'Rentr¨¦e' pol¨ªtica anticipada
La irritaci¨®n sindical en Lanzarote, la inflexibilidad negociadora de Marruecos y la guerra kafkiana de las banderas en Euskadi dibujan un cuadro pol¨ªtico decididamente sombr¨ªo. Es posible, sin embargo, que el regreso inopinado del presi dente del Gobierno a la Moncloa obedezca a otras inquietudes. Algunos miembros del poder ejecutivo, por ejemplo, muestran una clara preocupaci¨®n ante la serie de decisiones judiciales que conceden libertad provisional a delincuentes capturados con las manos en la masa por la polic¨ªa. El orden p¨²blico es uno de los objetivos prefe rentes del actual Gobierno, y la proliferaci¨®n callejera de malean tes lo deteriora visiblemente.( ... ) Ayer habl¨® el presidente en la Moncloa informal y largamente con la Prensa. Sobre el problema de las banderas, el se?or Gonz¨¢lez se mostr¨® duro. "Quieren romper el esquema de convivencia", dijo el presidente, "pero se van a encontrar al poder en posici¨®n firme y sin complejos. Vamos a llevar a los tribunales a todos los que vulneren la ley". Y m¨¢s frases: el 95% de las intervenciones de ETA ha sido cuando Espa?a estaba en democracia. Son unos aut¨¦nticos nazis y su comportamiento responde a una concepci¨®n nazi. La ¨²nica posici¨®n contra estas actuaciones es la de una firmeza constante.
( ... )Y sobre el acuerdo pesquero h¨ªspano-marroqu¨ª, el presidente afirm¨® que "cuando garanticemos que la flota tiene condiciones de subsistencia y rentabilidad econ¨®mica, firmaremos el acuerdo con Marruecos". El asunto, en efecto, se ha elevado de nivel, a la espera de una decisi¨®n pol¨ªtica de altura. El problema subsistente se reduce a los ventanales de seguridad mar¨ªtima fijados por Marruecos ante el antiguo S¨¢hara espa?ol. En esos ventanales habita una multitud?naria colonia de sardinas, a la que no tienen acceso los pesqueros de Par¨ªs, 16 de agosto Lanzarote. Las febriles negociaciones bilaterales de ayer, en las que no se descartaba una intervenci¨®n final de los jefes de Estado, podr¨ªan dulcificar a ¨²ltima hora la situaci¨®n para los barcos sardineros.
El poder ejecutivo parece enfocar los problemas del cuadro pol¨ªtico con afanes de eficacia. Son problemas cuya soluci¨®n correspond¨¦ al, Gobierno. La actitud m¨¢s o menos ben¨¦vola de los jueces es, sin embargo, un problema del poder judicial. El Gobierno s¨®lo puede refugiarse en el suspiro. Aunque la benevolencia mencionada se extendiera a delitos no exactamente comunes, sino pol¨ªticos.
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