El Parlamento del Reino Unido se pronuncia por una mayor¨ªa en contra de la restauraci¨®n de la pena de muerte
Por una diferencia de votos superor a la esperada (145), el Parlamento brit¨¢nico se pronunci¨® anoche contra la restauraci¨®n de la pena de muerte, abolida en 1965. El d¨ªa anterior, el presidente del Parlamento Europeo, Pleter Dankaert, hab¨ªa pedido a Margaret Thatcher que votase contra la restauraci¨®n porque ello supondr¨ªa "un gran paso atr¨¢s" para el Reino Unido "desde su posici¨®n moral en la CEE y la Commonwealth". Esta recomendaci¨®n fue seguida por gran parte de los diputados conservadores, a pesar de que, en principio, fue recibida en Londres como una Intromisi¨®n en asuntos internos.
La amplitud del resultado (368 contra 226) refleja claramente que la libertad de voto fue utilizada por muchos diputados tories en un sentido m¨¢s amplio de lo que permit¨ªan esperar los ¨²ltimos resultados electorales y el contenido del programa conservador, que inclu¨ªa la restauraci¨®n de la pena capital. Bien es cierto que Margaret Thatcher no se ha empleado a fondo, no ha querido librar batallas y ni siquierta intervino en el debate.En cambio lanz¨® a la palestra a su ministro del Interior, Leon Britton, que manifest¨® su apoyo a la pena de muerte para asesinatos en acciones terroristas, con la vista puesta en obtener el apoyo de la polic¨ªa. Las cr¨ªticas le han llegado no solamente de su colega en la sombra, el laborista Roy Hattelsley, sino tambi¨¦n de algunos miembros de su propio partido, como el ministro para el Ulster, Jarnes Prior. Todos los dem¨¢s grupos de la C¨¢mara hab¨ªan ya anunciado su voto contra la reinstauraci¨®n.
Violencia terrorista
La violencia terrorista vot¨® tambi¨¦n ayer, horas antes del debate, con dos acciones en el Ulster que causaron un total de seis muertos.El Ej¨¦rcito Republicano Irland¨¦s (IRA Provisional) se atribuy¨® el atentado con una bomba de 200 kilos perpetrado cerca de Belfast contra un convoy del Regimiento de Defensa del Ulster (UDR), acci¨®n que se sald¨® con cuatro muertos, todos ellos soldados a tiempo parcial del Ej¨¦rcito brit¨¢nico. Otros dos hombres fueron encontrados muertos en el condado de Armagh, presuntamente ejecutados por el IRA como medida de disciplina interna.
En un comunicado difundido por la Prensa del Ulster, el IRA Provisional aseguraba que "el Regimiento de Defensa del Ulster es un regimiento sectario que mata, tortura y yugula a nuestro pueblo. Por ello un cierto n¨²mero de sus miembros ha pagado el precio de la pol¨ªtica de ulsterizaci¨®n seguida por el Gobierno brit¨¢nico".
Esta es la acci¨®n m¨¢s mort¨ªfera ocurrida en el Ulster desde que el pasado d¨ªa 6 de diciembre 16 personas, entre ellas 11 soldados, murieran al estallar un bomba en una discoteca.
El UDR es una unidad de voluntarios creada inicialmente para secundar al Ej¨¦rcito en los controles de carreteras y tareas similares que ha ido aumentando la importancia de sus tareas en el territorio del Ulster.
A pesar del impacto causado por este atentado, los diputados votaron por una diferencia de 116 votos contra la restauraci¨®n de la pena de muerte para casos espec¨ªficos de asesinatos en acciones terroristas.
Tampoco fueron aprobados ninguno de los otros cuatro supuestos en que se propon¨ªa la restauraci¨®n de la pena de muerte. En el caso de asesinatos de polic¨ªas en el ejercicio de sus funciones, 263 diputados votaron a favor y 344 en contra.
Esta diferencia de 81 votos fue la m¨¢s peque?a registrada en todas las votaciones, ya que para el caso de asesinatos de funcionarios de prisiones, el margen en contra fue de 96 (348 contra 252), para asesinatos en tiroteos o por explosivos fue de 170 (374 contra 204), y para asesinatos en el curso de robos de 179 (369 a 194).
El ¨²ltimo hombre ejecutado en el Reino Unido fue Gwynne Owen Evans ahorcado el 13 de agosto de 1964 en Strangeways, Manchester, acusado del asesinato del dependiente de una lavander¨ªa. Hasta el ¨²ltimo momento proclam¨® que era inocente.
La ¨²ltima mujer a la que fue aplicada la pena capital fue Ruth Ellis, convicta de haber asesinado a su amante porque ¨¦ste quer¨ªa abandonarla.
La ejecuci¨®n tuvo lugar en Holloway en julio de 1955, a pesar de un masivo movimiento ciudadano para tratar de que se le conmutara la pena.
Poco despu¨¦s comenz¨® una campa?a a nivel nacional que logr¨® que en 1957 se restringieran considerablemente los casos en que pod¨ªa aplicarse la pena de muerte. Esta se aboli¨® por completo en 1965.
El verdugo, dispuesto a volver
Mientras el sensacionalista Daily Star entrevistaba al verdugo oficial Harry Allen (que se declaraba "dispuesto a volver al trabajo"), los n¨²meros calentaban la pol¨¦mica. Una encuesta de la BBC (la m¨¢s amplia realizada jam¨¢s en el Reino Unido) reflejaba un apoyo mayoritario de la poblaci¨®n a la pena de muerte: 14.705 votos contra 13.575.Simultaneamente, Lord Windlesham, exininistro para el Ulster y actual director de la Oficina de Libertad bajo Palabra, presentaba el informe de este organismo correspondiente a 1982. Como si se tratase de un apoyo -desde luego involuntario- a los restauracionistas, el informe refleja que los condenados a la m¨¢xima pena de prisi¨®n solamente pasan en la c¨¢rcel, por t¨¦rmino medio, algo m¨¢s de diez a?os y que algunos (treinta y cinco el a?o pasado) vuelven a delinquir cuando est¨¢n en la calle. En definitiva, la cadena perpetua solamente tiene de perpetua el nombre.
Los irlandeses
A pesar de ello, Lord Windlesham es un decidido enemigo de la pena capital y muy especialmente para casos de terrorismo. "Los irlandeses", dijo, "sienten una terrible fascinaci¨®n por morir a manos de los ingleses y nada puede inflamar m¨¢s y extender m¨¢s el conflicto sectario que la restauraci¨®n de la horca".El exininistro para el Ulster coincide plenamente con el actual ocupante de este cargo, James Prior, cuyo voto negativo, est¨¢ decidido y hecho p¨²blico desde hace samanas. Su argumento es que un terrorista muerto ser¨ªa, simplemente un m¨¢rtir.
La propia Iglesia de Inglaterra ha tomado partido. El s¨ªnodo aprob¨® el martes en York, por 407 votos contra 36, una resoluci¨®n en la que se asegura que "deplorar¨ªa" la reintroducci¨®n de la pena de muerte.
Justo lo contrario de lo decidido por la Iglesia de Escocia (Free Church of Scotland) partidaria de que "quien vierta sangre pague con su propia sangre".
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