Enfrentamientos entre el presidente de la sala y el abogado defensor, que pide la suspensi¨®n del juicio por falta de pruebas periciales
La tensi¨®n entre el letrado defensor, Jos¨¦ Mar¨ªa Stampa y el presidente de la secci¨®n tercera de la Audiencia Provincial de Madrid, Bienvenido Guevara, marc¨® las dos sesiones de ayer, en al primer d¨ªa de la vista oral del proceso que se sigue contra Rafael Escobedo por el supuesto asesinato de sus suegros, los marqueses de Urquijo, hecho ocurrido en la zona residencial de Somosaguas, en Madrid, la madrugada del 1 de agosto de 1980. El ministerio fiscal pide para el acusado, en conclusiones provisionales, dos penas de 30 a?os de reclusi¨®n, por dos supuestos delitos de asesinato. La tensi¨®n entre el letrado defensor y el tribunal alcanz¨® su punto culminante en la sesi¨®n de la tarde, cuando una buena parte del p¨²blico que asist¨ªa a la vista aplaudi¨® una protesta del abogado defensor y el presidente orden¨® que se desalojara la sala.
La sesi¨®n de la ma?ana se hab¨ªa consumido con un minucioso interrogatorio, por parte del representante del ministerio fiscal -Jos¨¦ Antonio Zarzalejos- y parte del interrogatorio del defensor. Al reanudarse la sesi¨®n de la tarde, Stampa solicit¨® que se admitiese un escrito en el que se denuncia la desaparici¨®n de los casquillos de bala que han servido de prueba para formular la acusaci¨®n contra Escobedo y otro en el que solicitaba la nulidad de todo lo actuado. Basaba esta petici¨®n en la acritud del presidente de la Sala durante la ma?ana que en un momento habl¨® de comedia para referirse a una respuesta del acusado a su defensor, y en el hecho de que no se hayan efectuado, seg¨²n ¨¦l, dict¨¢menes periciales bal¨ªsticos por personas distintas al gabinete policial.En el escrito anunciaba que, para el caso de no prosperar su pretensi¨®n, acudir¨ªa en amparo al Tribunal Constitucional.
El fiscal se opuso a la suspensi¨®n y continu¨® la vista y el interrogatorio de la defensa al procesado. Concluido ¨¦ste y al iniciarse la fase de prueba, el defensor Stampa pidi¨® que, de acuerdo con el art¨ªculo 701 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, se diese lectura a las pruebas propuestas, admitidas y practicadas. Insisti¨® entonces en que la bal¨ªstica no se hab¨ªa practicado. El presidente arguy¨® que s¨®lo parcialmente.
El fiscal volvi¨® a insistir en la improcedencia de la suspensi¨®n y el letrado mantuvo su pretensi¨®n de formular in voce un escrito para adjuntarlo al acta, en el que constase la protesta y las razones de la misma, en torno a la prueba de bal¨ªstica.
El presidente de la Sala accedi¨® y Stampa comenz¨® a dictar a la secretaria de Sala un escrito en el que pormenoriza las circunstancias y detalles de los casquillos y las balas encontradas y analizadas por la polic¨ªa, la falta de prueba pericial sobre las mismas, las distinciones que seg¨²n ¨¦l deben hacerse entre las encontradas en la finca del padre de Escobedo y las del chal¨¦ de los marqueses de Urquijo. Todo ello con abundantes precisiones de tipo t¨¦cnico.
En un momento dado el presidente le interrumpi¨®:
-El se?or letrado est¨¢ formulando un escrito que m¨¢s que de protesta es el desarrollo de la prueba seg¨²n ¨¦l la entiende.
-Esta defensa entiende que la ausencia de esta prueba es esencial para los intereses de mi defendido.
El presidente insisti¨® en la improcedencia y, en ese punto, el defensor Stampa dijo casi textualmente:
-Si el minucioso informe de un ahogado hecho en defensa de alguien que se est¨¢ jugando sesenta a?os de c¨¢rcel, se considera inoportuno, entonces, yo, desde este momento, renuncio a la defensa y dejo de ser abogado, porque no me interesa colaborar con la justicia.
Hubo aplauso cerrado de la gran mayor¨ªa del p¨²blico asistente -la sala alberga a unas ciento cincuenta personas apretujadas en los bancos- y el presidente orden¨® el desalojo de la sala, con excepci¨®n de los informadores. Hubo cierta resistencia pasiva y la Guardia Civil acab¨® por hacer cumplir la orden con firmeza y con correcci¨®n.
"El americano"
La sesi¨®n de la tarde hab¨ªa comenzado con la prosecuci¨®n del interrogatorio del abogado defensor. Se centr¨® en varios puntos: la declaraci¨®n de culpabilidad del acusado ante el juez instructor, con la intenci¨®n de demostrar ¨¦sta era consecuencia de un convenio entre el acusado y la polic¨ªa para liberarse de tensiones y de supuestas amenazas de detenci¨®n hacia miembros de la familia Escobedo.
Otro punto de atenci¨®n fue la posible impericia del acusado en el manejo de armas cortas. Escobedo asegur¨® no saber distinguir entre distintos tipos de pistolas y balas.
Se adentr¨®, despu¨¦s, el defensor en las relaciones del acusado con su esposa, Miriam Urquijo, hija de los marqueses muertos. Le pregunt¨® si cre¨ªa que su matrimonio hab¨ªa fracasado por la presencia del "americano" y Escobedo respondi¨® que fundamentalmente s¨ª. "El americano", as¨ª lo mencion¨® Stampa a lo largo de la sesi¨®n, se trata de un ciudadano norteamericano que mont¨® un negocio con la esposa de Escobedo y que, al parecer, manten¨ªa relaciones afectivas con Miriam. En otro momento le pregunt¨® si ten¨ªa constancia de que su esposa mantuviera relaciones "con un estudiante que ha declarado en el sumario".
-Pues no lo s¨¦. Si me dice el nombre...
Stampa busc¨® entre sus papeles.
-Se llama Ignacio Ralduaz.
-No, nunca he o¨ªdo nada, nunca, repiti¨® Escobedo.
Le pregunt¨®, tambi¨¦n, si en alg¨²n momento se hab¨ªa comportado agresivamente con su mujer y Escobedo relat¨® que en una ocasi¨®n lleg¨® a casa cuando ella se estaba arreglando, para salir "supongo que con el americano. Yo le dije que no sal¨ªa de casa y me puse en la puerta para taparle el paso. Se puso hist¨¦rica, me abofete¨® y me tir¨® de los pelos. Yo le d¨ª una bofetada".
El defensor llev¨® luego las preguntas al terreno del posible m¨®vil econ¨®mico del crimen. Pregunt¨® si el acusado conoc¨ªa el alcance de las capitulaciones matrimoniales que firm¨® d¨ªas antes de la boda y en las que se acordaba el r¨¦gimen de separaci¨®n de bienes. Escobedo respondi¨® que en lo fundamental lo conoc¨ªa.
Pregunt¨® entonces el letrado qui¨¦n, en opini¨®n de Escobedo, podr¨ªa tener inter¨¦s en el asesinato de los marqueses por motivos econ¨®micos y el acusado respondi¨® que quiz¨¢, en ese sentido, "el americano". Antes le hab¨ªa preguntado por un viaje de ¨¦ste a Oviedo, el 31 de julio, v¨ªspera del crimen. Escobedo dijo no saber nada, salvo algo que le hab¨ªan contado y el letrado insisti¨® en que las comunicaciones le habr¨ªan permitido "al americano", ir, volver y regresar a Oviedo en el mismo d¨ªa.
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