Miquel Crusafont y la historia de la paleontolog¨ªa en Espa?a
Acaba de morir un gran sabio: el doctor Miquel Crusafont y Pair¨®, catedr¨¢tico de la universidad de Barcelona y fundador y director del Instituto de Paleontolog¨ªa de Sabadell. A la luz del recuerdo de una historia en parte convivida, perm¨ªtasenos escribir aqu¨ª una apresurada nota necrol¨®gica acerca del hombre y del ambiente cient¨ªfico en que se movi¨®.Los estudios de paleontolog¨ªa en Catalu?a se inician a mediados del siglo pasado por obra de algunos investigadores franceses. Pronto, en los decenios finales del mismo y en los comienzos de la actual centuria, surge un grupo de estudiosos catalanes de gran categor¨ªa cient¨ªfica. El trabajo de campo se efectuaba en muchas ocasiones en el medio excursionista que tanto hac¨ªa para el conocimiento del pa¨ªs. Recordemos a este respecto la labor de sociedades como el Centre Excursionista de Catalunya o la Societat de Ci¨¨ncies Naturals Club Muntanyenc. Luego, ya en nuestro tiempo, en estrecha colaboraci¨®n con los ge¨®logos, naci¨® una verdadera escuela de paleontolog¨ªa que tuvo dos ramas, entre las que exist¨ªa. una cierta competici¨®n en los logros. Las dirig¨ªan respectivamente Miquel Crusafont y Jos¨¦ Fern¨¢ndez de Villalta. Y ya est¨¢ en el campo o en las p¨¢ginas de las publicaciones cient¨ªficas una nueva generaci¨®n salida de aqu¨¦lla.
En Barcelona exist¨ªan colecciones paleontol¨®gicas en el Museo Geol¨®gico del Seminario (que fund¨® Almera en 1874) y en el Museo Martorell del Parque de la Ciudadela (fundado en 1882), adem¨¢s de la investigaci¨®n propiamente dicha que se llevaba a cabo en los correspondientes departamentos de la universidad y del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas. Ya al final de los a?os cuarenta y a principios de los cincuenta, Crusafont depositaba sus hallazgos en el Museo de Historia de la ciudad de Sabadell. En el mismo momento, con base material en el Museo Arqueol¨®gico de Barcelona y a partir del Servei d'Invelstigacions Arqueol¨®giques, que hab¨ªa fundado el Institut d'Estudis Catalans (1914, J. Puig y Cadafalch, Pere Bosch Gimpera) y que entonces depend¨ªa de la Diputaci¨®n de Barcelona hab¨ªamos creado nosotros en 1959 el Instituto de Prehistoria y Arqueolog¨ªa. Eran los a?os en que se puso de moda el estudio del cuaternario, que, incluso, dio lugar a la creaci¨®n de una ef¨ªmera sociedad de estudio de tal per¨ªodo. Ello hizo que se estrecharan las relaciones entre ge¨®logos, paleont¨®logos, antrop¨®logos y prehistoriadores. El doctor Crusafont pens¨® que la Diputaci¨®n era el organismo pertinente para acoger sus trabajos; tuvimos varias conversaciones, le present¨¦ a las autoridades de la corporaci¨®n, y muy pronto se iniciaron las negociaciones del propio Crusafont y del Ayuntamiento de Sabadell con la Diputaci¨®n para crear un Instituto de Paleontolog¨ªa que fuera al mismo tiempo un museo y un centro de investigaci¨®n. El acuerdo se consigui¨® hacia 1965 y muy pronto empezaron las obras de un edificio adecuado. La inauguraci¨®n oficial tuvo lugar el 30 de octubre de 1969. En justicia hay que recordar que el nuevo centro de investigaci¨®n, al igual que su hermano el Instituto de Prehistoria y Arqueolog¨ªa, fue objeto de la atenci¨®n constante de tres grandes presidentes de la corporaci¨®n provincial barcelonesa: el marqu¨¦s de Castellflorite, Jos¨¦ M? de Muller y d'Abadal y Juan Antonio Samaranch. La industriosa ciudad de Sabadell pasaba a poseer una de las primeras instituciones mundiales en la investigaci¨®n paleontol¨®gica. Pronto el instituto tuvo una prestigiosa revista titulada Paleontolog¨ªa y evoluci¨®n y un Bolet¨ªn informativo que da cuenta de los trabajos en curso y de las actividades en nuestro pa¨ªs y fuera de ¨¦l.
