Probable aplazamiento hasta septiembre del debate en el Congreso sobre la pol¨ªtica internacional del Gobierno
Es muy probable que el debate sobre la pol¨ªtica exterior espa?ola, que Felipe Gonz¨¢lez hab¨ªa anunciado para el mes de julio, se posponga hasta septiembre u octubre pr¨®ximos. El presidente del Gobierno anunci¨® ayer en Barajas, a su regreso de Estados Unidos, donde permaneci¨® cuatro d¨ªas en visita oficial, su disposici¨®n a comparecer ante el Congreso de los Diputados para efectuar un debate sobre la pol¨ªtica exterior de su Gabinete, a pesar de que desde la C¨¢mara se le ha indicado que el calendario de trabajo del mes de julio no permite por el momento la celebraci¨®n de ese debate.
Ante los periodistas que le esparaban a su regreso de Estados Unios, Felipe Gonz¨¢lez reiter¨® lo que ya dijera en Nueva York en la ¨²nica conferencia de Prensa formal mantenida durante su gira americana: su satisfacci¨®n por los resultados de la visita, "a la que no tengo m¨¢s remedio que calificar de muy positiva", dijo.Los objetivos que se hab¨ªa marcado Felipe Gonz¨¢lez para este primer encuentro desde su llegada a la presidencia del Gobierno con la c¨²pula del poder pol¨ªtico y financiero estadounidense son los siguientes: intercambio de informaci¨®n, con una exposici¨®n clara del proyecto pol¨ªtico y econ¨®mico del Gobierno socialista; un repaso a las relaciones bilaterales, con especial atenci¨®n a los desequilibrios econ¨®micos de nuestro comercio con EE UU, y un an¨¢lisis de la situaci¨®n internacional, centrado muy especialmente en la crisis de Centroam¨¦rica, aunque se tocaron otros temas, como los del Magreb, relaciones Este-Oeste (Conferencia de Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa, conversaciones de Ginebra) y la crisis de Oriente Pr¨®ximo.
Ganada la confianza
En lo que respecta al intercambio de informaci¨®n, Felipe Gonz¨¢lez ha conseguido probablemente el mayor ¨¦xito de su visita, aunque se trate de algo tan poco tangible como es la confianza de la Administraci¨®n norteamericana. El presidente del Gobierno, que en repetidas ocasiones ha reconocido el liderazgo y la capacidad de influencia de Estados Unidos en el mundo occidental, se propuso como un objetivo primordial de su visita evitar que ¨¦sa influencia de Washington, por una crisis de confianza en los socialistas espa?oles, dificultara los objetivos pol¨ªticos de su Gobierno. En este mundo de soberan¨ªa compartida, y cuando Felipe Gonz¨¢lez pide un plazo de diez a?os para la consolidaci¨®n democr¨¢tica, nada es posible teniendo en contra a la Administraci¨®n norteamericana.
Acaso eso explique la soluci¨®n de compromiso a que se ha llegado en la cuesti¨®n de la OTAN: Washington da el visto bueno a la celebraci¨®n del refer¨¦ndum sobre la permanencia de Espa?a en la Alianza, y a cambio Felipe Gonz¨¢lez le deja sobre la mesa tres cuestiones: entrada de Espa?a en la Comunidad Econ¨®mica Europea, necesidad de presionar sobre el aliado brit¨¢nico para hallar una soluci¨®n aceptable a la cuesti¨®n de Gibraltar, y contrapartidas comerciales visibles, por parte del Gobierno norteamericano, de modo que puedan condicionar la respuesta del electorado espa?ol a la cuesti¨®n de la OTAN en sentido favorable a los intereses de Washington.
La posici¨®n de Reagan es claramente favorable a la permanencia de Espa?a dentro de la Alianza. No parece que el Gobierno norteamericano comparta la opini¨®n del Gobierno de Madrid de que Espa?a pod¨ªa ser un aliado de Occidente m¨¢s efectivo permaneciendo fuera de la OTAN, pero ligado a la defensa com¨²n por los acuerdos hispano-norteamericanos.
