Terrorista 'arrepentido' presta testimonio en el Ulster, a pesar del secuestro de su padre

El terrorista arrepentido m¨¢s famoso de Irlanda del Norte, Raymond Gilmore, ha seguido prestando declaraci¨®n contra sus antiguos compa?eros, pese a que su padre se encuentra secuestrado por el IRA desde hace ocho meses. La polic¨ªa cree que de sus declaraciones pueden resultar procesadas m¨¢s de 70 personas, pero por el momento el caso se ha limitado a cinco presuntos miembros del INLA.La vista judicial en la que Gilmore prest¨® testimonio se ha desarrollado esta semana en Londonderry en medio de un gran dramatismo y tensi¨®n. Gilmore tiene 23 a?os, est¨¢ casado y es padre de dos ni?os peque?os. Hace m¨¢s de un a?o acept¨® colaborar con la polic¨ªa y proporcionar evidencias contra militantes del IRA y del INLA, los dos movimientos terroristas de Irlanda del Norte.

Desde entonces, el Gobierno brit¨¢nico se ha encargado de su protecci¨®n, y Gilmore y su familia han permanecido escondidos todo este tiempo en un lugar desconocido de Inglaterra, vigilados d¨ªa y noche por detectives y fuera del alcance de periodistas, amigos o familiares m¨¢s lejanos.

La protecci¨®n, sin embargo, no se extendi¨® a su padre, Patrick Gilmore, de 72 a?os, que fue secuestrado el pasado mes de noviembre en su casa de Londonderry a punta de pistola. La polic¨ªa no ha sido capaz de liberarle ni de localizarle. Con este secuestro el IRA pretend¨ªa obligar a Raymond a echarse para atr¨¢s, pero el joven, decidi¨® seguir adelante. Tampoco le disuadi¨® el v¨ªdeo que envi¨® el IRA a la televisi¨®n brit¨¢nica, en el que su padre, p¨¢lido y delgado, le ped¨ªa que salvara su vida y no prestara testimonio.

Cuando Raymond Gilmore hizo su entrada en la sala, su hermana, que se encontraba entre el p¨²blico, empez¨® a gritar "detente, detente", mientras que su hermano quer¨ªa llegar hasta ¨¦l, gritando tambi¨¦n: "Te juegas la vida de nuestro padre". Ambos j¨®venes fueron sujetados inmediatamente y expulsados del tribunal.

Una nube de guardaespaldas

P¨¢lido, pero sin titubear, Gilmore cont¨® suficientes cosas como para que el juez ordenara el procesamiento inmediato de los cinco presuntos miembros del INLA, acusados de 11 delitos, incluidos el asesinato de polic¨ªas y soldados.Nada m¨¢s acabar su testimonio, Raymond Gilmore, rodeado de una nube de guardaespaldas, abandon¨® Irlanda del Norte con destino desconocido. El joven terrorista arrepentido tendr¨¢ que prestar declaraci¨®n ante el tribunal en nuevas ocasiones, antes de que Londres estudie alguna f¨®rmula para permitirle llevar, en Inglaterra o en alg¨²n otro lugar, una vida m¨¢s normal.

La atenci¨®n se centra ahora en el futuro de su padre. Muchos observadores creen que el IRA no se atrever¨¢ a matarle, porque con ello se echar¨ªa encima a toda la opini¨®n p¨²blica de la comunidad cat¨®lica. Sin embargo, el secuestro se prolonga ya desde hace ocho meses y su estado de salud debe estar quebrantado. Decida lo que decida, el IRA no puede mantener por mucho tiempo esta situaci¨®n de incertidumbre, y sabe ya que Raymond Gilmore ha dado el paso decisivo.