El Madrid gan¨® su trofeo y mantuvo la esperanza

El Madrid gan¨® su trofeo y mantuvo la esperanza de su afici¨®n. Pero la temporada, con la baja de Stielike, es m¨¢s que una inc¨®gnita. Lozano jug¨® bien s¨®lo la segunda parte y es una atracci¨®n por su clase, pero el equipo, en general, pareci¨® prendido con alfileres. Ante todo un Hamburgo pudo dar la sensaci¨®n de que el triunfo es importante, pero el campe¨®n de Europa no se esforz¨® ni aprovech¨® sus oportunidades.Con la t¨¢ctica habitual del 4-42 flexible, el Hamburgo remont¨® f¨¢cilmente el primer tanto madridista. Marc¨® dos goles preciosos y precisos, el segundo todo un modelo en el que los rivales parecieron figuras clavadas viendo pasar el bal¨®n, y pudo lograr dos m¨¢s a continuaci¨®n. San Jos¨¦ remat¨® en una carambola al larguero y Schroder, tard¨® un minuto en colocarse un bal¨®n, completamente solo en el punto e penalti. Pero al Madrid no se le pueden hacer concesiones, porque a¨²n le quedan Isidros para los triunfos con goles decisivos y un Santillana que se ha convertido en su principal llave goleadora. Marc¨® el gol psicol¨®gico antes del descanso y, despu¨¦s, vio anulado otro clar¨ªsimo.

El Madrid, ante un Hamburgo soso, que pensaba m¨¢s en su Bundesliga, asustado por las lesiones de Schauschneider, el sustituto de Hrubesch, y Hartwig, en dos caricias blancas, no brill¨® excesivamente. Sigui¨® olvidando el juego por los extremos y recurri¨® a sus recursos de siempre. Funcion¨® mejor cuando Di St¨¦fano sac¨® a Angel, pues no hac¨ªa nada con cuatro defensas atr¨¢s. Cara a la Liga ya inmediata, con m¨¢s firmeza e inter¨¦s en los rivales, el panorama est¨¢ por descubrir.