La paz egipcio-israel¨ª parece condenada a marchitarse
ENVIADO ESPECIAL "El embajador Saad Mortada volver¨¢ a su puesto, en Tel Aviv, antes de que finalice junio". Este comunicado del portavoz del Ministerio egipcio de Asuntos Exteriores se ha convert¨ªdo en letra muerta. En efecto, el portavoz hab¨ªa precisado que el regreso del embajador egipcio, llamado a ra¨ªz de la matanza perpetrada en septiembre pasado en los campamentos de refugiados palestinos de Sabra y Chatila, era posible de nuevo gracias a la firma del acuerdo entre Israel y L¨ªbano sobre la retirada de las tropas israel¨ªes.
Preguntado a este respecto, el embajador Mortada, cercano ya a su jubilaci¨®n, afirmaba, un tanto inc¨®modo, "no saber nada y no haber recibido a¨²n instrucciones sobre el terna". ?Qu¨¦ sucede realmente? ?La paz egipcio-israel¨ª, al principio tibia, m¨¢s tarde fr¨ªa, significa, de hecho, pura y simplemente una no-beligerancia?El Egipto oficial no rechaza el tratado de Camp David firmado en 1979 con el Estado hebreo, pero insiste en que la pol¨ªtica israel¨ª (por lo que respecta a los palestinos en los territorios ocupados y a L¨ªbano) dificulta la buena marcha de las relaciones pac¨ªficas entre ambos pa¨ªses. "El asesinado presidente Anuar el Sadat lo dijo desde el principio, y el presidente Mubarak lo ha corroborado: la paz firmada con Israel no es ni podr¨¢ ser nunca una paz aislada. De lo contrario, estar¨ªa condenada a marchitarse", se nos ha dicho y repetido en El Cairo.
Hasta el momento, los egipcios obran con prudencia y evitan cualquier gesto demasiado irritante, irreparable. Los intercambios econ¨®micos, a pesar de su modestia actual, no cesan de crecer; el Centro Acad¨¦mico Israel¨ª, creado por el profesor Shimon Shamir en El Cairo, hace casi ya dos a?os, permite contactos cada vez m¨¢s numerosos entre investigadores de ambos pa¨ªses; los turistas israel¨ªes siguen afluyendo, por millares, al pa¨ªs del Nilo eterno.
Un turista israel¨ªta entra en una agencia de viajes egipcia, junto a la plaza Tahrir, en el centro de El Cairo. Desea confirmar su regreso a Tel Aviv, por la compa?¨ªa El Al. "Por supuesto, se?or; espere un momento si es tan amable. Como puede ver, todo est¨¢ en orden". En el hotel Nile Hilton, una israel¨ª se acerca a la recepci¨®n. "He reservado una habitaci¨®n en su hotel desde el Hilton de Jerusal¨¦n", dice. El empleado, tras echar una ojeada a un t¨¦lex, confirma: "En efecto, se?ora. Aqu¨ª tiene su llave". En unos grandes almacenes de la calle Talaat Harb, un israel¨ª paga sus compras con una tarjeta de cr¨¦dito internacional, emitida por un banco israel¨ª. El cajero compara la firma (en hebreo) y muestra su confirmidad con un movimiento de cabeza. No hay ning¨²n problema.
'Shalom' o 'benvenuto'
Un taxista cairota, en plan! amistoso y curioso, pregunta: "?Italiano?, ?americano?, ?franc¨¦s?..." Al escuchar: "Israel¨ª", responde: "Shalom", y sigue conduciendo con toda naturalidad. Si se' le hubiese dicho:"Italiano" habr¨ªa respondido, con la misma sonrisa: "Benvenuto".
Hace tres o cuatro a?os, una situaci¨®n de ese estilo suscitaba no poca conmoci¨®n, gestos inusitados, el asombro que producir¨ªa... un marciano. ?Un israel¨ª? ?De carne y hueso? ?El horrible imperialista, el agresor, transformado en un turista pac¨ªfico? Incre¨ªble. Inimaginable. Hoy han dejado de ser conflictivos tales encuentros. Si bien no hay abrazos, tampoco se dan ya silencios inc¨®modos y hostiles. Hoy el israel¨ª se ha convertido en un turista como cualquier otro, con el que se desea comerciar, del que se espera la bakchiche o propina junto a las pir¨¢mides. En el fondo, en esto consiste la famosa normalizaci¨®n con la que so?aban los israel¨ªes, y en la que no acaban de creer por completo.
Moshe Sasson, embajador de Israel en El Cairo, no est¨¢ contento. "?Por qu¨¦, se pregunta, el embajador egipcio en Tel Aviv no regresa a Israel, a pesar del acuerdo con Be¨ªrut sobre la retirada de las tropas israel¨ªes de L¨ªbano? ?Por qu¨¦ el turismo es tan unilateral? Millares de israel¨ªes viajan a Egipto, pero s¨®lo algunas decenas de egipcios van a Israel.
Actitud negativa
Sin embargo, Moshe Sasson se siente en Egipto como pez en el agua. Cuando viaja a Israel, lo hace generalmente por tierra, en coche o autob¨²s. "La ruta emplea da por nuestro antepasado, el pa triarca Abrah¨¢m", nos dice.
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