27 atletas espa?oles hablaron ayer de triunfos y medallas, en la residencia Joaqu¨ªn Blume
Desde que sali¨® la lista, la Prensa persigue a los 27 atletas que competir¨¢n en Helsinki. De eso se quejan. La residencia Blume, donde ayer se dieron cita todos ellos, era un torrente de nervios por la cafeter¨ªa y los pasillos. S¨®lo a primera hora estuvo desolada, cuando a0areci¨® Antonio Prieto por el bar a tomar agua con unos amigos. M¨¢s tarde, Neg¨® Mar¨ªa Jos¨¦ Mart¨ªnez Pati?o a ver c¨®mo beb¨ªan los dem¨¢s, y luego Jos¨¦ Alonso, Pepe, luciendo su ancha sonrisa de profesor de gimnasia. A lo largo de la tarde el calor acab¨® descolocando las im¨¢genes y las grandes figuras pasaron a ser amigos entra?ables de carne y hueso, acosadas por el temor de un viaje muy importante, por la ilusi¨®n de una medalla tan deseada y por los nervios.
Prieto le daba las gracias a la mercromina y los algodones, que le hab¨ªan curado una llaga del tama?o de una moneda de cinco duros que le sali¨® en el pie. "Tengo que traer un triunfo para devolverle a Hontoria, mi pueblo, el homenaje que me hizo". El segoviano de los 10.000 metros echar¨¢ de menos en el avi¨®n a su entrenador, Jose Luis Pascua, que le dijo ayer que corriera con la cabeza en la semifinal, y que ya en la final fuera a por todas. Durante m¨¢s de dos meses ha estado viniendo dos d¨ªas en semana a Madrid a entrenar, otros dos a Navacerrada, a lo mismo, y el resto del tiempo en su pueblo, como un loco.Pepe, como le llaman en la residencia, recibe consejos del mismo m¨¦dico que trat¨® en Abril a la checa Jamirla, r¨¦cord mundial de 800 metros. No recibe asesoramientos biomec¨¢nicos, como los recibi¨® ella, pero s¨ª recomendaciones. "Un s¨®lo consejo es suficiente", dec¨ªa Prieto a prop¨®sito de las palabras de su entrenador. Pero tambi¨¦n lamentaba lo car¨ªsimas que estar¨¢n las medallas en Helsinki.
Mientras Abascal dorm¨ªa la siesta, Mar¨ªa Jos¨¦ Pati?o dec¨ªa que los 100 metros vallas son matem¨¢ticas y hay que correrlos al mil¨ªmetro; lo demostraba ense?ando algunas cicatrices de los golpes en la rodilla izquierda. Hace m¨¢s de dos meses que Mar¨ªa Jos¨¦ no bebe ni trasnocha. Reconoc¨ªa que ha sido elegida por ambiciosa, virtud o pecado que le faltaba a las dem¨¢s. "El r¨¦cord de 100 metros valla est¨¢ por batir".
Alberto Ruiz, sonriente, dec¨ªa que en el trayecto de sus saltos de p¨¦rtiga s¨®lo ve im¨¢genes apelmazadas y cosas raras; y el list¨®n, que tanta rabia da tocarlo. Y Jorge Garc¨ªa anunciaba que su t¨¢ctica es empezar fuerte en los 5.000 metros y mantener el ritmo. Al contrario de los que piensan que hace falta empezar lento para aguantar.
Para Pati?o, correr es veneno, y para Prieto una especie de droga. A Santiago de la Parte simplemente le gusta, le gusta mucho, no como a Jos¨¦ Alonso, para quien correr es una pasi¨®n. Antonio S¨¢nchez no sabr¨ªa qu¨¦ hacer si no corriera. Ic¨ªar Mart¨ªnez, corriendo por el Puente de los Franceses, junto a la madrile?a Casa de Campo, hac¨ªa se?as diciendo que enseguida volver¨ªa, pero se hizo de noche e Ic¨ªar no apareci¨®.
De la Parte ve un bache cr¨ªtico
Santiago de la Parte, un hombre que dedic¨® su vida al cross y ahora la dedica al marat¨®n, confesaba que todo corredor de esta prueba sufre un momento cr¨ªtico: "Compaginar. concentraci¨®n mental, tan necesaria, y resistencia f¨ªsica, imprescindible, tiene un bache f¨ªsico. A veces en el kil¨®metro 25, otras en el 30, pero si logra uno salir adelante, tiene conseguida una buena marca". Seg¨²n ¨¦l, los 42 kil¨®metros de marat¨®n s¨®lo pueden hacerse' dos o tres veces al a?o. A De la Parte casi le interesa m¨¢s su marca que el puesto que consiga en Helsinki.
Tres posibilidades de medalla
Roberto Cabrejas se tom¨® la tarde de descanso, como alg¨²n otro. Hacer salto de altura depende de la t¨¦cnica y del f¨ªsico, seg¨²n dec¨ªa. ?l consigue saltar algo m¨¢s de 40 cent¨ªmetros sobre su propia estatura, y lo dice tan serio, a 1,81 del suelo. ?l siempre mira el list¨®n: "Tocarlo es caerse". Si uno no est¨¢ seguro de saltarlo, no lo salta, eso siempre". Cabrejas sonre¨ªa diciendo, que el chino Zhu, el recordman mundial, no compite.
Coincid¨ªan los atletas en se?alar que este campeonato del mundo est¨¢ al nivel de unos Juegos Ol¨ªmpicos. Casi todos aspiran a mejorar su propio r¨¦cord, y a ser posible el de Espa?a. A nivel internacional esperan llegar a las finales, como mucho, y reconocen tener posibilidad s¨®lo en las pruebas de 1.500, 3.000 obst¨¢culos y 10.000.
Unos ven¨ªan y otros se iban. Unos en chandal y otros de calle. Ninguno fumaba ni beb¨ªa. De la Federaci¨®n de Atletismo a la residencia Blume, y vuelta. De la carrera al bar. La puerta abarrotada de compa?eros de estos 27 elegidos. El tel¨¦fono, sin dejar de sonar. El calor cada vez m¨¢s intenso. Las 9,30 de la noche, hora de la cena en la que todos se reunir¨ªan, estaba cada vez m¨¢s cerca.El momento de partida, el avi¨®n, la competici¨®n, a la vuelta de un instante.
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