Colirio, por favor
M¨¢s que continuaciones, la mayor¨ªa de estas nuevas partes que ahora se filman en cuanto surge un ¨¦xito son simples repeticiones del modelo original que las sustenta. Y en el caso de esta pel¨ªcula, Viernes 13 (3? parte), tampoco puede hablarse de originalidad alguna, puesto que su esquema argumental es id¨¦ntico al de muchas otras pel¨ªculas de terror: un grupo de entusiastas jovencitos deciden pasar unos d¨ªas de vacaciones precisamente en la alejada casa donde se refugia el p¨¦rfido y gratuito asesino que ir¨¢ mat¨¢ndolos a todos aprovechando sus breves momentos de soledad.El intr¨ªngulis de ¨¦sta y de las restantes pel¨ªculas gemelas consiste en sorprenderse de la imaginaci¨®n del asesino, que mata a cada personaje de una forma distinta.
Viernes 13 (3? parte)
Director: Steve Miner. Producci¨®n: Frank Mancuso, hijo. Fotograf¨ªa: Gerald Feil Int¨¦rpretes: Dana Kimmell, Paul Kratka, Richard Brooker. Norteam¨¦rica, 1983. Aventuras.Local de estreno: Bulevar.
La novedad de esta nueva entrega reside en su proyecci¨®n en relieve, pero cualquier comentario sobre el resultado del proyecto debe remitirse al local en que se exhiba. Si la mayor¨ªa de las salas comerciales de Espa?a proyectan mal, e incluso muy mal, cada una de ellas ofrecer¨¢ una variante sobre las posibilidades de contemplar con comodidad los efectos visuales que amenazan con involucrar al espectador en la matanza plana de la pantalla.
El. correcto enfoque de la proyecci¨®n, la calidad misma de la tela sobre la que circulan las im¨¢genes, el respeto al encuadre original o la calidad del sonido var¨ªan (aunque no demasiado) entre unas salas y otras, y de ellas, sin embargo, depende el ¨¦xito de la tercera dimensi¨®n y del cine en general.
Esfuerzos para identiflicar
En el local madrile?o donde se estrena Viernes 13 (3? parte), el espectador debe hacer esfuerzos por identificar a veces los rebuscados efectos visuales, aunque, si es capaz de soportar el cansancio ocular, puede divertirse en ocasiones con la imaginaci¨®n tan simple de los autores del filme: el hacha del asesino parece amenazar al espectador, el ojo de un muerto vuela por encima de su cabeza, la antena de un televisor port¨¢til se desprende de la pantalla...Toda la pel¨ªcula parece filmada para lograr tan exiguos e ingenuos efectos, pero si su resoluci¨®n t¨¦cnica no es perfecta (ni c¨®moda), el espect¨¢culo queda doblemente herido.
El p¨²blico r¨ªe gozoso con las pretensiones asustadizas de la pantalla, dispuesto, feliz, a pasar un mal rato.
En algunas proyecciones, sin embargo, se oyen protestas, las habituales entre los aficionados al cine, resueltas siempre con la parsimoniosa respuesta de acomodadores y responsables: "Yo lo veo muy bien. La pel¨ªcula es as¨ª. Esta secuencia es de noche y por eso no se ve".
?Pobres directores de fotograf¨ªa, tan empe?ados en hacer bien su trabajo! ?Pobres directores, tan obsesionados por el encuadre! En cualquier caso, sufren y lloran cuando se acercan a ver sus pel¨ªculas en las salas p¨²blicas.
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