La delegacion espa?ola intenta conseguir contrapartidas econ¨®micas
ENVIADO ESPECIALObtener contrapartidas comerciales a los pasos pol¨ªticos y econ¨®micos dados por el Gobierno socialista en relaci¨®n con Estados Unidos es uno de los objetivos perseguidos por el presidente del Gobierno y su delegaci¨®n en la visita oficial de cuatro d¨ªas de duraci¨®n a Washington y Nueva York.
La visita tiene un contenido eminentemente pol¨ªtico, como subray¨® el propio ministro de Economia, Miguel Boyer, en breves declaraciones a los informadores a bordo del avi¨®n que traslad¨® a la comitiva espa?ola desde Madrid a Washington, pero, en su opini¨®n, la actitud pol¨ªtica y los compromisos adquiridos por el Gobierno socialista, son de una importancia suficiente para exigir un trato correspondiente en materia econ¨®mica por parte norteamericana. Record¨® Boyer la importancia de la decisi¨®n espa?ola de adquirir 72 aviones F-18A de la McDonnell Douglas dentro del programa FACA y el volumen creciente de las importaciones espa?olas del mercado norteamericano, que suponen un d¨¦ficit comercial para nuestro pa¨ªs de m¨¢s de 3.000 millones de d¨®lares (420.000 millones de pesetas). Sin embargo, Boyer entiende que el Gobierno socialista se ha comprometido pol¨ªticamente en temas de extraordinaria importancia, que merecen un trato comercial preferente por parte de las autoridades norteamericanas. Entre las decisiones pol¨ªticas del Gobierno que ahora se tratan de rentabilizar econ¨®micamente -aunque no se renuncie a las contrapartidas pol¨ªticas- figuran la renovaci¨®n del acuerdo de amistad y cooperaci¨®n, en t¨¦rminos casi id¨¦nticos a los negociados por el Gobierno Calvo Sotelo: la permanencia espa?ola en el seno de la Alianza Atl¨¢ntica y la actitud c¨®moda para Washington sobre los euromisiles. Pod¨ªan haberse adoptado posiciones respecto a los euromisfles que hubieran resultado inquietantes para el Gobierno de EEUU, afirm¨® el ministro de Econom¨ªa.
En t¨¦rminos econ¨®micos, el ¨¦xito de la visita consistir¨ªa para Boyer en obtener un trato comercial m¨¢s favorable, como corresponde a un pa¨ªs que no ha dejado de dar s¨ªntomas de cooperaci¨®n desde la llegada de los socialistas al poder.
Considera Miguel Boyer que no es el momento de dar confianza a las autoridades norteamericanas y a los medios econ¨®micos de ese pa¨ªs sobre la economia espa?ola, porque esa confianza existe, como lo demuestra la creciente demanda de inversiones americanas en Espa?a. Es la hora de obtener contrapartidas concretas para las exportaciones espa?olas, haciendo que des aparezcan los derechos compensa torios o los cupos que se pretenden implantar sobre productos como los sider¨²rgicos, los qu¨ªmicos, el calzado y las aceitunas, que se levanten las sanciones sobre un n¨²mero importante de empresas que no pueden vender en el mercado norte americano) y obtener ficencias par la flota pesquera espa?ola.
Boyer se muestra totalmente esc¨¦ptico sobre la posibilidad de influir en las autoridades norteameri canas para que cambien su pol¨ªtica de altos tipos de inter¨¦s, determinante de la apreciaci¨®n constante del d¨®lar. No hay salida a la situaci¨®n mientras Reagan no se decida a subir los impuestos para financiar su enorme d¨¦ficit y esto no lo har¨¢ antes de Ilas elecciones, despu¨¦s de haber hecho la reducci¨®n de impuestos, uno de los puntos funda mentales de su programa.
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