Diferencias entre pol¨ªticos y banqueros sobre el alcance de la recuperaci¨®n de la econom¨ªa en Estados Unidos
La neta recuperaci¨®n de la econom¨ªa norteamericana podr¨ªa verse parcialmente afectada si el Federal Reserve decide reducir el incremento de la masa monetaria, con incidencia en la subida de los tipos de Inter¨¦s, que del actual 10,5% podr¨ªa pasar al 12%. El presidente del Federal Reserve, Paul Volcker, di¨® probablemente indicaci¨®n sobre el tema en el curso de la audiencia de ayer ante el Comit¨¦ Bancario del Senado, que confirm¨®, sin problemas, un segundo mandato de cuatro a?os para Volcker al frente del Federal Reserve.
La pol¨¦mica actuaci¨®n de Volcker en el Federal Reserve fue objeto de serias especulaciones en los medios pol¨ªticos y econ¨®micos de EE UU. Volcker ocupaba el cargo desde la Administraci¨®n Carter. El presidente Reagan, aconsejado por los medios bancarios estadounidenses que valoran de positiva la gesti¨®n de Volcker, decidi¨® confirmarle en su puesto, a pesar de las diferencias tradicionales entre la Casa Blanca y el responsable del Federal Reserve.Convencido de que el control de la masa monetaria es la mejor arma para reducir la inflaci¨®n -y los datos le dan la raz¨®n, con una inflaci¨®n el pasado a?o del 3,9% en EE UU y proyecci¨®n del 6,5% para el a?o en curso-, Volcker esgrimi¨® el control de los tipos de inter¨¦s para limitar la demanda. Pero la crisis econ¨®mica en EE UU, con efectos directos sobre las empresas y con un coste social del 10% de parados, oblig¨® a aflojar las amarras al Federal Reserve, que fue disminuyendo paulatinamente los tipos de inter¨¦s, bajando desde el hist¨®rico 21,5% alcanzado en los ¨²ltimos meses de la Administraci¨®n Carter, hasta el 10,5%. actual.
La disminuci¨®n de los tipos de inter¨¦s, junto a la aplicaci¨®n del programa de reducci¨®n del 25% de impuestos, en tres a?os, aplicado por la Administraci¨®n Reagan, actu¨® a favor de la reactivaci¨®n econ¨®mica en EE UU, como demuestran las previsiones de? crecimiento del producto interior bruto (PIB), con proyecci¨®n de un aumento del 5,5% para el a?o en curso.
El hecho de la recuperaci¨®n econ¨®mica en EE UU repercute l¨®gicamente en la subida de la popularidad del presidente Ronald Reagan, a 16 meses de la nueva elecci¨®n presidencial en EE UU. Pero el natural ambiente de triunfalismo de la Casa Blanca no es compartido con el mismo entusiasmo en todas las esferas de la vida norteamericana. Muchos analistas de los medios bancarios y burs¨¢tiles de Wall Street -donde las cotizaciones est¨¢n pendientes de cu¨¢l ser¨¢ la nueva tendencia del Federal Reserve- dudan seriamente de la profundidad y el alcance de la recuperaci¨®n econ¨®mica norteamericana. Sobre todo porque pesa la incertidumbre de los importantes d¨¦ficit presupuestarios americanos, que rozar¨¢n los 200.000 millones de d¨®lares para el a?o fiscal 1984, con incidencia inflacionista a medio plazo.
Entremezcl¨¢ndose intereses pol¨ªticos y econ¨®micos, la Casa Blanca reacciona vivamente al prop¨®sito del Federal Reserve de reducir el crecimiento de la masa monetaria, que fue del 14% en los ¨²ltimos meses y podr¨ªa rebajarse al 8,5%. Incluso dentro del Congreso hay serias advertencias a Paul Volcker, considerado como el hombre m¨¢s poderoso de EE UU, para que evite una pol¨ªtica de subida de tipos de inter¨¦s capaces de mutilar la recuperaci¨®n econ¨®mica.
Las especulaciones sobre el aumento de los tipos de inter¨¦s en EE UU repercuten tambi¨¦n en los mercados europeos de divisas, donde el d¨®lar contin¨²a su progresi¨®n, al considerarse como una divisa refugio y con buena rentabilidad en intereses bancarios. Pero, mientras la fortaleza del d¨®lar ayuda a la existencia de abundantes capitales para la todav¨ªa titubeante recuperaci¨®n en la inversi¨®n norteamericana, equivale a una fortaleza que penaliza, por otra parte, la exportaci¨®n de productos made in USA. De ah¨ª las diferencias que la doctrina econ¨®mica de Reagan crea, incluso, dentro de su propia Administraci¨®n, entre los secretarios del Tesoro, Donald Reagan, y del Comercio, Malcom Baldrige.
Pero, en definitiva, la continuidad de Paul Volcker al frente del Federal Reserve representa un s¨ªmbolo de tranquilidad para la econom¨ªa norteamericana, cuyos l¨ªderes son conscientes de que, a fin de cuentas, Volcker no lo hace del todo mal, teniendo en cuenta los dif¨ªciles momentos de la econom¨ªa internacional, amenazada por las altas deudas de la mayor¨ªa de pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo o desarrollados, como el caso de Espa?a.
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