Marco Pannella reafirma su convicci¨®n de que la vida del presidente Pertini corre peligro
Marco Pannella, secretario del Partido Radical italiano, estaba en Bruselas cuando estall¨® en la Prensa su bomba acerca de los peligros que corre la vida del anciano presidente de la Rep¨²blica, Sandro Pertini. Nunca antes los radicales hab¨ªan obtenido masivamente las primeras p¨¢ginas de todos los diarios, y el presidente del Gobierno, Bettino Craxi pidi¨® al ministro del Interior, Oscar Luigi Scalfaro, que escuchara a Pannella.
El l¨ªder radical lleg¨® de Bruselas la noche, del mi¨¦rcoles y ayer, a las ocho en punto de la ma?ana, el ministro Scalfaro se present¨® en las oficinas del grupo parlamentario radical para conversar con Pannella. Le siguieron los jueces.Momentos despu¨¦s de estos encuentros con el ministro y los magistrados romanos, Marco Pannella concedi¨® a EL PAIS la primera entrevista despu¨¦s de las declaraciones que han sembrado la alarma en las fuerzas pol¨ªticas y en la opini¨®n p¨²blica.
"Mientras siga el compl¨® contra la Rep¨²blica, las instituciones y la democracia, y mientras el presidente Pertini sea el ¨²nico muro, s¨®lido contra este compl¨® y la ¨²nica colina de Roma no podrida por el gusano de la P-2, es evidente que el peligro para su vida es real", respondi¨® Pannella a la pregunta de si, tras el coloquio con el ministro y los magistrados, segu¨ªa convencido de la posibilidad de un ataque violento contra Pertini.
Y a?adi¨®: "Desde hace cinco d¨ªas todos estamos un poco m¨¢s tranquilos por lo que se refiere a los peligros f¨ªsicos para Pertini, porque hemos descubierto dram¨¢ticamente ante la opini¨®n p¨²blica lo que se tramaba en la sombra contra ¨¦l y lo que ¨¦l representa en este, momento. Sin embargo el peligro mayor, que sigue en pie, es el de una feroz lucha pol¨ªtica contra las instituciones republicanas y democr¨¢ticas. Nosotros hemos querido, antes de que fuera demasiado tarde, destapar la olla que herv¨ªa para sustituir a Pertini. Y lo hemos hecho lanzando dos candidaturas, aun sabiendo todos que los radicales somos los primeros que defenderemos la continuidad del mandato de Pertini, porque le consideramos el hombre pol¨ªtico m¨¢s limpio del pa¨ªs".
"Las candidaturas que hemos propuesto, contin¨²a, las de Leonardo Sciascia y Cesare Merzagora, han sido lanzadas a guisa de bomba a los pies de la logia P-2 y de las intrigas de la partitocracia, que se ha movilizado, incluso con luchas feroces, para imponer en lugar de Pertini a un t¨ªtere o titiritero que ocupe la escena presidencial. Ahora las cosas est¨¢n ah¨ª, sobre el tapete. La gente lo sabe. Ser¨¢ muy dif¨ªcil a los que trabajan en la sombra llevar a cabo sus manejos, porque la opini¨®n p¨²blica ha sido, dir¨ªa, brutalmente alertada. Comprendo que el buen Pertini pueda refunfu?ar un poco porque le he turbado sus vacaciones en las Dolomitas, que tanto ama. Pero a veces es necesario ser fiel, ante todo, a las propias convicciones y arriesgarse a equivocarse solo si se quiere tener la posibilidad de seguir esperando".
Con relaci¨®n al tema de las pruebas, que en estos d¨ªas se le piden vehementemente, Pannella responde: "Quienes me piden pruebas documentales sobre mis denuncias p¨²blicas, o tiener¨ª mala fe o son imb¨¦ciles. Es evidente que si tuviera pruebas concretas de que est¨¢ en marcha un atentado terrorista contra Pertini lo denunciar¨ªa inmediatamente a la polic¨ªa antes que a la opini¨®n p¨²blica. Si tuvi¨¦ramos tales pruebas el peligro ser¨ªa mucho menor".
Existen, sin embargo, pruebas l¨®gicas que son tambi¨¦n pruebas judiciales. Pannella piensa en las connivencias que existen, y que se pueden probar, en la vida pol¨ªtica italiana, que van, dijo, "desde el Partido Comunista a la Democracia Cristiana y a otras faerzas hoy presentes en el Gobierno del socialista Bettino Craxi".
Y todo esto, a?ade Pannella, est¨¢ agravado por la fuga de Licio Gelli de la c¨¢rcel, la libertad provisional concedida casi a escondidas a los grandes acusados del esc¨¢ndalo del fraude del petr¨®leo y el hecho pol¨ªtico grav¨ªsimo de que pr¨¢cticamente la comisi¨®n parlamentaria de la P-2, la comisi¨®n de vigilancia sobre los servicios secretos y sobre la RAI-TV y la que se encarga, de juzgar los delitos de los pol¨ªticos est¨¦n congeladas.
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