El sonido del silencio
Hay una palabra en ingl¨¦s que define la novela, a veces m¨¢s beige ,que negra, de Ross Macdonald: understatement. Tanto sugerencia como omisi¨®n significativa.El detective protagonista de las mejores novelas del autor, Lew Archer, no es el hombre que, explica sino el que insin¨²a, el que avaramente va destilando la m¨¢s breve noticia de s¨ª mismo, de forma que hoy, en el d¨ªa de su muerte, apenas sepamos de ¨¦l que fue oficial de la polic¨ªa en Palm Beach, que estuvo una vez casado, que tiene unos cincuenta a?os, y que su mirada impalpable est¨¢ vuelta constantemente hacia el pasado, sin que el universo fr¨ªo, distante, de una objetividad inapelable, dentro del que se mueve, le permita dedicar tiempo alguno a su persona.
Podr¨ªa decirse que Archer es el Marlowe de Marlowe; mientras el personaje de Chandler se permite el respiro del soliloquio, posiblemente ayudado por esa copa que desanuda la lengua del esp¨ªritu, el detective de Macdonald convierte el di¨¢logo interior en pausa, omisi¨®n, punto suspensivo, consciente de que nunca es su historia la que se nos est¨¢ contando, sino la de una realidad inagotable de la que es notario en un empe?o rom¨¢ntico de hacer que las cosas se nos revelen por s¨ª solas.
En un perpetuo terror de lo subjetivo, de la pasi¨®n personal, de la batalla de los afectos, en los que el hombre podr¨ªa perder la serenidad de la distancia, Lew Archer mira, comprueba y act¨²a, vaci¨¢ndose de s¨ª mismo para llevar a cabo su misi¨®n. Pero esa utop¨ªa esc¨¦ptica no puede enga?ar nunca a aquellos que sepan o¨ªr el sonido del silencio. Esa es la formidable apropiaci¨®n del novelista: la conquista de lo que jam¨¢s se ha dicho; el suspense de una continuidad ahora fatalmente interrumpida. Ross Macdonald ha muerto cuando Lew Archer apenas hab¨ªa empezado a descorrer el velo de su historia. Como en las mejores novelas de su g¨¦nero el fallecimiento del autor llega en el momento justo. Ya nunca sabremos si algun d¨ªa el detective habr¨ªa tomado un billete de vuelta hacia Palm Beach.
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