Argentina: los problemas de la anunciada transici¨®n
El autor traza un panorama de la actual situaci¨®n pol¨ªtica argentina y analiza las condiciones que est¨¢n presentes en la anunciado traspaso de poder que han prometido hacer los militares, unos meses despu¨¦s de las elecciones convocadas para finales del pr¨®ximo octubre: En su opini¨®n son demasiados los factores y muchas m¨¢s las dificultades que, pese a las apariencias, hacen diferente esta transici¨®n pol¨ªtica de la espa?ola.
Bajo los auspicios del Instituto de Cooperaci¨®n Iberoamericana he visitado la Argentina formando parte de la delegaci¨®n de pol¨ªticos, sindicalistas y periodistas que se traslad¨® a aquel pa¨ªs para explicar el proceso de transici¨®n a la democracia en Espa?a. Nuestro mensaje era muy simple pero muy importante. Consist¨ªa, en s¨ªntesis, en explicar que para asegurar el tr¨¢nsito de una dictadura militar a una democracia y consolidar un sistema democr¨¢tico endeble por las propias condiciones de su origen, es fundamental que las principales fuerzas pol¨ªticas sepan unirse en lo principal, situando a un lado de la l¨ªnea divisoria a todos aquellos que quieren consolidar la democracia, aunque sea por razones distintas e incluso opuestas, y dejando al otro lado a los que est¨¢n contra el sistema democr¨¢tico. Nuestro mensaje termin¨® de hecho aqu¨ª, porque eso es lo que hoy importa para la Argentina. Pero tuvimos la honestidad de explicarles que la transici¨®n es larga y compleja, y que si en una primera fase -la del proceso constituyente, de los Pactos de la Moncloa y de la amnist¨ªa- la unidad democr¨¢tica hab¨ªa funcionado a pesar de todo, luego las cosas fueron por muy distintos derroteros.No s¨¦ si nuestras explicaciones habr¨¢n servido para algo a los argentinos. Puedo decir, de todas maneras, que a juzgar por la asistencia a los actos, tanto en Buenos Aires como en C¨®rdoba, y por la repercusi¨®n que encontr¨® en los medios de comunicaci¨®n, la delegaci¨®n espa?ola caus¨® un evidente impacto. Pero si expreso dudas sobre la utilidad general de nuestra misi¨®n es porque creo que la situaci¨®n en Argentina es muy distinta a la nuestra de 1977.
Para empezar, el problema de la amnist¨ªa tiene un signo muy diferente al nuestro. Aqu¨ª se trataba de cerrar definitivamente las secuelas de una guerra civil que se hab¨ªa librado hac¨ªa cuarenta a?os. En la Argentina el problema sigue vivo y actual. Una semana antes de nuestra llegada todav¨ªa fueron torturados y asesinados dos militantes peronistas -Cambiasso y Pereyra Rossi- por un comando policial. Y la terrible cuesti¨®n de los desaparecidos sigue viva y candente con todo su dramatismo. El jueves por la tarde, como todos los jueves, las Madres de la Plaza de Mayo celebraron su manifestaci¨®n silenciosa, con los pa?uelos blancos que semejan l¨¢pidas funerarias, como expresi¨®n viva, tangible y tr¨¢gica de unos hechos que no se pueden ni olvidar ni silenciar. Y cualquier persona informada os puede contar episodios de la represi¨®n que ponen los pelos de punta. Nosotros mismos pudimos ver de cerca el rostro de una represi¨®n que no conoce l¨ªmites jur¨ªdicos ni pol¨ªticos cuando un grupo de polic¨ªas uniformados, dirigidos por el tristemente conocido Jorge Cesarsky, estuvo a punto de llevarse secuestrado a Jos¨¦ Oneto, director de Cambio 16.
No pueden aguantar
En segundo lugar, el declive de la Junta Militar no tiene las mismas caracter¨ªsticas que el del franquismo. Cierto que al igual que ¨¦ste se encuentra en profunda crisis, pero el motivo principal de la misma es una derrota militar frente a una potencia extranjera (me refiero, claro est¨¢, a la guerra de las Malvinas). Esta derrota ha pre cipitado una crisis del r¨¦gimen militar que ten¨ªa ciertamente otras ra¨ªces. Y entre ellas, hay que destacar la corrupci¨®n y la total incapacidad para hacer frente a la crisis econ¨®mica.
Pero si los militares dif¨ªcilmente pueden aguantar hoy el ejercicio del poder, no por ello hay que concluir que han sido derrotados pol¨ªticamente por las fuerzas democr¨¢ticas. Por eso la transici¨®n es tan compleja y por eso los militares argentinos est¨¢n controlando todav¨ªa el ritmo.de la misma. Mi impresi¨®n -posiblemente superficial- es que los militares est¨¢n hoy dispuestos a ceder el gobierno a los partidos pol¨ªticos porque no pueden aguantarlo, pero intentar¨¢n establecer, por lo menos tres condiciones: 1) Que no se revise para nada el tema de los desaparecidos ni se exijan responsabilidades a ning¨²n militar ni polic¨ªa por actos de represi¨®n; 2) Que no se exijan responsabilidades por la corrupci¨®n econ¨®mica ni se toquen los grandes negocios que muchos de ellos han realizado al amparo del poder y bajo la capa del neoliberalismo; 3) Que sean las propias Fuerzas Armadas las que controlen la distribuci¨®n interna de los principales mandos. No se explica de otro modo, por ejemplo, que entre la fecha de las elecciones (prevista para finales de octubre) y el traspaso efectivo del poder (previsto para enero o febrero del a?o pr¨®ximo) transcurran unos meses cruciales, dentro de los cuales se produce la redistribuci¨®n de los principales mandos militares.
