Un ministro eficaz: Solchaga
Despu¨¦s de unos primeros pasos en falso -intento de pr¨®rroga de la reconversi¨®n Bay¨®n y una cierta precipitaci¨®n al comprometer al Estado en los problemas de Explosivos-, Solchaga est¨¢ dando pruebas de un coraje y de una rapidez de reflejos por los que podr¨ªa acceder al t¨ªtulo de ministro eficacia.
Los primeros traspi¨¦s pueden explicarse con las propias palabras de Carlos Solchaga recogidas en la entrevista que publicarnos en este mismo n¨²mero: "... La primera cosa que descubres cuando est¨¢s en el centro de las conexiones es que tu margen de conocimiento es escaso; pero no ya s¨®lo de la Administraci¨®n, sino de los propios problemas, y todo eso requiere tiempo para adquirir una perspectiva".
Pero, conocidos los problemas y adquirida la perspectiva, el ministro est¨¢ actuando con decisi¨®n. El tratamiento proporcionado al sector el¨¦ctrico hasta el momento es discutible en algunos aspectos, pero resulta m¨¢s sensato que el aplicado por Gobiernos anteriores.
Es chocante que el Gobierno se disponga a elevar las tarifas tanto como sea necesario para garantizar los beneficios de las el¨¦ctricas. Al ministro no se le escapa que por este camino podr¨ªamos arribar a la dial¨¦ctica del proteccionismo agrario, que consiste en fijar los precios del productor m¨¢s ineficiente para que todos puedan obtener excedentes empresariales. Solchaga responde a esta objeci¨®n imponiendo las, auditor¨ªas; soluci¨®n que supone, sin embargo, esperar de las auditor¨ªas m¨¢s de lo que ¨¦stas puedan dar de s¨ª; una auditor¨ªa se limita a se?alar si los estados contables responden a la realidad, de acuerdo con principios de contabilidad generalmente aceptados, pero son incompetentes para valorar el acierto de una gesti¨®n. Todo ello sin restar importancia a estas auditor¨ªas y a la nacionalizaci¨®n de la red en cuanto a un conocimiento m¨¢s exacto de las empresas por parte de la Administraci¨®n.
Todav¨ªa quedan muchas inc¨®gnitas por despejar, y habr¨¢ que esperar alg¨²n tiempo antes de que podamos hacer una valoraci¨®n rigurosa de esta pol¨ªtica. Es justo reconocer, sin embargo, que se ha optado por el realismo abandonando una trayectoria de vacilaciones y parcheos t¨¦cnicos que han abocado a la empresa el¨¦ctrica a algunas deficiencias estructurales, especialmente en el terreno financiero, que hubieran podido evitarse.
Encarrilado el sector el¨¦ctrico, Solchaga est¨¢ abordando ahora el, doloroso problema de la reconversi¨®n industrial. El ministro parte del convencimiento de que sobran 50.000 obreros, y que con el dinero est¨¦ril gastado en mantener empleos artificialmente se podr¨¢ abordar otras. inversiones generadoras de puestos de trabajo.
Por desgracia, los empleos que se pierden tienen nombres y apellidos, lo que no ocurre con los prometidos, los del batall¨®n fantasma de los 800.000. Desafortunadamente tambi¨¦n, los sectores en crisis tienen igualmente domicilios regionales concretos, lo que a?ade otro factor de hondas repercusiones pol¨ªticas. Debe ser tremendamente penoso para un ministro socialista recibir el aplauso de empresarios y banqueros mientras escucha duras cr¨ªticas, y hasta insultos, por parte de obreros y de representantes de su propio partido en las regiones que se sienten m¨¢s castigados por las dr¨¢sticas medidas de reducci¨®n de plantillas. Sin embargo, Solchaga est¨¢ convencido de que sin esta dolorosa purga no se pueden crear las condiciones adecuadas para lograr, si no los 800.000 puestos de trabajo tarea casi imposible, en su opini¨®n-, s¨ª el mayor n¨²mero posible de empleos.
Estarnos convencidos de que esta actitud la comprende la mayor parte de los espa?oles. Sin embargo, el apoyo popular se deslizar¨¢ hacia la repulsa si el ciudadano no comprobara que existe coherencia en la pol¨ªtica general; si no se adopta una actitud tan radical de austeridad en otras instancias que quiz¨¢, por estar m¨¢s cerca del poder pol¨ªtico, el Gobierno pudiera tener menos agallas para cercenar; si el Gobierno, que trata de remediar traum¨¢ticamente los efectos de una pobt¨ªca anterior aventurada, crea nuevas empresas destinadas a la inviabilidad desde su nacimiento, como es el caso de Presur, y, desde luego, si en el punto que nos ocupa -la reconversi¨®n propiamente dicha- no se act¨²a con la suficiente prudencia. como para reducir los costes sociales al Innumo.
, 20 de junio
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