Los Encuentros de la Fotograf¨ªa de Arl¨¦s mantienen una dif¨ªcil primac¨ªa como feria europea del sector
El japon¨¦s Eikoh Hosoe present¨® un audiovisual sobre Gaud¨ª, con textos de Arrabal
Cada verano, fot¨®grafos de todo el mando se dan cita en Arl¨¦s. Entre julio y agosto tienen lugar los Rencontres Internationales de la Photographie (RIP, Encuentros Internacionales de la Fotograf¨ªa), cuya repercusi¨®n en el mundo de la fotograf¨ªa es similar a la que puede tener el festival de Cannes en el cinematogr¨¢fico, aunque su primac¨ªa se hace cada vez m¨¢s dif¨ªcil de mantener ante las convocatorias de Colonia o Par¨ªs -que asumen muy claramente su funci¨®n ferial, mientras que Arl¨¦s mantiene actividades de tipo divulgativo y did¨¢ctico-. Los RIP ofrecen, desde un variado programa de exposiciones monogr¨¢ficas hasta un encadenamiento de varias docenas de cursillos y seminarios de trabajo.
Los cursillos son impartidos por especialistas y seguidos por reducidos grupos de estudiosos, abarcando temas de orden t¨¦cnico, est¨¦tico, hist¨®rico, filos¨®fico, etc¨¦tera; la multidisciplinariedad es la nota dominante de este festival fotogr¨¢fico.Sin embargo, el plato fuerte lo constituye la semana de apertura inauguarada en esta ocasi¨®n por el ministro de Cultura, Jack Lang; en ella se concentran los ¨¢gapes oficiales de las muestras, conferencias y coloquios, proyecciones audiovisuales p¨²blicas, presentaci¨®n de producciones, cine y v¨ªdeo gr¨¢fico, relativas a la fotograf¨ªa, concesi¨®n de premios y muchos otros actos que convierten puntualmente a Arl¨¦s en el centro mundial de la fotografia. Porque incluso todas esas actividades y alicientes no constituyen mas que un pretexto para que la comunidad fotogr¨¢fica internacional encuentre un foro donde reunirse y comunicarse.
La imagen, protagonista
No importa que el marco sea la c¨¦ntrica place du Forum, el acogedor hotel d'Arlatan o la misma sede se los encuentros, hoy convertida en Escuela Nacional de Fotograf¨ªa, a instancias de la Administraci¨®n socialista. Sea el entorno prosaigo o acad¨¦mico, entre copa de past¨ªs y jarra de panach¨¦, la fotograf¨ªa es protagonista.
Lo cierto es que desde que el festival fuera creado en 1970 por inciativa del fot¨®grafo Lucien Clergue, importantes proyectos europeos han cristalizado en su seno. All¨ª se han gestado revistas de vanguardia, estrechando lazos entre grupos fotogr¨¢ficos y convenido exposiciones itinerantes; se han lanzado nuevas tendencias y se han recuperado viejos maestros. Incluso puede afirmarse que la vitalidad de la joven fotograf¨ªa espa?ola debe mucho a Arl¨¦s, pues cuando a principios de los setenta nuestro desvalido pa¨ªs era todav¨ªa m¨¢s tercermundista a nivel fotogr¨¢fico, la concurrencia a los encuentros arlesianos permit¨ªa refrescar ideas y sintonizar con las corrientes internacionales.
En la presente edici¨®n destacan varias actividades. El Museo R¨¦atty albergaba una impresionante muestra de Bruce Davidson titulada La gente del metro. Davidson, uno de los punteros de la agencia Magnum, documenta con ella la vida y el ambiente del metro neoyorquino. Las fotograf¨ªas, realizadas en color y positivadas en gran formato, a¨²nan extraordinarias calidades gr¨¢ficas un intenso contenido fotoperiod¨ªstico.
Ejemplos de estudiantes
Tambi¨¦n en el mismo museo se presentaba La Bauhaus y la fotograf¨ªa, selecci¨®n muy sintetizada pero representativa de las experiencias fotogr¨¢ficas desarrolladas en la escuela fundada por Gropius. Junto a los trabajos de nombres consagrados como Moholy-Nagy, Herbert Bayer o Walter Peterhans aparec¨ªan numerosos ejemplos, algunos in¨¦ditos, de ejercicios de curso e indagaciones personales de estudiantes y figuras menos renombradas. La muestra se complementaba con otra titulada La nueva visi¨®n, que ilustraba la influencia del esp¨ªritu Bauhaus en la fotograf¨ªa contempor¨¢nea americana, a trav¨¦s del legado de la New Bauhaus, creada por Mohely en Chicago; sobresal¨ªan en ella las im¨¦genes de Harry Callahan y Aaron Siskind.
Filosof¨ªa zen
Entre las muestras de corte experimental y alternativo, la instalaci¨®n de Nathalie Magnan era particularmente atractiva. Dentro de un planteamiento l¨²cido conceptual, los visitantes eran invitados a montar una bicicleta, y al pedalear, una secuencia de fotograf¨ªas pasaba ante sus ojos, estableciendo un paralelismo entre un supeusto recorrido espacial y la articulaci¨®n lineal de las im¨¢genes.
De las proyecciones audiovisuales conviene destacar la de Robert Rauschenberg, uno de los genios del pop metido, como Bacon, Hockney, Warhol y otros, en lides fotogr¨¢ficas.
El inter¨¦s de su obra fotogr¨¢fica pasa, a mi juicio, por el respeto hacia su trayectoria art¨ªstica, y esto, en el fondo, evidencia un fen¨®meno de neopictorialismo: los fot¨®grafos arrastran todav¨ªa ciertos complejos, y cuando un artista de primera fila emplea la c¨¢mara y legitima as¨ª la artisticidad de su medio, su capacidad cr¨ªtica adquiere una benevolencia inusitada.
Para el p¨²blico espa?ol, muy abundante, la proyecci¨®n que merec¨ªa mayor atenci¨®n era la que el autor japon¨¦s Eikoh Hosoe dedic¨® a la arquitectura de Gaud¨ª. El enfoque era original: Hosoe cree encontrar elementos de la filosf¨ªa zen en la exuberante imaginaci¨®n del arquitecto Antoni Gaud¨ª, pero el conjunto, resuelto a caballo de una visi¨®n descriptiva y otra m¨¢s formalista con logros aislados, no pasaba de mediana. Lo m¨¢s chocante, no obstante, fue el audio: una selecci¨®n musical mezclaba sardanas, zarzuela y flamenco en un estereotipado combinado de typical spanish y el comentario de viva voz de Fernando Arrabal, varias de cuyas interpretaciones del misticismo y espa?olidad de Gaud¨ª no pesaron de la simple boutade.
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