Llegan a Madrid 30 supervivientes del 'Castillo de Bellver'
Procedentes de Londres, en el vuelo regular 341 de la compa?¨ªa Iberia, llegaron ayer a Madrid 30 de los 33 supervivientes de la tripulaci¨®n del petrolero espa?ol Castillo de Bellver, que se incendi¨® en la madrugada del pasado s¨¢bado frente a la costa surafricana. Los otros tres supervivientes -el capit¨¢n del buque, el oficial de m¨¢quinas, herido por quemadu ras, y la esposa de ¨¦ste- permanec¨ªan ayer en Ciudad del Cabo (Sur¨¢frica). Ninguno de los tripulantes llegados a Madrid ni los representantes de la empresa propietaria del buque aportaron ayer datos nuevos sobre el posible causa del siniestro, mientras por ambas partes se insisti¨® en que no existen esperanzas de encontrar con vida a los tres tripulantes desaparecidos.
La llegada de los 30 tripulantes al aeropuerto de Madrid-Barajas se produjo hacia las 16.00 horas, en medio de una fuerte emoci¨®n y nerviosismo de la veintena de familiares que les esperaban, la mayor¨ªa de los cuales se hab¨ªa desplazado desde ciudades andaluzas y gallegas hasta la capital de Espa?a. Minutos antes de la llegada, Natividad Delgado, esposa de Antonio Sanz, camarero del petrolero, dec¨ªa, con palabras entrecortadas por la emoci¨®n: "Cre¨ª que mi marido estaba muerto. Yo he viajado en varias ocasiones con mi marido en el barco. En esta ocasi¨®n no fui porque ¨¦l se embarc¨® directamente en Arabia-Saud¨ª".En la sala de autoridades del aeropuerto, apartados de familiares y periodistas, tambi¨¦n esperaban a los tripulantes Pedro Sancho, presidente de la empresa Elcano, propietaria del barco ' y cinco directivos de la firma, integrada en el Instituto Nacional de Industria (INI).
"No vi a los desaparecidos"
Fueron precisamente los dirigentes de Elcano los primeros en ver y saludar a los supervivientes, ya que ¨¦stos fueron directamente conducidos a la sala de autoridades. En este lugar, seg¨²n personas que presenciaron la escena, Pedro Sancho se limit¨® a dar la bienvenida a los tripulantes y a ofrecerles la ayuda que necesitaran. Igualmente, personal de la empresa entreg¨® a los supervivientes las cantidades monetarias que ¨¦stos consideraron necesarias, a la vez que les facilitaron los correspondientes billetes de avi¨®n para desplazarse a sus ciudades de origen, sobre todo a Galicia.
El primer tripulante que apareci¨® ante los periodistas fue Pablo Guevara, primer oficial de puente, acompa?ado de Mar¨ªa Pilar Gil, una de las dos ¨²nicas mujeres que viajaban en el buque. "Nadie se puede imaginar lo que es eso", dijo Guevara. "Por medio de los timbres de alarma se avis¨® a la tripulaci¨®n e, inmediatamente, se puso todo el mundo en marcha. Como era imposible atajar el incendio, se orden¨® el abandono y, por el bote de babor, que era el que estaba disponible, abandonamos el barco. La tripulaci¨®n abandon¨® el barco lo m¨¢s ordenadamente posible y... as¨ª sali¨®... que salimos casi todos". Respecto al posible origen del siniestro, Pablo Guevara se limit¨® a decir: "Precisar algo es muy aventurado". Preguntado
por los tres marineros desaparecidos, Guevara se?al¨®: "No sabemos nada. No llegu¨¦ a verlos a ninguno. Estaban en la m¨¢quina".
Como Pablo Guevara, Daniel Rama, otro de los camareros, asegur¨® que no vio a ninguno de los desaparecidos. Rama ten¨ªa la mano derecha vendada por unfuerte golpe que sufri¨® en el bote tras abandonar el barco.
Posteriormente, accedi¨® a la sala de espera del aeropuerto Manuel Francisco Garc¨ªa Reina. Sin pronunciar palabra, se abraz¨® a su esposa, Juana Mar¨ªa Mu?iz, y, en silencio, se alejaron de los periodistas. Lo mismo ocurri¨®, en principio, cort Pedro Gal¨¢n Alonso, piloto de primera, quien se alej¨® con su esposa y un hijo, de 17 a?os de edad. Posteriormente, Pedro Gal¨¢n manifest¨®: "Lo hemos pasado francamente mal. Ahora estoy aturdido y no puedo contar con fidelidad lo ocurrido. Yo estaba despierto, en el puente ... No s¨¦ cu¨¢ntas horas estuvimos en la mar. El fuego era muy grande. No tem¨ª que no nos pudieran rescatar, porque est¨¢bamos cerca de tierra". Por el contrario, otro de los supervivientes lleg¨® a decir: "Pens¨¢bamos que no nos salvar¨ªamos ninguno"
Respecto al resto de supervivientes, la mayor¨ªa de ellos prefirieron no hacer comentario alguno sobre lo ocurrido, pero todos los consultados se?alaron que ya es pr¨¢cticamente imposible encontrar con vida al jefe de m¨¢quinas, Jos¨¦ Mar¨ªa P¨¦rez Alc¨¢ntara; al segundo maquinista, Alfonso Band¨ªn, y al mec¨¢nico Manuel Gueto Sonora, quienes, al parecer, quedaron atrapados por las llamas en la sala de m¨¢quinas del buque.
Tras la llegada a Madrid, los oficiales del barco y los cuatro tripulantes que se encontraban de guardia en el momento de producirse el accidente se desplazaron a la sede de Elcano, con el fin de emitir los primeros informes orales sobre las circunstancias que originaron el incendio del buque. Seg¨²n fuentes de la empresa, las principales compa?¨ªas aseguradoras afectadas por el siniestro ya han iniciado una investigaci¨®n, al margen de que la que en Sur¨¢frica realizan las autoridades de este pa¨ªs, motivo por el que permanece all¨ª el capit¨¢n del barco, Alfonso Civera.
Andoni Lecertua y Jos¨¦ Mar¨ªa Franco, dirigentes de sindicatos de la Marina Mercante presentes en el aeropuerto, pusieron de relieve que resulta muy extra?o que se produzca un accidente de este tipo en un barco que, como el Castillo de Bellver, hab¨ªa sido construido hace s¨®lo cinco a?os y, por lo tanto, dispone de avanzados sistemas para luchar contra posibles incendios. Igualmente, se?alaron que es muy dif¨ªcil que se origine un incendio en la m¨¢quina de un buque tan moderno como el siniestrado.
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