Un lento proceso de estabilizacion pol¨ªtica
Los ¨²ltimos cambios gubernamentales en China no han hecho sino confirmar la consolidaci¨®n del equipo tecnocr¨¢tico comandado por Deng Xiaoping. Es la culminaci¨®n de un lento proceso desde la muerte de Mao Zedong, en 1976, con el prop¨®sito de estabilizar la pol¨ªtica del pa¨ªs, convulsionada desde hac¨ªa dos d¨¦cadas. Una estabilidad indispensable para conseguir las modernizaciones que quieren situar a China como potencia industrial de primer orden en el a?o 2000. As¨ª lo so?¨® Zhou Enlai y as¨ª desean ponerlo en pr¨¢ctica los herederos de sus doctrinas, aunque por el momento los ¨ªndices de productividad est¨¢n por debajo de las previsiones, incluido cosechas tan vitales como es la del arroz, y las esperadas inversiones occidentales no llegan como desean los dirigentes de Pek¨ªn.
Se comenta que en 1976, durante su segunda depuraci¨®n, cuando estaba pujante la llamada banda de los cuatro, Deng Xiaoping se encontraba comiendo en un restaurante de Pek¨ªn donde fue reconocido por la gente, que se arremolin¨® en torno a ¨¦l. Con una sonrisa dijo: "Bien, camaradas, despu¨¦s de comer es necesario proseguir la campa?a de cr¨ªtica a Deng Xiaoping".Esta suficiencia, este discrepar abierto de las concepciones ultrarrevolucionarias del grupo mao¨ªsta en el partido, hicieron del peque?o Deng la bestia negra del radicalismo y el adalid de las corrientes tecnocr¨¢ticas que encarn¨® Zhou Enlai hasta su muerte, en enero de 1976.
Con el apoyo de los tecn¨®cratas chinos y de una parte del Ej¨¦rcito y la utilizaci¨®n de la memoria de Zhou Enlai, Deng se dispuso a desmontar el mao¨ªsmo, contraponiendo una pol¨ªtica de reformas que naci¨® a finales de los cincuenta con el objetivo del convertir a China en un poderoso gigante industrial y desarrollado en el a?o 2000.
Ilegitimar a Mao
Hasta el duod¨¦cimo congreso del partido, en noviembre del a?o pasado, Deng y sus amigos fueron ocupando todas las parcelas de poder, preparando el terreno para ocupar las altas instancias del poder en ese congreso logrando la estabilidad pol¨ªtica, condici¨®n indispensable para llevar a cabo los planes reformistas.
Naturalmente, para corregir el rumbo del pa¨ªs, trazado por el Gran Timonel, Deng Xiaoping necesitaba, en primer lugar, destruir el culto a la personalidad y eliminar la infalibilidad de los juicios Pol¨ªticos que hizo Mao. Como explica el alem¨¢n occidental Erwin Wickert (autor del excelente libro China vista desde dentro), se utiliz¨® una f¨®rmula simple: "El emperador fue bueno hasta 1956 -fecha en que comenzaron las luchas entre facciones-, luego cometi¨® errores".
Hasta llegar a la fecha clave de noviembre de 1982, Deng y su equipo tuvieron que sortear la legitimidad que presentaban los mao¨ªstas en la persona de Hua Guofeng -el elegido personalmente por Mao para sucederle- y las reticencias que la vieja guardia militar, encabezada por el anciano mariscal Ye Jianying, presentaban a la rapidez y la heterodoxia con que se intentaba llevar a cabo las reformas. El cambio afectaba adem¨¢s a miles de cuadros y but¨®cratas asentados durante la revoluci¨®n cultural, y por ello Deng lanz¨® su primera campa?a contra Ia corrupci¨®n y el amiguismo": la oportunidad para iniciar una amplia depuraci¨®n en los niveles intermedios del partido no fiables.
Tambien utiliz¨® la calle. La Pren sa oficial, bajo su control, aire¨® de nuevo el t¨¦rmino "que florezcan 100 flores y compitan 100 escuelas de pensamiento". Surgi¨® la primavera de Pek¨ªn de 1979 con unos tintes democr¨¢ticos - insospechados en China. La capital se llen¨® de dazibaos (carteles murales) en los que se apoyaba a Deng y se exig¨ªan reformas pol¨ªticas profundas.
Fue entonces cuando el Ej¨¦rcito se asust¨®, y en sus ¨®rganos informativos se habl¨® del "peligro ultrademocr¨¢tico". El influyente mariscal Li Desheng dijo en un discurso que acaso "se estaban minando los cimientos del socialismo".
Deng se encontr¨® por primera vez con serios piroblemas en el Ej¨¦rcito, que acusaba a las autoridades de bajar la moral porque "el pragmatismo primaba sobre la ideolog¨ªa". La guerra con Vietnam sirvi¨® para plantear objetivamente la necesidad de modernizar las fuerzas armadas y la oportunidad de introducir en los puestos claves de mando a generales leales.
La lenta pero segura ca¨ªda de Hua Guofeng tuvo su origen en el proceso a la banda de los cuatro, y en lo que ¨¦ste tuvo de encausamiento al mismo Mao. 5eis meses despu¨¦s, Hua abandon¨® el Gobierno (Hua Yuobang recobr¨® seis meses antes la secretar¨ªa general) bajo la acusaci¨®n de que "bajo ¨¦l es imposible corregir los errores izquierdistas".
La base econ¨®mica
Pero la consolidaci¨®n del poder de Deng Xiaoping no pod¨ªa sustentarse s¨®lo en las h¨¢biles jugadas pol¨ªticas. Para demostrar la importancia de su reforma -obra, en realidad, de Zbou Enlai- necesitaba ¨¦xitos e ideas econ¨®micas.
En 1982, se inform¨® de los logros conseguidos en a?os precedentes en las provincias de Sichuan y Anhui con la introducci¨®n de mecanismos comerciales privados e incentivos materiales. Una excelente justificaci¨®n para anunciar la abolici¨®n del sistema de comunas rurales puestq en pr¨¢ctica por Mao y que admir¨® en su d¨ªa a tantos izquierdistas occidentales. Su sustituci¨®n por cooperativas de campesinos aut¨®ctonos -sin trasvases de poblaci¨®n o asignaci¨®n forzosa del trabajo- est¨¢ en marcha en 9 de las 20 provincias chinas y en ¨¢reas rurales cercanas a Pek¨ªn y Shanghai. En este sentido, t¨¦cnicos chinos siguen con atenci¨®n el proceso h¨²ngaro. El propio Deng lo explic¨® el a?o pasado a periodistas yugoslavos: "Queremos cambiar completamente el sistema de las coinunas".
A lo largo de los ¨²ltimos tres a?os, los nuevos dirigentes de Pek¨ªn s ? e empe?aron en ofrecer todo tipo de garant¨ªas a los inversores industriales, con especial predilecci¨®n por Jap¨®n. Sin embargo, los eventuales inversores nipones frenaron su primer impulso de arrasar el mercado chino ante la imposibilidad de Pek¨ªn por garantizar un m¨ªnimo en los pagos crediticios.
China contaba con ofrecer a las naciones industrial¨ªzadas y poseedoras de tecnolog¨ªa la contrapartida del petr¨®leo, pero los ¨²ltimos ¨ªndices de extracci¨®n no fueron suficientemente importantes.
China llega a las postrimer¨ªas del siglo con planes distintos de los que traz¨® Mao, quien en cierta ocasi¨®n dijo sobre Deng Xiaoping: "Este hombre no sabe lo que es el marxismo".
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