Las diferencias de pa¨ªses ricos y pobres han marcado el Congreso Mundial de Econom¨ªa
El tradicional enfrentamiento Norte-Sur (pa¨ªses desarrollados-pa¨ªses subdesarrollados), la grave situaci¨®n planteada por la imposibilidad de hacer frente a su deuda exterior por numerosos pa¨ªses, los gastos para la guerra y su incidencia sobre la econom¨ªa mundial, y la clara insuficiencia de organismos como el Fondo Monetario Internacional y del propio sistema financiero para resolver adecuadamente los problemas actuales, enmarcaron todas las discusiones del VII Congreso Mundial de Econom¨ªa que, tras cinco d¨ªas de intensos debates entre 2.000 economistas de las m¨¢s diversas ¨¢reas geogr¨¢ficas e ideolog¨ªas, fue clausurado el viernes en Madrid por el rey Juan Carlos.
La autoridad acad¨¦mica del mundo anglosaj¨®n en el ¨¢rea de la Econom¨ªa, que aport¨® la presencia de dos premios Nobel en el congreso (Lawrence Klein y Kenneth Arrow), y la del previsible pr¨®ximo galardonado (el italonorteamericano Franco Modigliani), contrast¨® con los planteamientos m¨¢s radicales y menos cient¨ªficos, pero mucho m¨¢s apegados a la realidad cotidiana que se vive en sus pa¨ªses de origen, de los representantes de Latinoam¨¦rica y del Tercer Mundo.A caballo entre ambas posiciones se situaron la mayor parte de los economistas de la Europa del Sur, y muy especialmente los espa?oles. El discurso inaugural del presidente Felipe Gonz¨¢lez, que arremeti¨® con dureza contra la pol¨ªtica egoista de las grandes potencias y muy especialmente de Estados Unidos ("si el FMI analiza el d¨¦ficit de Norteam¨¦rica, como puede hacerlo con los pa¨ªses del sur del continente, probablemente no le prestar¨ªa ayuda"), resume un poco esta posici¨®n. Junto a la denuncia de la injusticia que supone el que los pa¨ªses subdesarrollados est¨¦n financiando los d¨¦ficit de los pa¨ªses industriales y el que los altos tipos de inter¨¦s norteamericanos est¨¦n creando dificultades adicionales a la mayor parte de los pa¨ªses, el presidente socialista espa?ol tambi¨¦n habl¨® -y por ello fue elogiado por Modigliani- de la necesidad de reducir los salarios reales y flexibilizar el mercado de trabajo para aumentar los excedentes empresariales y favorecer la recuperaci¨®n econ¨®mica.
La interdependencia de la econom¨ªa mundial, que hace pr¨¢cticamente imposibles soluciones nacionales a la crisis, hizo que desde todos los intereses e ideolog¨ªas -con mayor o menor sinceridad- se abogara por una mayor cooperaci¨®n internacional. El llamamiento resultaba m¨¢s convincente cuando proced¨ªa de profesionales de pa¨ªses subdesarrollados. As¨ª, los economistas de Am¨¦rica Latina y el Caribe hicieron una declaraci¨®n unilateral al t¨¦rmino del congreso en la que afirman que la crisis actual demanda acciones de la comunidad internacional orientadas, prioritariamente, a la soluci¨®n de los problemas alimentarios, conservaci¨®n del medio ambiente y desarrollo de fuentes alternativas de energ¨ªa.
Pol¨ªtica solidaria
Dentro de este apartado de la imprescindible colaboraci¨®n de todos los pa¨ªses para salir de la crisis, el problema m¨¢s debatido fue el del endeudamiento. Se lleg¨® a plantear, sin una respuesta clara a lo que pasar¨ªa, la hip¨®tesis de que algunos de los pa¨ªses deudores consideraran, en un momento dado, que el pago de los intereses del aplazamiento de su deuda resulta m¨¢s gravoso para sus econom¨ªas que las posibles represalias internacionales por un repudio de las cantidades debidas. En algunos casos el pago de los intereses de la deuda aplazada pr¨¢cticamente absorbe la producci¨®n del pa¨ªs.Una personalidad latinoamericana de la relevancia del argentino Aldo Ferrer propuso en el congreso una soluci¨®n a tres bandas -pa¨ªses deudores, bancos acreedores y Gobiernos- que ablande las condiciones de precio y plazo para las naciones endeudadas. El catedr¨¢tico espa?ol Ram¨®n Tamames protagoniz¨® tambi¨¦n una propuesta, acogida con gran inter¨¦s por los congresistas latinoamericanos, tendente a lograr un aplazamiento temporal en el pago de las deudas, mediante un mecanismo en el que hac¨ªa intervenir al FMI, y un abaratamiento del pago de intereses mediante la sustituci¨®n del d¨®lar por una cesta de monedas. La aportaci¨®n espa?ola del profesor Tamames, por su concreci¨®n, no pas¨® desapercibida y provoc¨® reacciones controvertidas entre los asistentes.
Otro de los temas claves del debate se centr¨® en los gastos militares. Para la mayor¨ªa la carrera armamentista no s¨®lo pone en peligro la paz, sino que detrae recursos cuyo empleo en el desarrollo de la econom¨ªa mundial es vital para paliar la situaci¨®n de postraci¨®n y hambre que se vive en la mayor parte de las naciones. El economista chileno Felipe Herrera y el acad¨¦mico sovi¨¦tico Oleg Bogom¨®lov destacaron, respectivamente, en la denuncia de esta situaci¨®n.
La cr¨ªtica a los efectos negativos que produce la. pol¨ªtica actual de Estados Unidos (altos tipos de inter¨¦s, un d¨®lar excesivamente alto y fuerte d¨¦ficit) fue casi generalizada; pero tambi¨¦n fue contestada por representantes de aquel pa¨ªs, que argumentaron que las fuertes importaciones norte americanas estaban sosteniendo la econom¨ªa de muchos pa¨ªses.
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