Elogio del beneficio
Felipe Gonz¨¢lez ha llevado a los foros pol¨ªticos (Casa Blanca, C¨¢mara de Representantes y Senado), a los econ¨®micos (diversos encuentros con el poder financiero e industrial, cena ofrecida por Rockefefier) y a la opini¨®n p¨²blica de ese pa¨ªs (entrevistas y declaraciones a la Prensa) un mensaje de moderaci¨®n pol¨ªtica, de compromiso con los intereses globales de Occidente -inclu¨ªdos los defensivos-, y de rigor para, el saneamiento de la estructura econ¨®mica del pa¨ªs mediante la lucha contra la inflaci¨®n, la reconversi¨®n industrial, la flexibilizaci¨®n del mercado de trabajo, la ausencia de nacionalizaciones en el programa socialista y algo que suena muy bien en Wall Street, el centro financiero del mundo: el Gobierno considera necesario el beneficio como remuneraci¨®n del riesgo.
"Estamos dispuestos a establecer las reglas del juego de mercado en que estos beneficios se generen e impulsen din¨¢micamente la inversi¨®n y la econom¨ªa", dijo el jueves en un almuerzo con una selecta representaci¨®n de empresarios y financieros. Esto no le impide afirmar, como lo hizo en declaraciones a Newsweek."Soy un socialista convicto confeso". "Un socialista", a?ade, "democr¨¢tico; persona moderada de car¨¢cter y temperamento".
Romper el esquematismo de la sociedad norteamericana, que asimila socialismo a comunismo, fue otra de las estrategias que se marc¨® Felipe Gonz¨¢lez, convencido de que en EE UU no se percibe con claridad lo que es el socialismo democr¨¢tico. El apoyo p¨²blico de Reagan a su persona en el inicio de su visita y la elogiosa presentaci¨®n que hizo de ¨¦l David Rockefeller en el acto final de su gira norteamericana, ante la elite del mundo financiero, apuntan hacia un ¨¦xito importante en este terreno de la confianza.
Respecto a las relaciones bilaterales en materia econ¨®mica, tanto el presidente del Gobierno como el ministro de Econom¨ªa conf¨ªan en pr¨®ximos resultados concretos derivados de las comisiones de trabajo que se han decidido crear para abordar temas como la pesca, los derechos compensatorios (grav¨¢menes extraordinarios) sobre determinados productos espa?oles, y la concreci¨®n de las compensaciones por la adquisici¨®n de 72 aviones F-18A.
Finalmente, la visita ha confirmado un relieve creciente de la personalidad de Felipe Gonz¨¢lez en la esfera internacional y muy especialmente en lo referido a Latinoam¨¦rica. No s¨®lo el presidente Reagan, el vicepresidente Bush y el secretario de Estado Shultz -se interesaron por conocer los puntos de vista del presidente del Gobierno espa?ol sobre el conflicto de Centroam¨¦rica: ese inter¨¦s se repet¨ªa en la C¨¢mara de Representantes, en el Senado, en todos sus encuentros con personalidades de la econom¨ªa norteamericana y, por descontado, en sus entrevistas con los medios informativos.
La visita podr¨ªa simbolizarse de alguna manera en un hecho aparentemente anecd¨®tico: en 1977, despu¨¦s de haber perdido las primeras elecciones, Felipe Gonz¨¢lez entraba por la puerta de servicio y era conducido al ascensor de servicio de la Casa Blanca para mantener una entrevista de favor con un alto cargo norteamericano. Seis a?os despu¨¦s, Felipe Gonz¨¢lez, presidente del Gobierno espa?ol, entraba por la puerta noble de la Casa Blanca, y en el Rose Garden de la residencia presidencial, Ronald Reagan expresaba su reconocimiento por "el alto sentido de la responsabilidad del presidente Gonz¨¢lez, al guiar a su pa¨ªs en estos momentos tan cr¨ªticos".
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