,5%, el porcentaje desciende por debajo de los 10 puntos en la droga. As¨ª, los 5.000 millones de pesetas intervenidos en drogas en 1982 hacen suponer que se introduce en Espa?a mercanc¨ªa por valor superior a los 50.000 millones de pesetas anuales.
Las tres rutas, adem¨¢s, tienden a convertirse en dos. El tr¨¢fico de hero¨ªna, que proviene fundamentalmente de Europa, est¨¢ sufriendo una desviaci¨®n (en la jerga) desde los puntos fronterizos de Ir¨²n y La Jonquera hacia el aeropuerto de Barajas.
Tambi¨¦n el aeropuerto madrilef¨ªo es una de las puertas de entrada en Europa de la coca¨ªna que proviene de Am¨¦rica del Sur. Es lo que los polic¨ªas y los entendidos llaman la l¨ªnea cocaine express, cuya primera parada es generalmente la capital de Espa?a. El cannabis y sus derivados -y ¨²ltimamente algo de hero¨ªna- entra pr¨¢cticamente por Andaluc¨ªa y, especialmente, por la costa que se extiende desde Algeciras a M¨¢laga, sin excluir Gibraltar.
De hecho, la mayor vigilancia que se ejerce sobre el tr¨¢fico de drogas en estos puntos clave ha creado en el traficante la conciencia de que, ya que el riesgo es mayor, cuando se vaya a introducir un alijo, que ¨¦ste sea lo suficientemente grande como para que la operaci¨®n compense. De ah¨ª que las aprehensiones sean, aunque pocas. en comparaci¨®n con otras mercanc¨ªas, muy importantes.
Un negocio floreciente en los ¨²ltimos a?os fue el contrabando de m¨¢quinas tragaperras (un elevado porcentaje de estos artilugios ha sido introducidos ilegalmente). El whisky ocupar¨ªa el cuarto lugar, aunque su importancia es reducida en comparaci¨®n con el tabaco o las drogas. Un negocio ilegal incipiente es la introduci¨®n clandestina en Canarias de carne congelada, procedente de Argentina.
El se?or Nichols, de Amberes
La inmensa mayor¨ªa del comercio clandestino de tabaco de contrabando tiene un punto com¨²n de origen: el puerto de Amberes. Pr¨¢cticamente una sola persona tiene infraestructura suficiente para controlar el negocio e imponer su modus operandi, seg¨²n la constataci¨®n de la Guardia Civil. Es griego de nacionalidad, su nombre de guerra es Nichols, vive en B¨¦lgica -aunque dispone de una segunda residencia en Su?za- y sus trabajos son legales: dirige un negocio de exportaci¨®n-importaci¨®n. Compra el tabaco por toneladas a las multinacionales americanas, lo hace transportar hasta Amberes y lo exporta a pa¨ªses concretos, declarando la mercanc¨ªa y pagando las tasas correspondientes. El tabaco no llega a su destino, pero ¨¦se no es el problema de las autoridades belgas.
Los cargueros del se?or Nichols y similares, que transportan hasta 150.000 cajas (lo que equivale a 75 millones de cajetillas), siempre seg¨²n la Guardia Civil, inician entonces una larga ruta de dep¨®sitos que suele comenzar frente a las costas de Guip¨²zcoa y terminar en el sur de Italia, despu¨¦s de b¨®rdear la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica y de contactar con barcos m¨¢s peque?os que salen al encuentro del buque nodriza en los puntos convenidos previamente. En muchos casos pertenecen a la misma organizaci¨®n Nichols, como en el caso de las embarcaciones Tessa (de 1.000 toneladas) o del C¨¦der (de 300 toneladas), aprehendidos ambos frente a la costa de Pontevedra con 1.400 millones de pesetas en tabaco rubio americano que se pretend¨ªa introducir en Galicia.
