Alianza Popular considera tarea prioritaria ganar las elecciones auton¨®micas de los dos pr¨®ximos a?os
La tarea prioritaria de Alianza Popular en los pr¨®ximos meses estar¨¢ orientada a tratar de ganar -"o, al menos, ganar mucho"- en las elecciones auton¨®micas en el Pa¨ªs Vasco y Catalu?a y, posteriormente, en Galicia -donde "todo cuidado ser¨¢ poco para asegurar de nuevo el resultado favorable"- y Andaluc¨ªa. As¨ª se indica en el Proyecto de estrategia pol¨ªtica para el periodo 1983-1986, elaborado por un equipo dirigido por Carlos Robles Piquer, con la directa supervisi¨®n de Fraga, y a cuyo texto, a¨²n no definitivamente aprobado, tuvo acceso EL PAIS.
La necesidad de modificar la estructura centralista de AP -regionalizando el partido-, la proclamaci¨®n del liderazgo indiscutido de Manuel Fraga y la insinuaci¨®n de que en el pr¨®ximo congreso nacional, que se celebrar¨¢ en enero de 1984 en Barcelona, habr¨¢ algunos cambios en la direcci¨®n aliancista son otros tantos puntos b¨¢sicos del programa.Si el objetivo a medio plazo consiste en ganar las elecciones regionales como medio para obtener la victoria en las generales de 1986, el objetivo inmediato de AP y sus coligados consiste, de acuerdo con el texto, en "romper el mito de que la Coalici¨®n Popular ya no crecer¨¢ m¨¢s; el mito del que ha solido llamarse, por algunos periodistas inspirados desde la izquierda, el techo de Fraga".
El programa de estrategia -ayer discutido de nuevo por la ejecutiva de Alianza, antes de ser aprobado, la semana pr¨®xima, por la junta directiva nacional de AP- comienza confiando en que a finales de este a?o el partido de Fraga contar¨¢ con un n¨²mero de militantes entre 150.000 y 200.000 (en la actualidad son 130.000). Sin embargo, el texto reconoce al final las reticencias de la sociedad espa?ola actual a militar en partidos pol¨ªticos (problema igualmente contemplado con alarma por otros partidos). Por ello se propone un programa de "inserci¨®n en la sociedad", introduci¨¦ndose en los llamados un tanto gen¨¦ricamente "grupos sociales". "Conviene crear distintas fundaciones o sociedades ad hoc especializadas en los grandes sectores, contribuyendo a aprovechar as¨ª las especiales conexiones que los diversos grupos pol¨ªticos pueden encontrar en cada campo". Estas fundaciones o sociedades, sugiere el texto, podr¨ªan ser las encargadas de canalizar ayuda econ¨®mica a estos "grupos sociales". "Para dise?ar las estrategias precisas a corto, medio y largo plazo, definir los objetivos, llevar a cabo el control y la coordinaci¨®n se montar¨ªa un ¨®rgano de coordinaci¨®n con la posible f¨®rmula de fundaci¨®n de fundaciones".
Igualmente se propone una f¨®rmula semejante a la ensayada por los conservadores norteamericanos que apoyan a Reagan con la Fundaci¨®n Heritage y el Instituto Empresarial Americano, es decir, crear "una infraestructura que alimente conceptualmente, y mediante la creaci¨®n de imagen oportuna, la presencia del pensamiento conservador y reformista en la opini¨®n p¨²blica, afianzando su influencia en los grupos sociales propicios".
El texto incluye tambi¨¦n la definici¨®n de Alianza Popular como partido no confesional que debe ver reforzada su unidad -"se sugiere la incorporaci¨®n plena de al gunos partidos testimoniales"- y su regionalizaci¨®n.
Pero se dedica, en cambio, escasa atenci¨®n al tema de la coalici¨®n electoral, especificando que los partidos democristiano y liberal que la integran "pueden ocupar un espacio propio, no masivo, pero identificable". En todo caso, se se fiala que "las tendencias democristiana y liberal no parecen tener hoy d¨ªa en Espa?a una incidencia electoral amplia".
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