Los sindicatos brit¨¢nicos piden a su Gobierno que interrumpa los vertidos nucleares en el mar

Los sindicatos brit¨¢nicos, reunidos esta semana en Blackpool, han pedido al Gobierno de Margaret Thatcher que interrumpa los vertidos nucleares en la fosa atl¨¢ntica y han apoyado la negativa del secretario general de la Uni¨®n de Marineros (UM), Jim Slater, a proporcionar tripulaci¨®n para los barcos encargados de realizar dichos vertidos.

El boicoteo de la UM es lo que ha impedido, hasta ahora, que 7.000 toneladas de residuos radiactivos fueran arrojados en una fosa situada a 400 millas de las costas gallegas. En su intervenci¨®n ante el congreso sindical que representa a diez millones de afiliados, Slater denunci¨® que el Gobierno de Londres ha hundido un viejo submarino nuclear frente a sus propias costas. La informaci¨®n fue desmentida inmediatamente por el Ministerio de Defensa para quien el submarino hundido era de tipo convencional.

Slater calific¨® de ¨¦xito rotundo su campa?a para impedir los vertidos en la fosa atl¨¢ntica. "Nuestra posici¨®n es que si Gran Breta?a quiere tener una industria nuclear civil y militar debe desarrollar medios responsables para hacer frente a sus propios residuos. Arrojarlos al mar es irresponsable y constituye un insulto para la comunidad internacional", a?adi¨®.

El Gobierno brit¨¢nico es actualmente el ¨²nico de Europa que mantiene estas pr¨¢cticas, pese a que la Convenci¨®n de Londres sobre vertidos en el mar aprob¨® este invierno una moratoria de dos a?os, a iniciativa precisamente del Gobierno espa?ol. Haciendo caso omiso de esa moci¨®n, Londres prepar¨® para este verano una operaci¨®n de vertidos, que fue denunciada por la organizaci¨®n ecologista Green Peace. La evidente preocupaci¨®n del Gobierno espa?ol y las protestas de organizaciones ecologistas gallegas, que se trasladaron a Londres para poner de manifiesto su oposici¨®n, no movieron un ¨¢pice a la administraci¨®n Thatcher.

Solidaridad sindical

Londres tuvo que doblegarse, sin embargo, ante la decidida campa?a de Jim Slater, que convoc¨® un boicoteo y consigui¨® la solidaridad del sindicato de constructores de trenes, que deb¨ªan transportar hasta el puerto los bidones radiactivos. Los residuos permanecieron varios meses almacenados cerca de Oxford y fueron trasladados despu¨¦s a su lugar de origen a la espera de encontrar un emplazamiento para enterrarlos.

En su intervenci¨®n ante el Congreso Sindical, el presidente de la Uni¨®n de Marineros critic¨® duramente al Gobierno. "Londres firm¨® en 1981 un acuerdo con la Commonwealth para impedir los vertidos nucleares en el Pac¨ªfico sur. Nuestra primera ministra fue una de las signatarias y ahora lleva su cinismo hasta el extremo de evitar los vertidos en el Pac¨ªfico y realizarlos en el Atl¨¢ntico", explic¨®.

Slater hizo hincapi¨¦ en el hecho de que los cient¨ªficos no pueden garantizar la inocuidad de este tipo de vertidos y solicit¨® el apoyo del Congreso Sindical para "intentar cambiar la mentalidad del Gobierno a este respecto". El presidente de la UM lanz¨® graves acusaciones contra el Gobierno conservador de Thatcher. Exhibi¨® una circular de la Organizaci¨®n Mar¨ªtima Internacional (OMI) autorizando el hundimiento de un submarino brit¨¢nico que conten¨ªa sustancias contaminantes y afirm¨® que, aunque la notificaci¨®n no incluye detalles sobre el tipo de sustancias de que se trata, parece probado que el submarino hundido era de tipo nuclear.

Seg¨²n Slater, el desmentido oficial asegurando que se trata de un submarino convencional, no explica el hecho de que fuera preciso solicitar previamente permiso de la OMI. Slater anunci¨® tambi¨¦n que Londres pretende arrojar al mar residuos de plutonio altamente radiactivos.