Son las embarcaciones secundarias o buques lanzadera las que esperan, igualmente fuera de las aguas jurisdiccionales espa?olas (12 millas), la llegada de las planeadoras o lanchas superr¨¢pidas capaces de desarrollar velocidades de hasta 35 nudos (con dos motores de 300 caballos), extraordinariamente superiores a las de las 30 embarcaciones -de altura, medianas y peque?as- de vigilancia costera en toda Espa?a, incluso en el caso de estar apoyadas por los dos aviones de reconocimiento con que cuenta el servicio.
La espera dura a veces hasta dos meses, como en los casos del Tessa y el C¨¦der, hasta que se encuentra el momento favorable para iniciar la operaci¨®n de desembarco. Con los medios humanos de que dispone la Guardia Civil no puede siquiera establecer un sistema de postas de dos hombres por cada siete kil¨®metros de costa, con sus horas correspondientes de descanso. Pero, seg¨²n el teniente coronel Ayuso, aun en el caso de tener permanentemente un n¨²mero por cada kil¨®metro de costa, la lucha contra estos desembarcos no siempre conseguir¨ªa la eficacia deseada.
"Para responder adecuadamente, la Guardia Civil necesitar¨ªa autorizaci¨®n del Gobierno para instalar radares y otros instrumentos de comunicaci¨®n en embarcaciones r¨¢pidas en una banda de hasta tres o cuatro millas mar adentro, no s¨®lo para detectar posibles barcos nodriza o lanzadera, sino que se podr¨ªa informar a la costa sobre aquellos puntos de posible alijamiento, circunstancias que ahora son imposibles, porque los radares instalados en las costas se inhabilitan con el oleaje, cosa que saben los contrabandistas, y porque las planeadoras burlan la vigilancia de la Guardia Civil, ante su misma presencia, y descargan la mercanc¨ªa s¨®lo unas millas m¨¢s lejos". Se reducir¨ªa notablemente la corrupci¨®n de funcionarios, tambi¨¦n en opini¨®n de Ayuso, por la dificultad de poner de acuerdo a los vigilantes de ambas l¨ªneas, la mar¨ªtima y la costera.
La tradici¨®n contrabandista
Galicia est¨¢ a la cabeza, con gran diferencia, en el contrabando de tabaco, no s¨®lo por la secular tradici¨®n contrabandista, sino por lo abrupto de la costa, que facilita la operaci¨®n de alijar y dificulta notablemente la vigilancia. Parecidas caracter¨ªsticas, aunque hay diferencia, tienen la Costa Cant¨¢brica y la Costa Brava. La siguen en importancia las costas de Euskadi, Asturias y Santander, Huelva, Murcia y Mallorca. La Guardia Civil ha detectado un caso curioso: en el Pa¨ªs Valenciano hay afincadas organizaciones contrabandistas, pero nunca se practican detenciones en la regi¨®n. La experiencia del jefe del Servicio Fiscal indica que nunca operan all¨ª, aunque son singularmente activas en otras partes del pa¨ªs.
En el puerto de Barcelona se detecta peri¨®dicamente contrabando. El sistema m¨¢s usado es la falsificaci¨®n de los levantes u hojas oficiales de salida de mercanc¨ªas. Hace tres a?os se aprehendi¨® uno de los mayores alijos de la historia: 14 contenedores repletos. El tr¨¢fico por los pasos fronterizos de Ir¨²n y la Jonquera se mantiene estable y cuenta siempre con la complicidad de los conductores de los TIR, que se arriesgan a ganar un sobresueldo introduciendo algo de contrabando en su cami¨®n, especialmente si va cargado con la mercanc¨ªa para la que esta autorizado.
