La sentencia

La sentencia del Tribunal Constitucional zanja el debate jur¨ªdico sobre la LOAPA. Ser¨ªa absurdo entrar en un nuevo debate sobre la interpretaci¨®n de la sentencia como pretende el ministro De la Quadra. Jur¨ªdicamente el proceso" ha terminado. La ley org¨¢nica y de armonizaci¨®n no puede ser ni org¨¢nica ni de armonizaci¨®n, y sus preceptos m¨¢s importantes son inconstitucionales. La LOAPA jur¨ªdicamente ha muerto y el Tribunal Constitucional ha dado la raz¨®n a los recurrentes en los puntos esenciales.Ser¨ªa l¨®gico que la sentencia tuviese el mismo peso en sus consecuencias pol¨ªticas y que la nueva situaci¨®n creada sirviese para corregir viejos y graves errores.

Decir simplemente "aqu¨ª no ha pasado nada; se trata de aspectos formales que obviamente acatamos", ser¨ªa no haber entendido nada de la lucha autonomista anti-LOAPA y pro-Estatutos de estos ¨²ltimos dos a?os, ni de la importancia pol¨ªtica de la sentencia. Ser¨ªa en definitiva un nuevo error.

El PSOE y, por lo tanto, el Gobierno Central, se ha quedado sin pol¨ªtica auton¨®mica. La que hab¨ªan dise?ado y adoptado, arrojados por unos "expertos", ha sido globalmente descalificada y tenemos (esta vez todos) que redefinir otra pol¨ªtica en la l¨ªnea de pleno respeto a la Constituci¨®n y a los Estatutos.

En esta l¨ªnea el president Pujol ha declarado inmediatamente estar abierto y dispuesto al di¨¢logo con la Administraci¨®n Central y con las fuerzas pol¨ªticas y sociales espa?olas. Piensa convocar tambi¨¦n a los representantes de los partidos parlamentarios catalanes para analizar juntos la nueva situaci¨®n y la nueva etapa que l¨®gicamente tendr¨ªa que abrirse.

Este esp¨ªritu de di¨¢logo y esta voluntad que se tuvieron en la redacci¨®n y en la aprobaci¨®n de la Constituci¨®n y de los estatutos vasco y catal¨¢n, fueron precisamente abandonados por el Gobierno y por el PSOE en la concentraci¨®n auton¨®mica que tuvo como consecuencia la LOAPA, hoy declarada inconstitucional. Y este esp¨ªritu de di¨¢logo y esta voluntad de acuerdo es lo que se trata de recuperar. Fuimos marginados en un tema tan importante, como la definici¨®n del proceso auton¨®mico, y este es un error que no hay ning¨²n motivo para repetir hoy.

Pero no queremos recriminar, no queremos acusar, no queremos polemizar. Queremos dialogar para contribuir a construir un Estado de las Autonom¨ªas que lo sea de verdad.

Pedimos al PSOE y al Gobierno Central que no se cierre mentalmente en sus posiciones y que sepan interpretar la ocasi¨®n pol¨ªtica que se presenta para abrir un di¨¢logo profundo que nunca hubiesen tenido que interrumpir.

En la vida y, por lo tanto, en pol¨ªtica, se gana y se pierde. Hay que saber ganar y hay que saber perder. Es una cuesti¨®n de estilo, aunque se trate de temas que despierten pasi¨®n. Nosotros, de verdad creemos que nuestra lucha contra la LOAPA ha terminado con una gran victoria para el pueblo de Catalu?a y para todos los pueblos de Espa?a, con los cuales nos sentimos plenamente solidarios.

Pero sabemos que lo importante es lo que sigue. Lo importante es que esta sentencia represente de verdad un cambio en un proceso que se inici¨® de hecho despu¨¦s del 23-F y que era regresivo para las autonom¨ªas. Lo importante es el esp¨ªritu de di ¨¢logo y de colaboraci¨®n entre las administraciones: la municipal, la auton¨®mica y la central. Lo importante es confiar en las autonom¨ªas y, por lo tanto, redefinir" el papel de las Diputaciones y de los Gobiernos Civiles y que no tengan tentaciones de contrapoder, de rivalidad, de duplicidad. La racionalidad ciertamente necesaria est¨¢ en abordar conjunta y valientemente la reforma de la Administraci¨®n perif¨¦rica del Estado, donde los ahorros de costes y de disfunciones ser¨ªan inmediatos.

El Parlament y el Consell Executiu de la Generalitat de Catalunya son dos de las cinco partes que presentaron recurso previo de inconstitucionalidad y que, por lo tanto, han impedido, gracias a la sentencia del Tribunal Constitucional, que la LOAPA sea ley. Son instituciones seculares que en esta ocasi¨®n tambi¨¦n y gracias a la opci¨®n de determinados partidos, se han mantenido fieles a su historia.