Aumentos de precios y mayores facilidades para el despido, consecuencias inmediatas de la pol¨ªtica del Gobierno Soares
A los ciudadanos portugueses les han subido el precio del bacalao. Desde hace pocos d¨ªas, un kilo de la modalidad corriente de ese pescado, ingrediente fundamental de numerosos platos tradicionales, cuesta 415 escudos, tras una serie de aumentos que oscilan entre un 15% y un 20% para las diferentes variedades. Los aumentos de precio en ocasiones espectaculares, son, junto a la incertidumbre sobre el futuro de las empresas nacionalizadas y las nuevas facilidades para el despido, algunas de las consecuencias mas inmediatas de la pol¨ªtica de estabilizaci¨®n emprendida por el Gobierno de coalici¨®n portugu¨¦s (partido socialista partido socialdem¨®crata, PPS-PSD), bajo los auspicios del Fondo Monetario Internacional (FMI), la presi¨®n de la deuda externa y la necesidad urgente de nuevos cr¨¦ditos.
Los sindicatos apenas si han tenido tiempo de reaccionar, pero la Confederaci¨®n General de Trabajadores- Portugueses (CGTP) -m¨¢s conocida por la Intersindical- ha pronosticado, un oto?o caliente. La CGTP, pr¨®xima al partido comunista, es el primer sindicato del pa¨ªs y cuenta con un, mill¨®n y medio de afiliados entre una poblaci¨®n laboral de cuatro millones de personas.Ser¨¢ efectivamente en oto?o cuando se verifique la dureza de la pol¨ªtica de estabilizaci¨®n, su incidencia en el nivel de vida y el grado de aceptaci¨®n popular. En oto?o proliferar¨¢n las negociaciones de convenios colectivos, habr¨¢ nuevos incrementos de precios e impuestos todav¨ªa no desvelados y entrar¨¢ en vigor la ley que permite despidos temporales (lay-off) por un plazo m¨¢ximo de dos a?os y un 60% del salario. En oto?o se conocer¨¢n los detalles del acuerdo suscrito entre el Gobierno, portugu¨¦s y el Fondo Monetario Internacional, despu¨¦s de que el texto haya sido aprobado en octubre por las autoridades de la entidad financiera internacional. En el terreno pol¨ªtico, el congreso del partido socialista debatir¨¢ la-eliminaci¨®n de las referencias al marxismo en los documentos program¨¢ticos, y el Gobierno negociar¨¢ con Estados Unidos el futuro de la base de Lajes, en las islas Azores.
Saldos fin de estaci¨®n
De momento, se sabe que el crecimiento real. de los salarios se quedar¨¢ varios puntos por debajo del crecimiento de la inflaci¨®n -de 4 a 5 puntos seg¨²n los medios oficiales y de 10 a 12 puntos seg¨²n la Intersindical- y el desempleo -ahora de un 8% seg¨²n las fuentes oficiales o de un 11 % seg¨²n los sindicatos- se incrementar¨¢ sustancialmente. La CGTP adelanta la cifra de 500.000 parados m¨¢s, producto directo de los ajustes de plantilla y de cierre de empresas de los sectores p¨²blico y privado, penalizadas por las restricciones crediticias y la subida de los intereses. El nuevo contingente de desempleados, una cantidad comprendida entre 50.000 y 100.000, proceder¨¢ del sector p¨²blico, seg¨²n diversas estimaciones.
A finales de agosto, cuando una buena parte de la clase pol¨ªtica portuguesa no ha concluido a¨²n sus vacaciones en el Algarbe, los lisboetas se arremolinan en los almacenes ante los saldos por fim de estac¨¢o, mientras las subidas de precio de productos y servicios b¨¢sicos caen sobre ellos implacables, casi sin tregua. La cuota m¨ªnima de tel¨¦fono ha pasado de 625 escudos a 850 escudos al mes, con car¨¢cter retroactivo; la leche ha doblado pr¨¢cticamente su precio, pasando a valer entre los 30 y los 34 escudos por litro. El pan y la gasolina tambi¨¦n han aumentado, las patatas pueden hacerlo pr¨®ximamente y los transportes p¨²blicos estrenar¨¢n precios un 27% m¨¢s altos a principios de septiembre, con lo cual un billete de tranv¨ªa pasar¨¢ de 40 a 50 escudos. Los incrementos deber¨¢n distribuirse en un sueldo medio de aproximadamente 16.000 escudos (un 30% de la poblaci¨®n activa cobra el salario m¨ªnimo de 13.000 escudos, seg¨²n fuentes sindicales). Las cuentas, sin duda, tendr¨¢n que ser muy ajustadas para cuadrar.
Una reciente y controvertida nota del ministro de Finanzas, el independiente Ernani Lopes, delimitaba la magnitud de la crisis portuguesa. El d¨¦ficit de la balanza de transacciones corrientes es, seg¨²n el ministro, el m¨¢s elevado de la OCDE y uno de los m¨¢s gravosos del mundo (3.200 millones de d¨®lares, equivalentes al 13,5% del producto interior bruto). La deuda externa global, que alcanzaba los 14.200 millones de d¨®lares a finales de 1982 (58% del PIB), supone unas cargas financieras de 1.300 millones de d¨®lares en 1983 y 1.500 millones de d¨®lares en 1984, tan s¨®lo en concepto de intereses.
