La 'guerra de las banderas' enturbia el clima pol¨ªtico, en v¨ªsperas del encuentro Gonz¨¢lez-Garaikoetxea
A cinco d¨ªas de la entrevista entre el ministro de Administraci¨®n Territorial, Tom¨¢s de la Cuadra, y el vicepresidente vasco, Mario Fern¨¢ndez, preparatoria de la cumbre Felipe Gonz¨¢lez-Garaikoetxea, diversos incidentes, en principio marginales, y en primer lugar la "guerra de las banderas" -desencadenada por la iniciativa de cuatro concejales de HB de retirar la ense?a espa?ola del Ayuntamiento de Tolosa- amenazan con dar al traste con cualquier intento de di¨¢logo constructivo entre la Administraci¨®n central y la aut¨®noma vasca.
La "guerra de las banderas" ha acabado por implicar en un intercambio de desaf¨ªos dial¨¦cticos al ministro Barrionuevo y al lendakari, que ayer reclam¨®, en plena escalada dial¨¦ctica, el traspaso a su Gobierno del "mando real" de todas las fuerzas de seguridad emplazadas en Euskadi".Los ocho concejales del PNV en Tolosa aprobaron hace unas semanas una moci¨®n de los cuatro corporativos de HB en el Ayuntamiento de Tolosa solicitando la retirada de la casa consistorial de la bandera espa?ola. La Guardia Civil la respuso en su lugar. El pasado d¨ªa 5, un nuevo pleno aprob¨®, con los exclusivos votos de HB, remitir dicha bandera, cuya presencia se consider¨® "no desable" al ministro Barrionuevo.
Replic¨® ¨¦ste afirmando que "no es a m¨ª a quien deben remitir la bandera, sino al lendakari que es le m¨¢ximo representante del Estado en la Comunidad aut¨®noma, por lo que tiene la obligaci¨®n de mantener y defender la legalidad". El Gabinete de Garaikoetxea replic¨® ayer advirtiendo que "si el ministro considera que el Gobierno vasco y su lendakari deben ser los encargados de mantener la legalidad en Euskadi, deber¨ªa actuar consecuentemente, traspasando el mando real de todas las fuerzas de Seguridad emplazadas en Euskadi, no afectas a servicios extracomunitarios".
Asumir el mando policial
Tal desaf¨ªo es casi id¨¦ntico al contenido en una declaraci¨®n difundida por el gabinete Garaikoetxea el 15 de abril de 1981. Tras una semana pr¨®diga en atentados terroristas, y ante declaraciones gubernamentales que reclamaban un mayor compromiso del PNV y su gobierno en la lucha contra ETA, el ejecutivo de Vitoria respondi¨® declar¨¢ndose dispuesto a asumir "el mando directo y ejecutivo del aparato policial en Euskadi si los partidos estatales apoyan eficazmente esta disposici¨®n (...). Ellos tienen la palabra si de verdad desean que el Gobierno vasco asuma responsabilidades aut¨¦nticas en la lucha antiterrorista".Ya en aquella ocasi¨®n el entonces delegado del Gobierno en el Pa¨ªs Vasco, Marcelino Oreja, replic¨® citando la Constituci¨®n y el Estatuto. Este ¨²ltimo contempla la creaci¨®n de una polic¨ªa aut¨®noma, y la paulatina sustituci¨®n por esta de los cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, pero no el traspaso al Gobierno vasco del mando sobre tales cuerpos y fuerzas en Euskadi.
El actual delegado, Ram¨®n J¨¢uregui, record¨® ayer que desde hace meses tanto ¨¦l personalmente como los gobernadores civiles han ofrecido al Gobierno vasco la posibilidad de integrarse en las juntas provinciales de seguridad -organismos que, bajo la presidencia de los gobernadores respectivos, dirigen y controlan la acci¨®n policial en cada provincia-, sin que tal oferta haya encontado eco alguno en el gabinete de Garaikoetxea.
La situaci¨®n actual se caracteriza, seg¨²n J¨¢uregui, por un peligroso deslizamiento del PNV hacia la ilegalidad de hecho. "No se puede condicionar el cumplimiento de la ley a la satisfaci¨®n de tal o cual exigencia", dijo el delegado.
"Por lo dem¨¢s", a?adi¨®, "el PNV parece empe?ado en multiplicar los ost¨¢culos ante todo intento de la administraci¨®n socialista por hallar soluciones democr¨¢ticas al contencioso vasco. La superaci¨®n de ese contensioso se har¨¢ tanto m¨¢s dif¨ªcil si se sigue una l¨ªnea de provocaci¨®n incesante y deliberada tendente a provocar actuaciones como la de la guardia civil reponiendo la bandera espa?ola en su lugar, suspendiendo acuerdos de ayuntamientos, etc¨¦tera. Con eso s¨®lo se consigue exacerbar las tensiones y provocar reacciones demag¨®gicas de los sectores m¨¢s radicalmente antidemocr¨¢ticos".
"Al entrar en esa din¨¢mica", a?adi¨® J¨¢uregui, "el PNV, cegado por un electoralismo a corto plazo, est¨¢ desplaz¨¢ndose inconscientemente hacia un terreno de competencia con HB, que es quien tiene las de ganar".
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