El doctor Miquel Crusafont hab¨ªa nacido en Sabadell en 1910. Aunque interesado por la investigaci¨®n geol¨®gica y paleontol¨®gica, primum vivere, se hizo farmac¨¦utico (1933). Luego vinieron la guerra civil y toda la secuela de sus miserias. Pero la vocaci¨®n investigadora de Crusafont no hab¨ªa aminorado: doctor en Ciencias en 1955, con una enorme cantidad de trabajos de campo, en particular en el Vall¨¦s y en el Pened¨¦s, obtuvo la c¨¢tedra de Paleontolog¨ªa de la universidad de Oviedo en 1961. Unos a?os despu¨¦s pas¨® a la de Barcelona, dejando en Asturias a su colaborador el catedr¨¢tico J. Truyols. Quedaban atr¨¢s obras importantes como Los jir¨¢fidos f¨®siles en Espa?a (1952), El burdigaliense continental de la cuenca del Vall¨¦s-Pened¨¦s (con J. F. "de Villalta y J. Truyols, 1955) y A biometric study of evolution onfissiped carnivores (1956). Preocupado por los aspectos espirituales del evolucionismo, Crusafont promocion¨® en Espa?a el conocimiento de las obras y las teor¨ªas del padre Teilhard de Chardin, siendo miembro destacado del comit¨¦ internacional promotor de la difusi¨®n del pensamiento teilhardiano. ?l mismo escribi¨® sobre estos problemas desde un punto de vista cristiano, pero partiendo de hechos cient¨ªficos muy estrictos. Ya en 1948 fue un pionero en este aspecto con su trabajo Concepciones cosmovitalistas del evolucionismo. Luego public¨® L'evoluci¨®, avui (1953) y Evoluci¨®n y ascensi¨®n (1960). Pero donde el lector puede encontrar la que creemos que es la mejor exposici¨®n de su pensamiento -sumado al de numerosos colegas que estaban en su misma l¨ªnea- es en el libro titulado La evoluci¨®n (1966), volumen de la Biblioteca de Autores Cristianos que dirigi¨® con los doctores Bermudo Mel¨¦ndez y Emiliano Aguirre, en el que colaboraron veinti¨²n especialistas y para el que escribi¨® varios cap¨ªtulos mod¨¦licos.
El doctor Crusafont nos ha dejado cuando, al propio tiempo que la culminaci¨®n de los dolores f¨ªsicos de una larga y cruel enfermedad, hab¨ªa tenido la satisfacci¨®n de tener en sus manos y conocer el logro cient¨ªfico que para su equipo representa el hallazgo de los restos del hombre de Orce (Granada) por sus colaboradores los doctores Josep Gibert, Jordi Agust¨ª y Salvador Moy¨¢. ?l mismo mostraba su satisfacci¨®n y las ra¨ªces del descubrimiento en estas p¨¢ginas de EL PAIS del d¨ªa 15 de junio pasado. Ahora, mientras se ha producido el ¨®bito de su maestro, ellos est¨¢n en tierras granadinas prosiguiendo sus tareas de estudio y excavaci¨®n. Precisamente sabemos que est¨¢n con ellos -hemos organizado su viaje- los profesores Marie Antoinette y Henry de Lumley, conocidos investigadores que forman parte de la plana mayor de los estudios internacionales de paleontolog¨ªa humana y organizadores de un importante congreso que se celebr¨® en Niza en 1982. Los colegas franceses hablar¨¢n con los estudiosos espa?oles de los restos ¨®seos de Orce, de los congresos internacionales que tendr¨¢n lugar en 1984 y 1985 en Nueva York y en Pek¨ªn, respectivamente. La presencia del hombre de Orce, de la mano de sus descubridores, en esas magnas reuniones, ser¨¢ uno de los homenajes que se pueden rendir a la memoria de ese gran sabio, persona eficaz y hombre bueno que fue el doctor Miquel Crusafont y Pair¨®.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.