Pinochet amenaza con otro 11 de septiembre de 1973 para descabezar a la oposici¨®n chilena

Por tercera vez en diez d¨ªas, el general Pinochet amenaz¨® p¨²blicamente con tomar las armas nuevamente, como lo hizo el 11 de septiembre de 1973, para descabezar esta vez a la oposici¨®n creciente contra el r¨¦gimen. "Si el marxismo y aqu¨¦llos no quieren entender y act¨²an, tengan la seguridad de que tomaremos nuevamente las armas", dijo Pinochet el s¨¢bado ¨²ltimo, durante un discurso que pronunci¨® en la ciudad de Chill¨¢n, donde se conmemoraban los 205 a?os del nacimiento del art¨ªfice de la independencia chilena, Bernardo O'Higgins,.

La ciudad, de 150.000 habitantes, amaneci¨® llena de pintadas en sus murallas con el eslogan "O'Higgins renunci¨® por el bien de la patria", en alusi¨®n a la retirada de la escena pol¨ªtica de su tiempo del l¨ªder independentista cuando se autoproclam¨® director supremo de la naci¨®n y perdi¨® el apoyo de sus compatriotas.Pinochet habl¨® en un local cerrado, donde reuni¨® a unos 3.000 partidarios. En su discurso dijo que "Chile est¨¢ preocupado y est¨¢ mirando lo que sucede. Hemos sido testigos de c¨®mo el marxismo, que permanec¨ªa latente despu¨¦s de su fracaso el 11 de septiembre de 1973, ha continuado socavando y, por decir una frase de Carlos Marx, como el topo camina. Pero nosotros, los chilenos verdaderos, vamos a cerrarle el paso para que el marxismo no penetre nunca m¨¢s en esta tierra".

Dos d¨ªas antes, tambi¨¦n dentro de una gira realizada al sur de Santiago, Pinochet hab¨ªa dicho a sus partidarios que estaba dispuesto a volver a empu?ar las armas si la situaci¨®n volviera a ser como la que se vivi¨® hace diez a?os.

La primera adveltencia

Pero la primera advertencia p¨²blica en tal sentido la hizo el general el d¨ªa que tom¨® juramento al nuevo Gabinete, capitaneado por Sergio Onofre Jarpa, el 10 de agosto pasado.

All¨ª, en un breve discurso en el palacio de la Moneda y retransmitido por radio y televisi¨®n a todo el pa¨ªs, Pinochet dijo: "Si, ante una situaci¨®n semejante a la que afrontaba Chile en 1973, me pidieran de nuevo tomar las armas para defender el honor de mi patria, lo har¨ªa con el mayor vigor, pues ella est¨¢ por encima de todo. Y no dudar¨ªa en hacer lo que se hizo, ya que de lo ¨²nico que puede culparse al Gobierno es de haber salvado a sus compatriotas de una guerra civil a la que nos llevaban los marxistas y de haber derrotado al comunism¨® sovi¨¦tico, que ya se entronizaba en esta tierra".

Pocas horas antes de estas de claraciones, Pinochet hab¨ªa or denado que 18.000 soldados, con instrucciones de "actuar en¨¦rgicamente", tomaran el contr¨®l de la ciudad en medio de un estricto toque de queda, ante el anuncio para el d¨ªa siguiente de una masiva protesta nacional.

Los resultados, como ya es conocido, fueron 24 muertos por disparos efectuados por patrullas militares (varios de ellos ni?os y mujeres) y centenares de heridos, muchos de los cuales, seg¨²n denunciaron m¨¦dicos que los atendieron en sus casas, no se atrevieron a ir a un centro asistencial p¨²blico por temor a ser sometidos a nuevas represalias.