Reservas limitadas
Las divisas apenas cubren una semana de importaciones y Portugal tiene un acceso cada vez m¨¢s limitado a los mercados financieros internacionales, habiendo tenido que vender 30 toneladas del oro africano, cuidadosamente acumulado por Salazar, para hacer frente a sus compromisos financieros internacionales.
En el campo del consumo p¨²blico, se han creado, seg¨²n Ernani Lopes, servicios de forma desordenada, se han mantenido gastos suntuarios y beneficios fiscales no justificados, as¨ª como pol¨ªticas de personal sin control, en tanto que el d¨¦ficit p¨²blico llegaba a los 178.000 millones de escudos en 1982. En el campo del consumo privado, aseguraba el ministro, la pol¨ªtica de subsidios a los precios es "responsable" de las "distorsiones" en la cadena de la actividad econ¨®mica.
Las recetas ofrecidas por la Administraci¨®n, pasan por el programa de gesti¨®n coyuntural de emergencia, cuya acci¨®n debe extenderse hasta finales de 1984. El control de los aumentos salariales en la empresa p¨²blica y privada, la reducci¨®n de gastos y nuevos instrumentos de fiscalidad directa e indirecta forman parte de la terapia. El tratamiento incluye un crecimiento negativo del 1,5% del MB para 1984, el control y reducci¨®n del programa de inversi¨®n en las empresas p¨²blicas y, entre otras cosas, una tasa de inflaci¨®n que, seg¨²n los sindicatos, subir¨¢ varios puntos por encima del 30%.
Un primer paso indispensable
Con todas estas cosas, el Gobierno portugu¨¦s quiere limitar el crecimiento de la deuda externa a 14.600 millones de d¨®lares en 1983 y a 16.000 millones de d¨®lares en 1984 y reducir el d¨¦ficit de la balanza de transacciones corrientes a 1.250 millones de d¨®lares en 1984. Pese a su dureza, las medidas no garantizan la "cura de los males profundos" de la econom¨ªa portuguesa y limitan su pretensi¨®n a ser "un primer paso indispensable" para "reestructurar y modernizar" el aparato productivo con el fin de crear las condiciones de progreso a las que el pueblo portugu¨¦s justamente aspira".
Jo¨¢o Cravinho, ministro de Industria en 1975 y hoy director de un gabinete de estudios industriales y miembro de una fracci¨®n cr¨ªtica por la izquierda del partido socialista (el ex secretariado), cree que la distribuci¨®n de los aparentemente inevitables sacrificios constituye un tema b¨¢sico. "La crisis", dice, "no es una depresi¨®n generalizada, sino un desajuste estructural donde habr¨¢ quien ganar¨¢ y quien perder¨¢". Cravinho critica la ausencia de objetivos a medio y largo plazo en el programa de austeridad gubernamental, pero valora la "honestidad" y "sinceridad" del ministro de Finanzas.
Medios del partido socialista que prefirieron quedar en el anonimato se?alaron que el Gobierno actual est¨¢ practicando "una pol¨ªtica de derechas, cuyo fin es restablecer el papel privilegiado del capital, incluso de capital rentista".
"Nuestra duda est¨¢ en saber si se trata de una provocaci¨®n al enfrentamiento, de una incapacidad, o de una mezcla de ambas cosas a la vez", se?ala ?lvaro Rana, dirigente de la CGTP, comentando las medidas gubernamentales. Rana, que es miembro de la comisi¨®n ejecutiva del sindicato, se?ala ir¨®nicamente que la ¨²nica instituci¨®n donde se crean nuevos puestos de trabajo es en la polic¨ªa.
Para el presidente de la Confederaci¨®n de la Industria Portuguesa, Pedro Ferraz da Costa, las Medidas adoptadas por el Gobierno son "inevitables" en la actualidad, pero podr¨ªan haberse evitado "ajustando las estructuras de la econom¨ªa tras la ¨²ltima subida de los precios del petr¨®leo". "Si no se ha hecho", dice, "es porque una parte de la econom¨ªa portuguesa se sustrajo a las leyes del mercado". La Confederaci¨®n de la Industria Portuguesa, que agrupa a 40.000 empresas, no cesa de pedir que se d¨¦ m¨¢s margen a la iniciativa privada.
En opini¨®n de Alexandre Vaz Pinto, vicegobernador del Banco de Portugal, "era pr¨¢cticamente imposible seguir un camino diferente. La manera de presentar el producto hubiera podido ser m¨¢s atractiva, pero ello no hubiera modificado el contenido".
De todos los puntos contemplados por las medidas de austeridad, el futuro de las empresas p¨²blicas (55 en total, excluyendo los bancos y las compa?¨ªas aseguradoras) es el que suscita actualmente enfrentamientos m¨¢s enconados, ya que toca las bases mismas del sistema.
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