La tercera diferencia respecto a la Espa?a de 1977 radica en la propia estructura de las fuerzas pol¨ªticas civiles. Mi impresi¨®n es que los partidos pol¨ªticos no han renovado sus equipos dirigentes ni sus concepciones ideol¨®gicas, salvando las diferencias, que las hay. En su conjunto, no dan la impresi¨®n de poder hacer frente a la nueva situaci¨®n con toda la potencia necesaria, ni de ser capaces de impulsar un gran movimiento de masas -no s¨®lo de vanguardias- de afirmaci¨®n democr¨¢tica.
Desde luego, hay diferencias entre los partidos pol¨ªticos, y no se puede meter en un mismo saco a los partidos de izquierda y a los de derecha. Existen dirigentes pol¨ªticos muy prometedores, algunos de los cuales han dado pruebas de un gran valor personal y de una gran firmeza en los momentos m¨¢s duros. Pero en conjunto se tiene la impresi¨®n de que son las mismas personas que ya se enfrentaron Sin ¨¦xito con el peronismo en los a?os cincuenta, las mismas que han aparecido y reaparecido en diversas ocasiones, entre golpe militar y golpe militar, sin conseguir estabilizar un r¨¦gimen democr¨¢tico.
Existe, por lo dem¨¢s, el hecho espec¨ªfico del peronismo, un movimiento de caracter¨ªsticas absolutamente irrepetibles y muy dif¨ªcil de clasificar. Hay una extrema derecha y una extrema izquierda peronistas. Existe una jerarqu¨ªa sindical que controla los sindicatos al estilo norteamericano y que impone sus opciones a un sector decisivo del movimiento peronista. Mi impresi¨®n es que ning¨²n candidato podr¨¢ imponerse en el seno del peronismo si no tiene el visto bueno de esta jerarqu¨ªa sindical.
El peronismo actual dificilmente puede enlazar con sus or¨ªgenes, cuando Argentina hab¨ªa acumulado grandes recursos con la II Guerra Mundial y Per¨®n se dedic¨® a distribuir una parte de ellos a los trabajadores, a condici¨®n de que ¨¦stos no reivindicasen nada ni se organizasen para luchar. Hoy hay poco que distribuir y mucho que rehacer y recuperar. Pero el peronismo sigue influyendo en la inmensa mayor¨ªa de los trabajadores, y no se puede emprender nada con la clase obrera sin tener en cuenta esta influencia.
A favor de Argentina
Estas son, a mi entender, las principales diferencias entre la Argentina actual y la Espa?a de 1977. Pero Argentina tiene otras a sy favor. Al igual que Brasil, M¨¦xico o Venezuela, Argentina es un pa¨ªs de inmensas posibilidades. Es terrible, absurdo, incongruente, ver como estos grandes pa¨ªses, llenos de recursos, dependen de las condiciones que les impone una delegaci¨®n del Fondo Monetario Internacional, se debaten en medio de una deuda exterior descomunal y paralizante, se instalan en una inflaci¨®n que supera el 300 por ciento anual y malviven en medio de una gran abundancia potencial.
Para todos ellos, la cuesti¨®n de la dependencia respecto a los Estados Unidos es una cuesti¨®n decisiva, vital. Y para Argentina es, adem¨¢s, un aut¨¦ntico trauma pol¨ªtico, pues la mayor¨ªa de las fuerzas pol¨ªticas argentinas se han desarrollado de una manera u otra bajo la hegemon¨ªa anglo-norteamericana y ahora descubren que cuando se quiere recuperar un trozo de su patria -las Malvinas- el enemigo es precisamente la Gran Breta?a apoyada por Estados Unidos, mientras que quien les compra el trigo y la carne es la la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
Romper con la hegemon¨ªa norteamericana sin caer en la ¨®rbita de otro bloque pol¨ªtico-militar, construir una aut¨¦ntica independencia nacional que les haga due?os de sus propios recursos y sentar las bases para un desarrollo econ¨®mico que cuenta con los elementos y recursos suficientes para alcanzar grandes cotas, son los desaflos futuros del sistema democr¨¢tico argentino.
es catedr¨¢tico de Derecho Pol¨ªtico de la Universidad de Barcelona, concejal del Ayuntamiento de Barcelona y miembro de los comit¨¦s ejecutivos del PSUC y del PCE.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Instituto de Cooperaci¨®n Iberoamericana
- Dictadura argentina
- Opini¨®n
- Guerra Malvinas
- Argentina
- FMI
- Personas desaparecidas
- Franquismo
- Casos sin resolver
- Dictadura militar
- Reino Unido
- Elecciones
- Casos judiciales
- Europa occidental
- Dictadura
- Pol¨ªtica exterior
- Sudam¨¦rica
- Latinoam¨¦rica
- Gobierno
- Guerra
- Historia contempor¨¢nea
- Empresas
- Historia
- Conflictos
- Administraci¨®n Estado