Con excepci¨®n del tabaco rubio, la frontera con Portugal dej¨® hace a?os de ser un problema para el servicio de vigilancia de la Guardia Civil porque, en palabras de Arsenio Ayuso, "en Portugal no hay nada interesante que comprar, descontando el, peque?o contrabando de frontera, aunque venimos observando en los ¨²ltimos meses un incremento en el tr¨¢fico ilegal de caf¨¦ portugu¨¦s, sobre todo por las dos provincias con mayor tradici¨®n. contrabandista de la zona: Orense y Badajoz". En Sevilla, la ciudad espa?ola donde se detecta el mayor consumo de tabaco de contrabando, por encima de Barcelona y Madrid, el tr¨¢fico ilegal llega en barcas hasta la misma ciudad por el cauce navegable del Guadalquivir.
El proceso comercial hasta que el cigarrillo es consumido en cualquier punto de Espa?a inicia entonces una larga y bien organizada cadena de intermediarios. Trasladada la mercanc¨ªa desembarcada a almacenes seguros -o bien dejada en los camiones o furgonetas en los que se descarga en las costas, aparcados luego en un lugar convenido y con las llaves puestas, a la espera de que un segundo reemplazo se haga cargo-, es dividida en lotes cuyo valor en el mercado es siempre inferior al mill¨®n de pesetas. El contrabando hasta ese tope se contempla como infracci¨®n administrativa y se sanciona con multas que van desde la mitad al duplo del valor de lo aprehendido. Por encima, supone un delito que se castiga con la c¨¢rcel.
La experiencia acumulada por la Guardia Civil establece que es en almacenes de pol¨ªgonos ubicados junto a los n¨²cleos industriales donde se almacenan los alijos, una vez salvada la primera l¨ªnea costera y los filtros colocados en las carreteras nacionales, entre ellos el de Puebla de Sanabria, en la N-VI (Galicia-Madrid), de una alta efectividad. Ya no es una imagen ins¨®lita la presencia de un perro adiestrado, de las riendas de un gu¨ªa de la Guardia Civil, husmeando entre f¨¢bricas, naves industriales y almacenes de todo tipo. Hay en total 20 perros, y otros 60 est¨¢n siendo preparados en una escuela especial. Un perro tarda casi cuatro meses en estar listo. La preparaci¨®n es costosa y necesariamente lenta, pero, como en el caso de los 58 perros antidrogas, son infalibles y dificulta la identificaci¨®n de los intermediarios; y de esta forma no conlleva riesgos para los aut¨¦nticos traficantes la detenci¨®n de los camellos habituales. Los precios a los que se vende la cajetilla de tabaco americano oscilan entre las 100 y las 15,5 pesetas, seg¨²n las leyes de la oferta y la demanda (la pauta la marca el mercado de la Piedra, en Vigo).
El ¨ªndice de efectividad confesado por la Guardia Civil, a tenor de los datos facilitados por Tabacalera, es del 12,5%. Esto supone que el gran pastel del contrabando de tabaco no baja de 30.000 millones de pesetas. Lo aprehendido se entrega al monopolio estatal y ¨¦ste opta por alguna de estas tres soluciones: venderlo como tabaco decomisado, exportarlo o destruirlo, siempre pagando un tanto alzado, no excesivo, a la casa productora Reynolds.
La nueva ley anticontrabando que entr¨® en vigor en agosto pasado supone un nuevo problerna en la lucha contra este delito, ya que suprime el premio, generalmente un 20% de la cantidad aprehendida. "Tradicionalmente, la base fundamental es el chivatazo. Incluso en el caso de tener el doble de personas dedicada a la vigilancia, si no se establece un buen servicio de informaci¨®n no se pueden conseguir resultados eficaces", asegura el jefe del Servicio Fiscal. "Y aunque tenemos una importante red de escuchas telef¨®nicas, ese servicio de informaci¨®n est¨¢ alimentado fundamentalmente por el chivatazo, algunas veces come) venganza de unas bandas a otras, por impago de alg¨²n alijo. El ciudadano medio, que denuncia delitos contra la propiedad, contra las personas, contra la honestidad, no denuncia nunca, en cambio, un delito de contrabando".
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