Las esencias

A¨²n corr¨ªa el primer minuto y Lozano destap¨® ya el tarro de sus esencias. Fue un pase adelantado a Juanito, con el exterior del pie derecho. ?nicamente la r¨¢pida salida del meta alem¨¢n evit¨® el gol. Vel¨¢zquez, el rubio interior que dej¨® su impronta de finura futbol¨ªstica en el c¨¦sped de Chamart¨ªn, parec¨ªa revivir en moreno. Pero, despu¨¦s, pasaron largos minutos, toda la primera parte, y Lozano desapareci¨®. Incluso dio la sensaci¨®n de que Bernardo, por agarrarse a algo, era un Pirri sin limar.S¨®lo a los ocho minutos de la segunda mitad, a¨²n m¨¢s a lo Vel¨¢zquez, Lozano sirvi¨® otro bal¨®n largo, largu¨ªsimo, a un Juanito, que lo desaprovech¨®, tal vez porque sigue gastando sus fuerzas en in¨²tiles e injustificadas protestas. Tres minutos m¨¢s tarde, el emigrante, luego de una pared con Isidro, bombe¨® un bal¨®n que pudo volver el campo boca abajo si llega a entrar. Dentro del marasmo alem¨¢n, hizo una buena segunda parte, espl¨¦ndida por su calidad intr¨ªnseca de jugador. Varios pases m¨¢s deleitaron otro poco. En peque?as dosis. Como a Curro Romero, en tiempos de sequ¨ªa de calidad, se agradecieron sus migajas diamantinas. Pero habr¨¢ que verle frente a marcadores duros por esos campos de Espa?a. Podr¨ªan tirarle tambi¨¦n rollos de papel higi¨¦nico, aunque fuesen imaginarios.