Para Mercedes
De Estrecho a Cuatro Caminos se templaba la ma?ana del domingo sobre miles de cabezas, entraba el sol en miles de gargantas que cantaban la esperanza. De Estrecho a Cuatro Caminos, la calle, ancha y profunda, era una arteria que desembocaba en Santiago de Chile. Los cr¨ªos subidos a hombros, los retratos de Allende, las banderas, las mejillas enrojecidas y los gorros de papel de peri¨®dico."Se va a acabar, se va a acabar la dictadura militar", Mercedes. C¨®mo me hubiera gustado tenerte cerca esa ma?ana, abrazada a mi cintura, en vez de conformarme con sentir en el bolso tu carta en carne viva, tu carta de exiliada con trauma de metralleta y ni?os bajo el ala sin futuro".
?ramos muchos miles, Mercedes, gritando Chile desde nuestro presente confortable, desde nuestro cuerpo bien tratado, bien alimentado, bien querido. Y tu carta me quemaba en el bolso: "Muchos de nosotros no tenemos ni ducha ni agua caliente, nuestros hijos se ba?an ech¨¢ndose agua con cacerolas (esas que suenan como una letan¨ªa en nuestro pa¨ªs), lavamos con escobillas y los refrigeradores oxidados se descongelan y te echan a perder la poca carne que tienes para consumir... Las harinas son la base de nuestra alimentaci¨®n y, aunque no queramos, nuestros hijos y nosotros 'crecemos a lo ancho y no a lo alto'". As¨ª de claro.
MARUJA TORRES
M.,
"Aqu¨ª vegetamos d¨ªa tras d¨ªa. Te van creciendo profundas ra¨ªces que te estancan en el cuchitril o el gueto en el que est¨¢s obligada a vivir. Los exiliados no tenemos oportunidades, todo va en contra. Hasta el acento molesta a mucha gente; hijos nuestros que tienen caritas de Ind¨ªgenas araucanos', a los que cantaban Ercilla y Z¨²?iga, son discriminados e incultamente llamados negros". Y hablas del paro, de la impotencia, del insomnio y la inseguridad.
De Estrecho a Cuatro Caminos, Mercedes, la calle era una arteria ancha y profunda que iba a dar a Santiago de Chile. Intenta pensar en ello hoy mismo, ahora mismo, mientras te bates contra nuestro ego¨ªsmo cotidiano, contra nuestra soberbia de nuevos europeos. Orgullosa de tu tierra, de tu acento, del color aceitunado de tus hijos.
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