Personas no gratas

El revuelo que en pleno verano se ha armado tras el programa de Televisi¨®n Esta es mi tierra, en el que particip¨® Joan Fuster, el cantante y poeta Raimon, el escultor Andreu Alfaro, el decano de Filosof¨ªa Oleza y un conocido editor, dedicado a, presentar este pueblo, el valenciano, parece habernos llevado a otros tiempos, ya por ventura pasados.Una vez m¨¢s la realidad objetiva del Pa¨ªs Valenci¨¤, comunidad seg¨²n la norma legal, su historia, su propia cultura aut¨®ctona, molesta y levanta las irracionales protestas airadas de los sectores m¨¢s retr¨®grados de nuestra tierra. Hablar de algo, expresar vivencias, preocupaciones molesta a quienes han hecho profesi¨®n de fe de intolerancia, de quienes quieren ser provincianos y pretenden esconder, nuestra realidad colectiva como pueblo diferenciado y como cultura dentro de un ¨¢mbito de cultura amplio.

Personalmente, vi el programa que ha armado toda esta polvareda, y precisamente por ser un programa objetivo, sin concesiones, con un fin descriptivo y cr¨ªtico de la realidad, sin intencionalidad directa pol¨ªtica, imagin¨¦ en ese mismo momento ante el televisor, que la reacci¨®n de las fuerzas vivas de la derecha no se har¨ªa esperar. Lo que no imagin¨¦ en ese momento fue que incluso el propio presidente de la Generalitat se sintiera inquieto y, tambi¨¦n, molesto. No pod¨ªa, pues, pensar que un programa de aquel estilo pudiera inquietar a dem¨®cratas, a quienes tiene la obligaci¨®n y el deber de respetar la libertad de expresi¨®n. No, no pod¨ªa sospechar que la derecha consiguiera que gentes apostadas en otras posiciones les hicieran el juego, aunque sea a medias.

La derecha valenciana ha sido y es una derecha provinciana, que habla y escribe, en una lengua que no es la de su pueblo, que nunca ha intentado nada por recuperar su cultura y su identidad. Sin embargo, esta derecha que ha aplaudido la dictadura, que est¨¢ totalmente al margen de toda iniciativa aut¨®ctona hoy se siente valenciana (en castellano, claro est¨¢), y se alarma ante los catalanistas.

Afirmar, como se hizo en el programa, que nuestra cultura propia, nuestra literatura, forman parte de la cultura catalana es lo mismo que sostener, que la aportaci¨®n de Garc¨ªa M¨¢rquez, Carpentier, Rub¨¦n Dar¨ªo, Vargas Llosa ha sido importante para la cultura castellana. Negar eso es someter la ciencia, la cultura, a los dictados sospechosos e inconfesados de una minor¨ªa, que pretende mantenernos desinformados.

Toda esa campa?a contra la universidad valenciana, a la que se la considera catalanista, a nuestros mejores, intelectuales y escritores, la negaci¨®n del derecho a que nos expresemos en televisi¨®n con libertad y utilicemos la expresi¨®n Pa¨ªs Valenci¨¢, la propuesta de declarar personas no gratas a quienes vienen trabajando por el desarrollo de nuestra lengua y cultura, como es el caso de quienes intervinieron en el programa de marras, no debe, pues de alarmarnos y extra?arnos.

Ante la intolerancia s¨®lo cabe reivindicar el derecho a que un programa como Esta es mi tierra salga en la tele, y ante el cerril ataque de las fuerzas del pasado, de quienes quieren mantenernos en la ignorancia, s¨®lo queda la plena solidaridad con Joan Fuster y quienes viven, trabajan y luchan por un pa¨ªs, un pueblo, identificado con su pasado, y defensor de su derecho a la propia identidad. /