Debate sobre los fil¨®sofos de Francfort en la Fundaci¨®n Santillana
La Escuela de Francfort, movimiento filos¨®fico que tuvo su eclosi¨®n en los a?os inmediatos de la posguerra mundial, contar¨¢ este s¨¢bado en la actividad de la Fundaci¨®n Santillana, en Santillana del Mar (Cantabria), que, en el marco de sus actividades complementarias de las exposiciones que durante el verano ocupan las diferentes salas de su sede en la Torre de Don Borja, ha programado dos conferencias a cargo del embajador Emilio Garrigues y de Jes¨²s Aguirre, duque de Alba.El ciclo de conferencias en torno al movimiento denominado Escuela de Francf¨®rt ha quedado sensiblemente recortado por la ausencia obligada del profesor de ?tica Jos¨¦ Luis L¨®pez Aranguren, quien deb¨ªa haber iniciado las jornadas del pasado viernes.
Ser¨¢ el coordinador de las jornadas Pablo Beltr¨¢n de Heredia, encargado de situar el debate este s¨¢bado, paso previo a las conferencias de Emilio Garrigues, que hablar¨¢ de J¨¹rgen Habermas: ep¨ªgono, ap¨®stata, esc¨¦ptico, y del duque de Alba, que ha titulado su intervenci¨®n La heterodoxia de la heterodoxia.
La izquierda intelectual
La denominada Escuela de Francf¨®rt, compuesta por ciertos miembros del Instituto de Investigaciones Sociales, entre los cuales se encuentran Walter Benjamin, Teodor Adorno y, en cierta medida, aunque su actividad intelectual la desarrolle en Estados Unidos, Herbert Marcuse, ha supuesto uno de los an¨¢lisis m¨¢s l¨²cidos, conflictivos e interesantes de los mantenidos por la izquierda intelectual de nuestro tiempo. Acerca de las teor¨ªas elaboradas por los componentes de la Escuela de Francfort. se excita la imaginaci¨®n de la neoizquierda de la posguerra en Europa y m¨¢s actualmente de movimientos similares en Estados Unidos.La amplitud tem¨¢tica de los an¨¢lisis realizados por los intelectuales que se encuadran en la Escuela de Francfort har¨ªa necesario, para un correcto an¨¢lisis de su obra, seg¨²n la opini¨®n de los especialistas, la creaci¨®n de una nueva escuela.
En la intervenci¨®n de Aguirre, gran conocedor de la obra de los fil¨®sofos alemanes -fue disc¨ªpulo de Adorno y el que introduce en Espa?a, a trav¨¦s de la editorial Taurus, sus principales obras, que ¨¦l mismo traduce-, se plantear¨¢, como punto de partida de la teor¨ªa de que no ha habido tal escuela, por los propios factores desintegradores y disociadores existentes en la escuela, con conflictos permanentes entre sus miembros en algunos puntos, creando un debate que s¨ª ten¨ªa en com¨²n un vocabulario propio y en base a unos supuestos compartidos.
Garrigues, por su parte, ha optado por analizar la figura de Habermas, al que no puede considerarse como un miembro de la escuela, sino como un ep¨ªgono de ¨¦sta, que analiza las consecuencias que pueden derivarse del movimiento, dada la heterogeneidad de sus integrantes y de los temas analizados. Garrigues, que fue embajador en Bonn en el momento de mayor esplendor de la Escuela de Francfort, conoci¨® personalmente a sus principales integrantes.
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