El general Carol Urz¨²a, gobernador de Santiago de Ch¨ªle, y otros dos militares, muertos a consecuencia de un atentado

El gobernador (intendente) de Santiago de Chile, general retirado Carol Urz¨²a, result¨® muerto ayer como consecuencia de los disparos que recibi¨® de un comando no identificado. En el atentado tambi¨¦n murieron el ch¨®fer de su autom¨®vil y un escolta, ambos militares. El general Urz¨²a ocupaba el cargo desde diciembre de 1980.El atentado se produjo a las 9.05 horas de la ma?ana, hora de Santiago, cuando el general sal¨ªa de su domicilio para dirigirse al trabajo. Un grupo de cinco individuos, entre ellos una mujer, pasaron velozmente delante de la casa del general en una furgoneta Chrevrolet y dispararon r¨¢fagas de metralleta, matando instant¨¢neamente a Urz¨²a y a los otros dos militares de baja graduaci¨®n que acompa?aban al general.

El atentado dio lugar a un imponente despliegue de fuerzas militares, que acordonaron la zona, enclavada en el lujoso barrio de Las Condes. Los soldados, armados con metralletas y en uniforme de combate, irrumpieron en todas las casas vecinas en busca de los posibles autores del atentado, reivindicado anoche por el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).El presidente chileno, general Pinochet, reuni¨® inmediatamente a su estado mayor de crisis, del que forman parte los ministros militares, los jefes de la inteligencia y los mandos de la polic¨ªa. Al t¨¦rimino de la reuni¨®n el almirante Jos¨¦ Toribio Merino, comandante en jefe de la Armada, declar¨® que el atentado no impedir¨ªa que el Gobierno llevara adelante su plan de apertura pol¨ªtica.

El general Urz¨²a, de 57 a?os habia pasado a la situaci¨®n de retiro recientemente y su puesto de gobernador de la capital ten¨ªa un ¨¢mbito de acci¨®n que se centraba fundamentalmente en problemas, administrativos y de desarrollo de la ciudad. Durante los ¨²ltimos d¨ªas hab¨ªa encabezado una campa?a de mejora de la imagen del Gobierno, especialmente entre los sectores m¨¢s pobres de Santiago.

Un leal a Pinochet

No se le identificaba como l¨ªder de ninguna fracc¨ª¨®n del Ej¨¦rcito, sino m¨¢s bien como un leal servidor del general Pinochet. Como consecuencia del atentado, ¨¦ste ¨²ltimo suspendi¨® sus compromisos previstos y convoc¨® urgentemente una reuni¨®n de sus asesores.

El ministro de la Defensa Nacional, vicealmirante retirado Patricio Carvajal, calific¨® el hecho de "grave atentado", y dijo que "si los sectores que planearon el asesinato pretend¨ªan detener el avance del proceso de apertura del r¨¦gimen, no lograr¨¢n su prop¨®sito".

El ministro del Interior chileno y hombre fuerte del Gobierno ' Sergio Onofre Jarpa, adelant¨® su regreso a Chile desde Buenos Aires, donde se encontraba desde el lunes para despedirse oficialmente de las autoridades argentinas tras varios a?os de estancia pa¨ªs como embajador, pero, pese a ello, no pudo asistir a la reuni¨®n citada.

Condena general

La totalidad de los obispos de Chile se reunieron para condenar el asesinato. Los principales dirigentes pol¨ªticos de la oposici¨®n, agrupados en la Alianza Democr¨¢tica, expresaron su condolencia al Gobierno del general Augusto Pinochet. La asamblea de obispos hizo un 9laniamiento a todos los chilenos, a los gobernantes y a sus partidarios, a los ciudadanos cualquiera que sea su ideolog¨ªa, a condenar estos actos criminales y a buscar con eficacia la identidad de sus responsables para que sean sancionados por la justicia". El l¨ªder sindical, Rodolfo Seguel, oponente moderado al r¨¦gimen, al condenar el atentado, precis¨® que los trabajadores chilenos "queremos la democracia y rechazamos la violencia".

A ¨²ltima hora de anoche se supo que el sucesor del militar asesinado era el general de brigada Roberto Guillard Marinot, en tanto que en las horas anteriores hab¨ªa asumido interinarnente el puesto de intendente metropolitano de Santiago el tambi¨¦n brigadier Romualdo Pizarro, jefe de operaciones regionales de la zona. Pol¨ªticos de la Democracia Cristiana declararon que el atentado s¨®lo favorece un endurecimiento del r¨¦gimen y limita las escasas posibilidades de apertura apuntadas en los ¨²ltimos d¨ªas. En medios pol¨ªticos se recuerda el asesinato, hace cuatro a?os, de un teniente coronel del Ej¨¦rcito que ocupaba el cargo de director de Inteligencia de las Fuerzas Armadas, precipit¨® una nueva escalada represiva del r¨¦gimen y posterg¨® cualquier intento de apertura.