Jos¨¦ Bergam¨ªn
No es exagerado afirmar que Jos¨¦ Bergam¨ªn ha sido durante los a?os de la Rep¨²blica, y aun despu¨¦s, en la "Espa?a peregrina", en tanto que vivo, activo y comprometido, movilizado y movilizador, el intelectual m¨¢s importante de Espa?a. Tampoco lo es que, sucediendo a Ortega, como Cruz y Raya sucedi¨® en influencia ascendente a la Revista de Occidente, fue el primer nuevo animador, durante esa misma ¨¦poca, de la vida literaria e intelectual espa?ola. Ni, en fin, que todo el sesgo cat¨®lico-progresista espa?ol procede de ¨¦l. Ve¨¢moslo.Literariamente, se dice siempre, y es verdad, que aprendi¨® mucho de Unamuno, aunque fue mucho m¨¢s extremado y ¨¢gil, tambi¨¦n ligero, que ¨¦l; pero nunca se dice que vivi¨® asimismo, antes, bajo la influencia, incluso personal, pasajera pero muy profunda, de Eugenio d'Ors. El juego de palabras, generalmente cultas, de Unamuno fue retrotra¨ªdo por Bergam¨ªn al preciosismo barroco-conceptista, de cu?o quevedesco y graciano, y a la forma afor¨ªstica; y todo este cultismo fue fundido al gusto por el refranero y, en general, por los dichos populares y las frases hechas que, cuando no las volv¨ªa del rev¨¦s, las daba mil vueltas, con la afici¨®n a la andaluza sentenciosidad de su origen y la hisp¨¢nica agudeza que parte un pelo en tres. El t¨ªtulo mismo de su revista, Cruz y Raya, t¨ªtulo-logotipo, muestra ya el sentido ling¨¹¨ªstico-paraling¨¹¨ªstico de una escritura emblem¨¢tica colmada de segundas y aun terceras intenciones. Frente al "relativo desinter¨¦s hacia lo propiamente espa?ol" mostrado por la Revista de Occidente, seg¨²n palabras de Jean Becarud, el esp¨ªritu de Cruz y Raya, aunque por su orientaci¨®n religiosa hermana de Esprit y del catolicismo franc¨¦s de la ¨¦poca, entronca literariamente con nuestra tradici¨®n y es, del todo, espa?ola. Y no es ninguna casualidad que Aza?a y Bergam¨ªn, el l¨ªder pol¨ªtico-intelectual y el l¨ªder literario-intelectual de la Rep¨²blica, significaran, frente al europe¨ªsmo germanizante de Ortega, la influencia francesa y la vuelta a la tradici¨®n literaria espa?ola, purista, neocl¨¢sica y ya un tanto anticuada para su ¨¦poca en Aza?a (que, a mi entender, fue mucho m¨¢s de su tiempo como orador que como escritor), ingeniosa, barroca, por entonces ultramoderna, en Bergam¨ªn. La nueva vida literaria de la Rep¨²blica -pensemos, como bot¨®n de muestra, en Miguel Hern¨¢ndez- fue impulsada por Bergam¨ªn. Y uno tiene la impresi¨®n de que, de haberse consolidado la Rep¨²blica, Bergam¨ªn podr¨ªa haber sido el heredero de Ortega en tanto que gu¨ªa de la vida cultural espa?ola.
JOS? LUIS L
ARANGUREN
Jos¨¦ Bergam¨ªn fue, asimismo, el primer intelectual de la Rep¨²blica, es decir, seg¨²n mi concepto, el brillante cultivador de una disciplina intelectual, en su caso la prosa, que, pol¨ªticamente comprometido, influy¨® m¨¢s decisivamente que cualquier otro en la toma de posici¨®n de los j¨®venes universitarios espa?oles de entonces. ?Fue, por continuar con la terminolog¨ªa de Gramsci y, complementariamente, m¨ªa, intelectual org¨¢nico o inorg¨¢nico? En rigor, ni lo uno ni lo otro. Vivi¨® la ¨¦poca de los "compa?eros de viaje". Todo el mundo conoce ya, pues si no la conoc¨ªa se la han dado a conocer en estos d¨ªas los peri¨®dicos, la frase, chorreante de ingenio como todas las suyas, de que "Con los comunistas, hasta la muerte, pero ni un paso m¨¢s". "Compa?eros de viaje" eran llamados los que viajaban en el mismo tren pol¨ªtico que ellos, aunque con la intenci¨®n, no siempre cumplida, y a veces tristemente incumplida, de bajarse antes, de bajarse "a tiempo". Yo me he llamado a m¨ª mismo -y el querido Javier Muguerza ha hecho suya, a otro prop¨®sito, esta calificaci¨®n- "compa?ero de viaje", pero inviertiendo los t¨¦rminos del trayecto: los otros, socialistas, comunistas, etc¨¦tera, van ape¨¢ndose en sus correspondientes estaciones de llegada -todos parecen tenerla-; pero el intelectual inorg¨¢nico no llega nunca a su estaci¨®n -Nowhere-, porque ¨¦sta es inalcanzable, no est¨¢ "en ninguna parte".
Jos¨¦ Bergam¨ªn fue, en fin, lo que en su tiempo se llam¨® neocat¨®lico y, muy pronto, cat¨®lico progresista. Su influencia sobre los espa?oles entonces j¨®venes, formados, pr¨¢cticamente todos, en el catolicismo, fue enorme. Por lo que a m¨ª se refiere, en diversas ocasiones he hablado de mi entusiasmo, durante aquellos a?os, por Max Scheler y por su disc¨ªpulo, con amigos espa?oles y particularmente catalanes, amigos m¨ªos tambi¨¦n, Paul Ludwig Landsberg. Es ahora ocasi¨®n de reconocer nuestra deuda generacional con Cruz y Raya, la revista en la que Bergam¨ªn, Sempr¨²n y Gurrea y Mendiz¨¢bal fundaron el catolicismo progresista y moderno espa?ol. Y para terminar este art¨ªculo, quiero traer aqu¨ª al recuerdo que mi amistad con el querido padre Jos¨¦ Mar¨ªa de Llanos naci¨® el d¨ªa en el que, sin conocernos hasta entonces personalmente, tuvo la bondad de asistir a una conferencia que yo daba precisamente sobre Cruz y Raya, Jos¨¦ Bergam¨ªn y el catolicismo espa?ol de la Rep¨²blica.
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