La ciudad de Cuenca se consolida como plaza mayor del arte abstracto hecho en Espa?a
No es casual el hecho de que Cuenca haya sido elegida para el inicio de una nueva exposici¨®n itinerante de la Fundaci¨®n Juan March, dedicada en este caso al grabado abstracto y que completar¨¢ otra de similares caracter¨ªsticas, la de arte espa?ol contempor¨¢neo, que se viene exhibiendo en Espa?a desde 1975. No es casual, dijo el director gerente de la fundaci¨®n, Jos¨¦ Luis Yuste, porque no en vano "el arte abstracto espa?ol tiene en Cuenca su plaza mayor desde hace m¨¢s de veinte a?os".
La exposici¨®n est¨¢ formada por 85 obras de doce artistas, y est¨¢ montada con una intenci¨®n claramente did¨¢ctica, como explic¨® en el acto inaugural el profesor Juli¨¢n G¨¢llego, autor de los textos que, en grandes paneles, introducen al visitante en el mundo de la abstracci¨®n art¨ªstica y en la personalidad concreta de cada uno de los autores representados, cuyas obras pertenecen a los fondos de la Fundaci¨®n Juan March.Paralelamente se ha llevado a cabo la presentaci¨®n de un libro editado por la propia fundaci¨®n y escrito tambi¨¦n por Juli¨¢n G¨¢llego, y en el que, bajo el t¨ªtulo de Arte abstracto espa?ol en la colecci¨®n de la Fundaci¨®n Juan March, se han recogido las 71 obras m¨¢s conocidas y representativas, cuya presentaci¨®n y distribuci¨®n en el libro "no persigue una clasificaci¨®n est¨¦tica y, ni siquiera, cronol¨®gica, sino que busca ofrecer una gu¨ªa para adentrarse en el movimiento art¨ªstico abstracto".
Reencuentro
Estas palabras del director gerente de la fundaci¨®n, Jos¨¦ Luis Yuste, pudieron ser o¨ªdas con cierto aire de superioridad por quienes asist¨ªan a la ceremonia inaugural de la exposici¨®n en la sala de la Caja de Ahorros de Cuenca y Ciudad Real. Para quienes aqu¨ª van a ver en los pr¨®ximos d¨ªas esta colecci¨®n, los grabados abstractos no suponen ning¨²n descubrimiento, sino el reencuentro con viejos y conocidos amigos. Est¨¢ ya muy lejana la sorpresa, que la ciudad vivi¨® intensamente, al convertirse en albergue de la obra que Fernando Z¨®bel coloc¨® a mediados de los sesenta en las hist¨®ricas Casas Colgadas. Desde aquel d¨ªa hasta hoy, el abstracto ha pasado de ser una curiosidad elitista, provocadora de bromas y frases supuestamente ingeniosas, a un elemento consustancial con la ciudad. Ciertamente, el Museo de Arte Abstracto no es una implantaci¨®n artificial en Cuenca, sino algo asumido plenamente por la poblaci¨®n, que maneja con soltura conceptos est¨¦ticos o nombres de autores, cuelga en las paredes de las casas reproducciones de las, obras m¨¢s conocidas o identifica f¨¢cilmente por las calles a los artistas que habitualmente residen o visitan la ciudad. No es extra?o, por ello, que incluso un instituto de bachillerato lleve el nombre de Fernando Z¨®bel, que es un reconocimiento a la personalidad del fundador del museo, pero tambi¨¦n, indirectamente, a todo lo que el arte abstracto significa ya para Cuenca.Por ello, desde luego, no ha sido casual que aqu¨ª haya comenzado su recorrido por Espa?a esta nueva exposici¨®n itinerante de la Fundaci¨®n Juan March, cuya gesti¨®n, en los dos a?os y medio desde que se hizo cargo del museo, ha continuado la labor inicial, incrementando los fondos de la colecci¨®n y las publicaciones; 30.000 visitantes (no conquenses) al museo durante el a?o 1982, en una ciudad de 40.000 habitantes, es un dato a tener en cuenta para valorar cu¨¢l es el grado de integraci¨®n y relaci¨®n de Cuenca con el arte abstracto.
El fen¨®meno, que evidentemente tuvo en sus or¨ªgenes un factor fortuito (la b¨²squeda de un emplazamiento adecuado para la colecci¨®n) ha sido uno de los pilares b¨¢sicos en que se apoya la fama que hoy tiene Cuenca de ciudad a la que no resulta ajeno nada que tenga relaci¨®n con la cultura. Otro de esos pilares es la m¨²sica.
El punto de partida tambi¨¦n se encuentra ya lejano, porque fue en 1961 cuando se iniciaron las Semanas de M¨²sica Religiosa, las m¨¢s antiguas de las varias que con esta o parecida denominaci¨®n se celebran ahora en Espa?a.
Arte abstracto y m¨²sica religiosa son dos hechos culturales de excepcional importancia por su trascendencia hacia el exterior, pero que cuentan en ambos casos con la fidelidad y asistencia de los propios conquenses; la ciudad es algo m¨¢s que el soporte o el escenario para estos hechos.
Si la fama universal la lleva el Museo de Arte Abstracto, no deben olvidarse tampoco el Provincial o Arqueol¨®gico y el recientemente inaugurado de Arte Sacro, de la di¨®cesis.
El otro pilar b¨¢sico de la vida cultural conquense, la m¨²sica, tiene un componente habitual a lo largo del curso, con la actividad peri¨®dica de la Asociaci¨®n Maestro Pradas.
Una incipiente -y en ciertas formas, confusa- actividad editorial, la sucesi¨®n de conferencias, la aportaci¨®n muda, pero cada vez m¨¢s rica de los importantes archivos locales; la permanencia semanal de las sesiones de cine-club (uno de los m¨¢s veteranos de los espa?oles) y otras manifestaciones dispersas configuran, en un esquema gen¨¦rico, lo que es la vida cultural de Cuenca.
Este panorama tiene, no obstante, algunos flecos insatisfactorios; por ejemplo, la pr¨¢ctica desaparici¨®n de representaciones teatrales, tras unos a?os de brillante ejercicio, o la dificultad de conseguir revitalizar en plenitud las formas populares de la cultura, que, pese a meritorios y parciales esfuerzos aislados, no logran encontrar la v¨ªa adecuada para dejar de ser manifestaciones aisladas.
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