Vizcaya cuenta sus bajas
La red esencial de servicios b¨¢sicos est¨¢ restablecida en gran parte de la provincia de Vizcaya, si bien, en general, de manera provisional. La provisionalidad era todav¨ªa ayer, en realidad, la ¨²nica regla s¨®lidamente instalada. Ef¨ªmera era la vialidad de las comunicaciones por carretera, con puentes y otros tramos artesanalmente reparados; indeciso el funcionamiento del tel¨¦fono en las zonas donde funciona, e intermitente el suministro de agua o de luz. La incertidumbre lo invad¨ªa todo, como el barro, y los vizca¨ªnos segu¨ªan contando sus muertos y evaluando sus p¨¦rdidas.La fisonom¨ªa de Bilbao -cuyo nervio vertebral, el Nervi¨®n, hab¨ªa anegado el coraz¨®n de la ciudad vieja, haciendo desaparecer, entre otros muchos documentos de los archivos hist¨®ricos municipales arrastrados por la riada, hasta la Carta Puebla fundacional de la villa, datada en el a?o 1300- recordaba a la de una ciudad en guerra despu¨¦s del bombardeo.
Ayer luci¨® el sol en Bilbao y la temperatura subi¨® por encima de los 25 grados. Ello aument¨® la inquietud de los servicios sanitarios, que multiplicaron sus esfuerzos por hacer desaparecer los restos de alimentos que se descompon¨ªan sobre el lodo, aumentando los riesgos de brotes infecciosos. La situaci¨®n, sin embargo, era normal en los hospitales, donde no se hab¨ªan registrado m¨¢s ingresos por infecciones intestinales que los habituales en los meses estivales. Por el contrario, s¨ª se registraron algunas intoxicaciones leves, en general en ni?os, por exceso de celo en la cloraci¨®n del agua mediante el a?adido de lej¨ªa.
Por lo dem¨¢s, la falacia de la estad¨ªsticas ten¨ªa ocasi¨®n de ponerse de manifiesto en el contraste entre los comunicados oficiales que indicaban el porcentaje de la poblaci¨®n que ya dispon¨ªa de agua, v¨ªveres, luz, y las llamadas recibidas en las emisoras locales de radio de habitantes de barrios o pueblos que aseguraban no contar con nada de eso. Como suele ocurrir con los partes meteorol¨®gicos demasiado gen¨¦ricos, a los vecinos de los barrios de Rekalde, La Pe?a, El Pe?ascal o San Ignacio, que segu¨ªan ayer sin luz ni agua les ten¨ªa sin cuidado que contase con tales suministros el 54% o el 75% del total de usuarios potenciales.
Con todo, el empleo del t¨¦rmino normalizaci¨®n resultaba ayer menos eufem¨ªstico que en los d¨ªas precedentes, y la actividad en la parte alta de la ciudad testimoniaba el progresivo regreso a la cotidianidad.
Las emisoras de radio, cuando lograban emitir -pues la sinton¨ªa desaparec¨ªa peri¨®dicamente transmit¨ªan a los automovilistas el ruego oficial de que se abstuvieran de utilizar el coche para no agravar el caos circulatorio que se apoder¨® de la ciudad a partir de las primeras horas del lunes, dificultando los movimientos de las patrullas de socorro. Cierto es, sin embargo, que los llamamientos de las autoridades a la serenidad ciudadana resultaban bastante contradictorios con el perrnanente sobresalto, en ocasiones innecesario y siempre exagerado, de las sire nas de toda clase de veh¨ªculos oficiales y oficiosos.
Para que la imagen proyectada por la ciudad en pleno esfuerzo de recuperaci¨®n fuera un ireflejo cabal de la contradictoria sociedad vasca, no falt¨® ayer un comunicado de la coordinadora de comparsas -cuyos componentes han desempe?ado estos d¨ªas un importante papel en tareas c¨ªvicas de todo tipo- en el que, junto a apreciaciones cr¨ªticas razonables, se inclu¨ªa la siguiente frase: "La actitud de las FOP, que se han limitado a exigir el DNI y provocar falsas alarmas, no ha hecho m¨¢s que obstaculizar e incluso impedir el trabajo, ante lo cual la coordinadora les ofrece una doble alternativa: o que se armen de palas o que se vayan".
El concejal socialista de Bilbao, Pedro L¨®pez Merino, calific¨® de "irresponsable y hasta sarc¨¢stico" que pueda alguien hablar de pasividad de las fuerzas de seguridad, cuando ya llevamos cinco guardias civiles muertos en tareas de auxilio a la poblaci¨®n civil", y record¨® el papel de la Po.lic¨ªa Nacional, junto con el Ej¨¦rcito, en tareas de abastecimiento a la poblaci¨®n y de auxilios de todo tipo a personas incomunicadas.
Con un brazo enyesado
El concejal socialista relat¨® al respecto el caso de un n¨²mero de la Guardia Civil que, en la madrugada del s¨¢bado, y pese a tener un brazo enyesado, cogi¨® una lancha neum¨¢tica y estuvo toda la noche rescatando con ella a personas que hab¨ªan quedado aisladas en la zona de la calle de Prim y barrio de Santuchu. El propio L¨®pez Merino, que es m¨¦dico, hubo de atenderle a primeras horas de la ma?ana del domingo vend¨¢ndole el brazo da?ado, cuyo yeso hab¨ªa quedado medio destrozado. Seg¨²n L¨®pez Merino, el guardia civil, que expresamente se neg¨® a facilitar su nombre, se sum¨® a la operaci¨®n de salvamento cuando regresaba a su domicilio, en compa?¨ªa de su mujer, tras un d¨ªa de permiso. La mujer permaneci¨® durante toda la noche en el interior del autom¨®vil.
En fin, como suele ocurrir en todo drama humano, lo ins¨®lito, el contrapunto parad¨®jico, dej¨® su impronta en escenas como la de media docena de patos, escapados de su recinto habitual del parque de Bilbao, que en plena cat¨¢strofe chapoteaban, con aire indiferente y ajenos al ulular de las sirenas y al desconcierto generalizado, en los charcos formados por la riada en plena Gran V¨ªa, o en los art¨ªsticos chorros de agua que proyectaba el s¨¢bado, en una ciudad sin agua ni luz, el estanque, milagrosamente iluminado, de la plaza de Zabalburu, o en la casi irreal presencia del empleado municipal que en pleno diluvio fue recorriendo las casas semiinundadas de un barrio de Deva para leer el contador del agua.
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