S¨®lo en Altos Hornos se han perdido 3.000 millones de pesetas en productos almacenados
Aun cuando las estimaciones que a ¨²ltimas horas de la tarde de ayer exist¨ªan sobre los da?os causados en las empresas industriales carecen de los m¨ªnimos par¨¢metros de fiabilidad, la cifra de varios cientos de miles de millones, s¨®lo en mercanc¨ªas da?adas, resulta aceptable para todos los expertos.Un ejemplo de lo anterior, posiblemente el m¨¢s notable, lo constituyen las p¨¦rdidas que se estiman en Altos Hornos de Vizcaya, en su planta de Echavarri, dedica la fundamentalmente a la laminaci¨®n y con un importante volumen de producci¨®n de hojalata. 3.000 millones de pesetas estiman los responsables de la empresa que pueden representar los da?os causados por la mezcla de agua y lodo sobre los productos terminados que se encontraban en los almacenes, en espera de que, con el fin del verano, comenzasen a ser expedidos. La hojalata ocupa un puesto importante dentro de la l¨ªnea de producci¨®n de esta factor¨ªa. Es un material caro, delicado y, presumiblemente -o al menos as¨ª lo manifiestan los responsables de la compa?¨ªa-, habr¨¢ quedado, tras la riada, pr¨¢cticamente inutiliado en un volumen superior al 80%. de las existencias.Este caso es extensible a un n¨²cleo muy importante de las empresas ubicadas en el bajo Nervi¨®n, zona industrial densamente poblada donde se intercalan las f¨¢bricas de derivados qu¨ªmicos con las de transformaci¨®n siderometal¨²rgica. Para algunos expertos, las p¨¦rdidas directas que hayan podido sufrir empresas como Firestone,, Guinea Hermanos, Fabrelec (la antigua Edesa), Metacal o el propio Mercabilbao se deben a la inutilizaci¨®n de existencias, en mayor medida que a los propios da?os -que sobre las instalaciones se hayan podido producir.
SOS en los tejados
Con todo, el drama humano posiblemente super¨® a la importancia de las p¨¦rdidas materiales en el momento en que se estaban produciendo. En la misma f¨¢brica de Echavarri de Altos Hornos de Vizcaya, los trabajadores del turno de tarde, se vieron sorprendidos por la crecida de las aguas y buscaron refugio, en un primer momento, en los comedores, situados en la ¨²ltima planta del edificio, para posteriormente acceder al tejado. All¨ª, con los cascos protectores formaron las siglas internacionales de demanda de auxilio (SOS) que fueron vistas, afortunadamente, poco tiempo despu¨¦s por un miembro de los servicios de Protecci¨®n Civil que se encontraba en una colina, al otro lado del desbocado Nervi¨®n.La situaci¨®n parece haber sido especialmente dram¨¢tica, en t¨¦rminos de da?os a las industrias, en la provincia vizca¨ªna. Guip¨²zcoa ha salido algo mejor librada de la furia de las aguas. Los c¨¢lculos son, en opini¨®n de los t¨¦cnicos, bastante poco fiables en estos momentos, pocas horas despu¨¦s de que se haya podido entrar en las instalaciones m¨¢s afectadas. No obstante, los importantes complejos industriales ubicados en la margen izquierda del r¨ªo Nervi¨®n han ofrecido un nivel de siniestro bastante inferior al de sus hermanas de aguas arriba.
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